El Ayuntamiento da por finiquitada la actividad de los bici-taxis en Barcelona
La actividad de los bici-taxis “ya es historia”. Así lo ha asegurado el primer teniente de alcaldía y líder del PSC en Barcelona, Jaume Collboni. El consistorio ha requisado 100 vehículos y ha interpuesto 230 multas desde el mes de julio, cuando se decretó que estos vehículos debían disponer de una licencia de actividad económica que, hasta el momento, no necesitaban.
Esta última ofensiva se suma a la que hace ya años que está llevando a cabo el Ayuntamiento, que sólo en los seis primeros meses de 2022 había interpuesto 1.400 sanciones y más de 1.000 decomisos de vehículos. Estas multas se deben a diversas restricciones interpuestas contra esta actividad, tales como limitar su circulación por áreas muy concurridas de la ciudad, precisamente en las que tenían más trabajo.
Con todo, el consistorio lleva tiempo queriendo acabar con los bici-taxis, una actividad que, según asegura Collboni, “fomenta la precariedad laboral, una imagen de turismo que no nos gusta y provoca diversos incidentes de seguridad”. Con esto último, el teniente de alcaldía se refiere a algunos accidentes viarios provocados por estos vehículos, que no están homologados para circular por carretera y, también, a algunos incidentes en los locales que las empresas tienen como base. El último de ellos fue un incendio en un bajo del barrio del Poble-Sec, provocado por la carga de baterías de los vehículos.
Además, otro de los motivos que mueven al Ayuntamiento a prohibir la circulación de bici-taxis es que también están asociados con actividades delictivas relacionadas con la “movilidad de ciertas substancias y propuestas y ofertas no legales”, según ha explicado Collboni, quien no ha querido dar más detalles por “discreción”.
Prohibición inminente en toda Catalunya
El último cambio normativo del Ayuntamiento se basó en requerir para los rickshaws las mismas licencias de actividad económica que tiene que tener un taxi. Estas licencias, según el propio Ayuntamiento, “no se están otorgando” porque “obviamente” estos vehículos no son taxis. Pero el consistorio también reconoció en su momento que negar sistemáticamente las licencias carecía de “amparo jurídica” porque tal y como está redactada la ley del taxi, los rickshaws podrían llegar a cumplir con los requisitos.
Este movimiento podría suponer un limbo jurídico y, además, no era lo suficientemente contundente para acabar con la totalidad de esta actividad económica, tal como se demostró durante el mes de julio, cuando diversos bici-taxis aprovechaban la noche para salir de incógnito a ofrecer sus servicios.
Por eso, el Ayuntamiento de Barcelona ha pactado con la Generalitat un cambio de la ley, para que excluya explícitamente a los bici-taxis. De esta manera, la prohibición se extenderá a toda Catalunya. Este cambio está previsto que llegue antes de terminar 2022 y supondrá una sanción de hasta 6.000 euros.
Este anuncio ha traído reacciones entre el colectivo de conductores de bici-taxis, que se han manifestado en diversas ocasiones durante este verano, para protestar contra la prohibición. Aún así, Collboni ha asegurado que no se ha reunido con los trabajadores porque, al no estar en su mayoría dados de alta como autónomos ni contar con un contrato laboral, “no hay ningún sector y no nos podemos reunir con un no-sector”. Así, el consistorio no ha ofrecido ninguna alternativa laboral a estos trabajadores, tal como el colectivo ha reclamado durante sus movilizaciones.
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