Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Cáritas Barcelona alerta de que uno de cada cinco hogares atendidos durante la pandemia no tiene ningún ingreso

Una mujer llena un carro de comida en uno de los puntos de distribución de Cáritas en el barrio de Les Corts

ACN

0

Uno de cada cinco hogares atendidos por Cáritas Barcelona no tiene ningún tipo de ingreso y el 63% se encuentra en situación de pobreza severa. La entidad recoge estos datos, correspondientes a septiembre, en un informe que muestra el impacto social de la pandemia. Cáritas alerta de nuevas formas de precariedad laboral, con más exposición ante la COVID-19 o dificultades para hacer la cuarentena: el 69% de las personas dice que tendría consecuencias como el despido o pérdida de ingresos. El 43% de los hogares atendidos, donde viven 5.800 niños o jóvenes, no tiene internet o capacidad para conectarse y la entidad alerta de que este 'apagón tecnológico' genera desigualdad de oportunidades. Sólo el 5% de los hogares cobra la Renta Garantizada de Ciudadanía y el 61% no la conoce.

En febrero, antes del estallido de la pandemia, los hogares atendidos por Cáritas que no tenían ningún tipo de ingreso eran uno de cada diez (8%). En abril, durante el impacto más virulento de la COVID-19, esta situación se agravó: uno de cada cuatro (25%) hogares no tenían ingresos. Ahora, son uno de cada cinco (19%), donde viven en total 7.600 personas. Además, cerca de 30.000 personas se encuentran en situación de pobreza severa. Son datos que recoge el informe presentado este miércoles por la entidad.

Según datos de los primeros meses de la pandemia (corresponden de abril a agosto), las ayudas económicas de Cáritas para alimentos se triplicaron y, las relacionadas con la vivienda, se duplicaron. En cuanto a ayudas económicas para alimentos, se ha pasado de atender a 1.449 personas en 2019 a 5.057 en 2020 (de abril a diciembre, con datos provisionales). Confirmando la misma tendencia, las ayudas para pagar la vivienda prácticamente se han doblado, pasando de 2.088 personas atendidas en 2019 a las actuales 3.671.

Según los datos recogidos por Cáritas, el 53% de las personas a las que atendieron no tienen trabajo y el 17% tiene un empleo informal. Además, Cáritas alerta de nuevas formas de precariedad laboral, ya que muchas personas en una situación frágil en el mercado laboral no optan al teletrabajo, no tienen protección si enferman o tienen que hacer aislamientos. El 64% de las personas dice que ha asumido riesgos relacionados con la COVID-19 que habría preferido evitar y que el 69% tendría dificultades para hacer la cuarentena.

Otra realidad preocupante es que las ayudas sociales no están llegando a las familias. Según el informe, el 61% de los hogares atendidos no sabe qué es la Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC) y sólo el 5% cobra esta prestación de la Generalitat. El 7% la ha solicitado; el 23% no tiene derecho y el 4% no sabe cómo pedirla. En cuanto al Ingreso Mínimo Vital, renta que el Gobierno central aprobó después de la primera ola para combatir la pobreza, el 64% no lo conoce; el 14% lo ha solicitado y el 22% no tiene suficiente información para saber cómo solicitarlo.

“Tenemos un sistema de prestaciones económicas que debía ser la última red protectora ante la pobreza severa que no está llegando a las familias que vemos en el día a día. La suma de un mercado laboral que no consigue que las personas encuentren un empleo decente y un sistema de protección insuficiente lleva a más situaciones de pobreza severa ”, advirtió la jefa de análisis social e incidencia de Cáritas Diocesana de Barcelona, ​​Miriam Feu, en la presentación del informe.

El informe también recoge que hasta 5.800 niños y jóvenes viven en hogares en 'apagón tecnológico', un 43% de las atendidas. Feu alerta que esta situación aumenta la desigualdad de oportunidades y que las privaciones materiales, las dificultades en los procesos formativos y una mayor exposición a dinámicas familiares de estrés por la situación de fragilidad puede causar “secuelas generadoras de pobreza y exclusión social en el futuro ”.

El 43% de las personas atendidas por Cáritas ha visto empeorada su salud psicoemocional desde los momentos más duros de la pandemia. Cerca del 90% de las personas conviven con preocupación, aunque también con esperanza, ante el futuro.

Derechos reconocidos, pero no garantizados

El director de Cáritas Diocesana de Barcelona, ​​Salvador Busquets, ha puesto de manifiesto que, sobre todo a raíz de la COVID-19, han detectado una contradicción: “Somos un país generoso a la hora de reconocer derechos, pero hacemos difícil el disfrute, no aseguramos su aplicación”. Así, ha pedido una reforma de la RGC, pues sólo el 5% de las familias atendidas la está percibiendo después de tres años de su implantación. “Algo no está yendo bien”, ha constatado.

También ha pedido hacer efectivo el derecho a una vida digna y ha destacado la necesidad de poder empadronar a todo el mundo, y aún más en contextos de emergencia social como el de la COVID-19; el derecho al trabajo o el derecho a una vivienda digna. Busquets ha pedido repensar lo ya acordado y ratificar la Carta Social Europea.

Omella pide mucho cuidado en Navidad: “Nos tendremos que contentar con el pollito”

El cardenal arzobispo de Barcelona, ​​Joan Josep Omella, ha pedido mucho cuidado de cara a Navidad por la pandemia y sobre todo seguir las recomendaciones y restricciones de las autoridades sanitarias. “Ya me gustaría celebrar la noche de Navidad con la misa del Gallo; nos tendremos que contentar con el pollito”, ha afirmado Omella cuando se le ha preguntado por el aforo limitado al 30% de los actos religiosos.

El cardenal ha asegurado que desde la Iglesia han respetado “siempre” todas las restricciones sanitarias y considera que no se han producido contagios en los lugares de culto. “Estamos intentando cumplir lo mejor posible todas las medidas, el cardenal y todas las parroquias”, ha resuelto. Hace un mes la Iglesia protagonizó una polémica cuando, en plena segunda ola del coronavirus, reunió a unas 600 personas en una ceremonia a la Sagrada Familia. Omella, que había presidido la misa, pidió perdón pero defendió que habían intentado cumplir las normas respetando el aforo del 30%.

Etiquetas
stats