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La contienda electoral por Barcelona se clarifica a la espera de los convergentes

Ernest Maragall, Ada Colau y Manuel Valls, tres de los candidatos a la alcaldía

Pau Rodríguez

Cinco de los siete partidos en el Ayuntamiento de Barcelona tienen ya a sus candidatos en la parrilla de salida y empezando a esbozar el programa de cara a las elecciones de mayo de 2019. El empresario antiindependentista Josep Bou, para el PP, ha sido el último en ocupar su puesto para la carrera junto a Ada Colau (BComú), Ernest Maragall (ERC), Jaume Collboni (PSC) y Manuel Valls, el independiente de Ciudadanos. Solo falta la CUP, cuyas bases deben escoger ahora entre ocho nombres, y el universo de la nueva Convergència, inmersa en una disputa interna sobre el formato de su lista.

Los 'comuns' y ERC parten como favoritos en las encuestas en las que se prevén como una de las campañas electorales más disputadas de todas las grandes ciudades españolas. Factores como la irrupción de Valls, una posible reinflamación del 'procés' o la coincidencia de unos comicios generales mantienen más abierta si cabe la contienda. Mientras tanto, el PDeCAT y los afines a Carles Puigdemont de Junts per Catalunya siguen negociando a contrarreloj la elección de un nombre con credenciales para aglutinar el voto independentista.

Pendientes de Lledoners

El universo convergente no tiene nada claro quién presentará a las elecciones municipales de Barcelona pese a que son conscientes de que conquistar la capital es un logro clave para el independentismo y, particularmente, para el proyecto de Carles Puigdemont de aglutinarlo bajo el paraguas de la Crida Nacional per la República. Por el momento, los sectores de JxCat afines al expresident y los del PDeCAT se encuentran en negociaciones que se ven condicionadas también por la necesidad de elaborar una lista para las elecciones europeas.

Desde el PDeCAT aseguran que su candidata es Neus Munté, a la que ungieron en primarias, pero a la vez reconocen su voluntad de integrarse en un espacio más amplio, siguiendo la fórmula de Junts per Catalunya, con lo que su candidata podría quedar relegada en ella a un segundo o tercer puesto. Desde hace meses, una comisión integrada por postconvergentes como la propia Munté o Mercè Homs visitan la cárcel de Lledoners para tratar este tema con Joaquim Forn y Jordi Sánchez.

El primero es un gran conocedor de la política barcelonesa y se ha barajado como candidato, aunque su entorno lo descartaba recientemente a no ser que fuera un puesto simbólico. El segundo, Sànchez, es un puntal en la creación del nuevo espacio independentista diseñado por Puigdemont, la Crida. Los hombres fuertes del expresident barajan nombres de peso en la política catalana para la candidatura de la capital, pero hasta ahora todos los que han trascendido son solo rumores.

Al margen de la negociación hay otras iniciativas que lindan con el universo convergente. Es el caso de Ferran Mascarell, exconcejal socialista, exconseller de con Artur Mas y hasta hace poco persona bien vista por Puigdemont, que se ha presentado por libre como alcaldable pero también con la intención de aunar al soberanismo bajo una única plataforma electoral.

Y a todos estos movimientos se suma el de las Primàries, lideradas en la ciudad por el filósofo Jordi Graupera y avaladas por la ANC. Se presentaron como una oportunidad para que todos los partidos independentistas concurrieran en un proceso de primarias para escoger al mejor candidato y sumar fuerzas para lograr la alcaldía, pero por ahora sólo Demòcrates –la escisión soberanista de Unió– les ha apoyado. De esta forma han permanecido alejados de los radares de los sondeos, pero aun así este domingo más de 9.000 personas han votado en la primera ronda del proceso, una capacidad de movilización sin precedentes en unas primarias de partido que sitúan la iniciativa de Graupera como una posible cuarta fuerza soberanista.

Colau, revalidar hablando de ciudad

Uno de los alcaldables que se ha confirmado en los últimos días, aunque nadie dudaba de ella, es Ada Colau. Concurrirá a las primarias de Barcelona en Comú frente a un rival que no le hará sombra, el enfermero y sindicalista Albert Reyes. El proceso concluirá con la votación a mediados de marzo, pero mientras tanto en el partido ya preparan la lista y la estrategia de cara a la campaña.

En los delicados equilibrios de los 'comuns', donde confluyen Podem, ICV y EUiA, uno de los nuevos nombres que se plantean promocionar es el de Jordi Martí, exconcejal socialista en anteriores legislaturas y actualmente gerente del Ayuntamiento. Su capacidad de gestión y a la vez perfil político seducen a BComú.

Por lo demás, en el partido esperan una campaña centrada en propuestas de ciudad, algo que tanto ERC como Valls podrían concederle, al no haber priorizado el debate soberanista al menos por ahora. Los de Colau creen que la identificación del exprimer ministro francés con las élites económicas les permitirá antagonizar con él como opción de las clases populares, y para ello esgrimirán sus medidas para reducir desigualdades, para frenar el turismo o para aumentar la vivienda asequible.

Maragall, perfil de izquierda soberanista

Sin que se pudieran apreciar las siglas de ERC por ningún lado, Ernest Maragall, exconseller de Exteriores –cargo que se intercambió con Alfred Bosch–, presentó su candidatura este lunes con un discurso marcadamente de izquierdas. En un acto al que acudieron todos los consellers y cargos del partido, el alcaldable, hermano de Pasqual Maragall, apostó por la unidad soberanista pero también progresista, con una retórica dura contra la “ciudad mercado” y las “marcas globales”. Con ello esperan quedar por encima de los 'comuns' en mayo y ganar las elecciones, un hito que les dejaría a las puertas de la alcaldía.

De quien le acompañará en la candidatura se conoce bien poco, aunque sí se da por descontada la presencia del concejal Jordi Coronas, destacado número 2 durante el actual mandato y responsable de carteras decisivas. El partido busca rodear a Maragall, de 75 años, de un equipo joven, para lo que ya han estudiado nombres al alza como el del diputado en el Parlament Ruben Wagensberg.

Valls, seguridad y constitucionalismo

Manuel Valls sigue conformando su candidatura con sumo secretismo y sólo dos meses después de anunciarla se ha empezado a dejar ver de algunas caras que le podrían acompañar en su intento de asalto a la alcaldía de la mano de Ciudadanos, el único partido que le apoya por ahora. En una presentación pública este jueves, Valls se presentó junto a la plana mayor del partido naranja en Catalunya, pero también figuras de la antigua CiU, como Eva Parera, o cercanas a asociaciones anti-independentistas, como Joaquim Coll o Fernando Carrera.

Es esta “diversidad” la que quiere hacer valer para arrastrar, dentro de una opción política moderada y constitucionalista, desde un elector catalanista a uno más españolista. En este aspecto, ha tratado de desmarcarse del discurso más duro de Ciudadanos contra el procés, así como de la posibilidad de que pacten con Vox en Andalucía. Su otra gran baza será el discurso partidario de la mano dura en seguridad, exhibiendo pedigrí como exministro de Interior francés y contraponiéndolo a lo que considera inacción por parte de Colau.

Cualquier resultado para Valls que esté fuera de lograr la alcaldía, o cuando menos de superar con creces los cinco concejales actuales de C's, será considerado un fracaso. En el entorno del candidato aseguran que las encuestas internas ya cumplen estas expectativas, pese a que mediaticamente el efecto inicial del candidato se ha desinflado en las últimas semanas.

El PSC, ¿el 'factor Sánchez'?

Jaume Collboni es de los que llevan más tiempo a punto para la carrera. El actual portavoz municipal del PSC tiene la experiencia de haber sido portavoz municipal y teniente de alcalde de Colau en lo que duró su pacto de gobierno con los 'comuns' (hasta que lo rompieron debido a su apoyo al 155). Pese a las credenciales, la candidatura de Collboni ha recibido algunas críticas dentro del PSC por no ser suficientemente fuerte para superar sus cuatro concejales actuales.

Uno de los factores que jugaba a su favor y que podría darle un empuje electoral es la llegada al Gobierno de Pedro Sánchez. Los socialistas confiaban que sus medidas progresistas, así como la implicación del propio presidente en algunos actos electorales, les ayudarían a pescar en caladeros como el de los 'comuns'. Pero estas previsiones se han torcido después de las elecciones andaluzas, que podrían desencadenar un adelanto de las generales.

PP y CUP, la lucha por entrar

Pablo Casado estuvo este domingo en Barcelona para presentar, entre otros de sus alcaldables, a Josep Bou, empresario antiindependentista que dio esta semana el paso. Después de barajar nombres como el de Dolors Montserrat o Andrea Levy, con los que llegaron a encuestar por teléfono a los barceloneses, los populares han encontrado la opción de este panadero y hasta ahora presidente de Empresaris de Catalunya, un conocido lobby patronal contrario al procés.

Ante el declive de la opción popular en Catalunya, Bou aspira a no quedar fuera del consistorio (ahora tienen tres concejales). Una de las cartas que jugará para ello es presentarse como la única opción de la derecha “centrada”, un espacio que asegura que nadie ocupa al recordar que Valls se ubica siempre en el centroizquierda.

La CUP, por su parte, tiene más seguro pasar la barrera que les da asientos en el consistorio y que, en 2015, superaron con creces. La izquierda independentista puede permitirse incluso perder un concejal y mantener representación. Ahora bien, la fragmentación de las opciones independentistas, sobre todo si Graupera acaba presentándose sin el mundo postconvergente, junto a la fortaleza de ERC, podría hacer una mella imprevista en las opciones de la CUP. La formación ha presentado su lista de 8 primeros este fin de semana.

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