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Los expertos sanitarios advierten del riesgo de votar en Catalunya el 14F en pleno auge de contagios

Numerosos ciudadanos esperan para entrar en un dispositivo de cribado masivo en Barcelona. EFE/Alejandro García/Archivo

Pau Rodríguez / Arturo Puente

11 de enero de 2021 13:49 h

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La celebración de las elecciones catalanas preocupa a los expertos sanitarios, que ven en la jornada electoral un riesgo de interacciones sociales que podría hacer crecer todavía más los contagios. En plena tercera ola, el Departamento de Salud espera alcanzar un pico de ingresados en la UCI justo antes del 14 de febrero. Este escenario ha llevado a algunos epidemiólogos a recomendar que se aplacen los comicios. Otros piden esperar todavía un poco más para ver cómo evolucionan los datos, mientras que los hay que consideran que se pueden mantener, aunque piden a la Generalitat extremar las medidas para evitar aglomeraciones y muestran sus dudas sobre la posibilidad de que las personas contagiadas puedan votar presencialmente al final de la jornada. 

Una de las primeras figuras del panorama científico catalán que dio la voz de alerta fue Magda Campins, jefa de Epidemiología y Medicina Preventiva del Hospital Vall d’Hebron, que de forma muy contundente defendió el sábado dejar las elecciones para más adelante. “No es responsable [celebrarlas] porque el 14 de febrero estaremos en una situación probablemente peor que la que tenemos ahora”, advertía en TV3. “Que un volumen muy importante de personas vaya a votar implica unas interacciones que pueden representar un problema de salud pública muy importante”, añadía la epidemióloga.

La decisión está en estos momentos en manos de la Generalitat, que por ahora no descarta nada. Si las pospone, debería hacerlo antes de este viernes y de forma consensuada con la mesa de partidos, a quienes han trasladado este lunes los informes del Departamento de Salud sobre los dos escenarios epidemiológicos que podrían darse antes de la fecha. En el más favorable, Catalunya entraría en la campaña electoral con unos 3.000 casos diarios y unos 610 pacientes en cuidados intensivos; el más grave estima 5.000 casos y 850 ingresados en la UCI. Esto último supondría cancelar gran parte de la actividad sanitaria no COVID-19, que hoy ya empieza a estar comprometida.

Los escenarios, elaborados por el grupo de investigación BIOCOM de la Universitat Politècnica de Catalunya, podrían verse alterados desde ahora y hasta el 14F por muchos factores, entre ellos las bajas temperaturas o la irrupción de la variante británica del virus. Lo que nadie espera es que la situación vaya a ser mucho mejor, especialmente en los hospitales, donde una eventual caída de los contagios provocada por las restricciones postnavideñas tardaría en hacerse notar. “Si miramos el rango de mejora que puede haber en los próximos diez días, lo más probable es que la situación epidemiológica no varíe mucho”, expresa Enric Álvarez, del grupo BIOCOM. 

Ante el riesgo de celebrar los comicios en pleno auge de contagios, este profesor resume: “¿Se puede hacer una votación con un riesgo epidemiológico bajo? Sí. ¿Es fácil? No. Es sobre todo un reto logístico para los responsables”, asegura. Antoni Trilla, Jefe de Epidemiología del Hospital Clínic, argumentaba este lunes en Rac1 que “para poder celebrarlas con seguridad, se necesita una situación epidemiológica buena, y no parece este el pronóstico, pero también una logística que reduzca la probabilidad de los contagios”. 

Entre los expertos que se han pronunciado, algunos insisten en sus reservas, mientras otros ponen el foco en exigir las máximas medidas para evitar el perjuicio de aplazar unas elecciones. En ello incide Salvador Macip, investigador de la Universidad de Leicester, que advierte que si las elecciones se suspenden probablemente no podrán celebrarse hasta la primavera o el verano, cuando se espera que, entonces sí, la transmisión remita significativamente como lo hizo en 2020. “¿Puede Catalunya estar seis meses más con un Govern provisional? No es lo ideal”, apunta.

Macip, como los demás expertos consultados, coincide en que, si la conclusión es que no se deben cancelar, la clave para minimizar riesgos será la capacidad que tenga la Administración para hacer cumplir sus protocolos a rajatabla. Que se haga todo lo posible para que los millones de personas que se espera que participen en los comicios lo hagan por correo –este lunes se ha conocido que el plazo para hacerlo se alarga hasta el 12 de febrero–; que los locales de votación cumplan todas las garantías de distancia y ventilación y que haya personal suficiente para supervisar que nada de eso falla. 

Colas en el exterior y franjas horarias

Los documentos del departamento de Exteriores recomiendan que los colegios electorales no sean esta vez escuelas, como es habitual, sino locales más espaciosos como pabellones. Durante la jornada, se recomienda que las posibles colas se formen en el exterior. En el caso de que no se disponga de suficiente espacio al aire libre, “se priorizarán espacios amplios, con techos altos y ventilación forzada durante toda la jornada”, recoge el texto. Para que esta y otras medidas de separación se cumplan, los ayuntamientos deberán garantizar que en cada colegio electoral haya un responsable sanitario.

Uno de los aspectos más controvertidos del plan de votación son las franjas horarias en las que se recomendará acudir al colegio. Las tres primeras horas serán para los colectivos de riesgo, y se reservará de 19 h a 20 h, antes del cierre, para los que estén en aislamiento por COVID-19, sean o no positivos. La Generalitat no quiere que se dé una situación como la del País Vasco y Galicia, donde los contagiados no pudieron ejercer su derecho al sufragio, y prevé disponer de EPIs de alta seguridad para los miembros de la mesa electoral durante esa parte de la jornada. Tanto Campins como Trilla han valorado que a día de hoy la cifra de cuarentenados es demasiado elevada. “Que no puedan salir a votar limita sus derechos, pero que salgan no tiene ni pies ni cabeza desde el punto de vista de los contagios”, ha expresado el epidemiólogo del Hospital Clínic. Ambos han insistido en que se debería hacer todo lo posible para que todos ellos puedan votar por correo (esta opción la han solicitado a día de hoy 20.000 personas, el triple que en 2017 a estas alturas). 

Según las cifras que maneja la Generalitat, de forma muy aproximada hoy la cuarentena afectaría a más de 100.000 personas en Catalunya. “Habría que hacer lo posible para que la gente pueda pedir el voto por correo hasta unos días antes, por si se contagian”, pide Joan Caylà, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología. Asimismo, añade que la elevada incidencia del virus en estos momentos “podría hacer bajar la participación, debido a que haya gente que tenga miedo a acudir al colegio”. Ya ocurrió en el País Vasco y Galicia en verano con un escenario más favorable. 

Si se aplaza, que sea cuanto antes

Por su parte, los partidos vienen reclamando al Govern diversas condiciones para mantener la fecha electoral. Además de pedir que se garanticen las condiciones sanitarias, las formaciones consideran, por una parte, que se debe garantizar el derecho a voto de todos los colectivos, independientemente de sus condiciones sanitarias o de contagio. Por otra, reclaman que si se aplazan las elecciones, la decisión se tome antes del 15 de enero, fecha en la que una suspensión comenzaría a comprometer diversos gastos de la campaña y, por tanto, las finanzas de los partidos.

Por el momento los partidos no se han posicionado sobre si deben aplazarse o no los comicios. Esperan la última propuesta del Govern y analizar las estimaciones de Salud. Sin embargo, las formaciones señalan que más allá de solventar los problemas sanitarios con el menor riesgo de contagio posible, celebrar unas elecciones en plena pandemia tiene también efectos sobre la participación, la información del electorado, la simetría entre los contendientes y, en general, sobre la integridad del proceso electoral. Esta segunda cuestión, que no es únicamente sanitaria, preocupa a las formaciones, que observan que situaciones como que algunos colectivos tengan miedo a votar y acaben no haciéndolo puede ser tan o más lesivo que aplazar las elecciones.

En la reunión celebrada este lunes, los partidos han reclamado que sea Salud quien acabe pronunciándose de forma clara sobre la conveniencia o no de celebrarlas. “Al final, ellos son quienes tienen los datos y las previsiones, los competentes son los técnicos y no los partidos”, explicaba uno de los representantes de las formaciones que han asistido a la mesa. Durante el encuentro, el sentir mayoritario era que la decisión debe tomarse cuanto antes, y no más allá de esta semana. “Creo que todos somos conscientes de que los datos son malos, pero nadie se atreve a ponerle el cascabel al gato”, afirma la misma fuente.

Por su parte, la portavoz del PSC, Eva Granados, ha insistido este lunes en rueda de prensa en que el Govern debe poner todos los recursos disponibles para asegurar que se vote el 14F con seguridad. Según ha indicado, en otras comunidades como Euskadi y Galicia se pudieron celebrar las elecciones, aunque debieron ser aplazadas en un primer momento. Una de las opiniones extendidas en la mesa de partidos es que, si se se apuesta por la vía del aplazamiento, deberá contar con la unanimidad, o al menos un amplio respaldo del resto de formaciones. Algunos partidos ya han dado muestras de que una vez superado el 15 de enero, podrían oponerse a una suspensión de las elecciones 'in extremis'.

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