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El viaje de ERC a la huerta de Sant Vicenç dels Horts donde se fraguó el 'junquerismo'

Adela, Maxi, Domingo y Paula, integrantes de Free Junqueras, sostienen una pancarta de su grupo

Arturo Puente

“Cuéntales la anécdota de cuando fuimos a verlo a Estremera y nos encontramos con el Artur, cuéntales”, reclama Adela divertida. Y Domingo empieza una historia que todos se saben de memoria. Ella es ama de casa y él mecánico. Ambos de Sant Vicenç dels Horts y amigos de Oriol Junqueras. Ahora, además, militan en el grupo Free Junqueras, uno de los colectivos más activos y organizados para pedir la libertad de los presos independentistas.

Domingo explica con la misma gracia la historia de cuando se encontraron con Artur Mas en un bar cercano a la prisión madrileña que los desayunos a base de 'calçots' que compartía con todo un vicepresident de la Generalitat en su huerta de Sant Vicenç. Pero además de buenas historias, los amigos del líder republicano podrían custodiar la llave para que el independentismo conecte con un sector social metropolitano, de clase trabajadora y castellanoparlante que no se ha sentido demasiado interpelado por el relato independentista en los últimos años.

ERC ha vuelto a revisar los orígenes políticos de su presidente, fraguado en una localidad industrial del Baix Llobregat y sobre una población que nunca ha vibrado con la secesión pero sí con la república, para rearmarse ideológicamente en la batalla por el liderazgo independentista. Adela y Domingo, junto con Maxi, Paula, Xavi y la veintena de personas que se reúnen cada semana en un local de Sant Vicenç para preparar acciones a favor de la libertad de su vecino más ilustre, son exactamente el perfil sobre el que los republicanos desean crecer.

El 'junquerismo', de hecho, nació en la huerta de Domingo, mucho antes de que a Junqueras le encerraran por el delito más grave que el código penal contempla, e incluso antes de que este se convirtiera en el líder de ERC. Fue en 2011, cuando Junqueras se lanzó a conquistar el ayuntamiento en vista de la crisis que atravesaba el hasta entonces imbatible PSC local. La popularidad de los socialistas estaba agotada, pero algunas de sus fórmulas habían tenido enorme éxito. La clave, observó Junqueras desde la huerta de Domingo, era la cercanía, conocer a todos los vecinos, disponer de una red de confianza entre el tejido asociativo y vecinal.

Fue así, casi uno a uno, como Junqueras logró sumar 700 nuevos votos, 5 puntos porcentuales más, suficientes para desbancar a la alcaldesa socialista. Fue la primera victoria del 'junquerismo', a imagen de otras las que llegarían después, la mayoría de ellas pescando en antiguos caladeros del PSC. En las elecciones al Parlament del 2012, ERC logró superar a los socialistas por primera vez. En las europeas de 2014, la alianza entre el líder de ERC y un Ernest Maragall recién salido del PSC logró convertirse en la lista más votada en Catalunya.

“Neus [esposa de Junqueras] me llamó cuando Oriol se iba a Madrid. Me dijo que igual se tienen que ir a casa de los padres con los críos. Ya sabía que él igual no volvía. Yo, qué le voy a decir, que lo que hiciera falta. Y desde entonces. No hay derecho”, rememora Maxi. Adela lo mira desde el otro lado de la mesa, con los ojos húmedos. Se hacen llamar 'los frees', y en sus reuniones pasar de la risa a la lagrima es costumbre. Para ellos, es difícil creer que acusen a su amigo de un delito que implica violencia.

Aunque 'los frees' aseguran tener gran apoyo en el pueblo, no todo el mundo está con ellos. De hecho, Ciudadanos fue la formación más votada en Sant Vicenç, con casi 1.700 papeletas más que ERC, en las pasadas elecciones al Parlament. El independentismo en conjunto obtuvo un discreto 34%, solo un poco por encima de la media en la comarca. En el Baix Llobregat, Inés Arrimadas consiguió una de cada tres papeletas.

“Para ganar al séptimo de caballería tenemos que ser más indios”, asegura Domingo, traduciendo con desparpajo la idea de “ampliar la base” que ha hecho fortuna en ERC. No son en absoluto personas poco politizadas, de hecho Maxi relata con orgullo que siempre ha militado en el comunismo. Paula viene de las asociaciones de vecinos. Y, a raíz de conocer a Junqueras, algunos de ellos también están en ERC o en el entorno del partido. Pero todos ellos tienen una capacidad poco frecuente en la política institucional para explicar con palabras que cualquiera entiende conceptos complejos.

Es por esta cualidad que ERC ve en ellos un tesoro. Con las encuestas a favor y en una lucha sin descanso por la hegemonía política, no solo en el independentismo sino en el conjunto de la política catalana, los republicanos apuestan por acercarse a los maxis y las paulas, por aprender de todos los indios de Junqueras para acabar asaltando los fuertes del séptimo de caballería.

“A veces no sabemos ni cómo nos salen las cosas, pero siempre acaban saliendo. Le ponemos el corazón”, explica Paula mientras prepara los autobuses que saldrán del Baix Llobregat para el acto que celebran en la prisión de Lledoners el día 2 de noviembre, coincidiendo con el primer año de encierro de Junqueras y Joaquim Forn. “¿El primero?”, se queja Adela. “Eso quiere decir que vendrán más, y eso no puede ser”. En el grupo, hay quien ni siquiera quiere aceptar qué a Junqueras puedan pedirle más de 20 años. Este viernes, cuando se conozca el escrito de la Fiscalía, escucharán por primera vez los cargos a los que se enfrentará su amigo.

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