Ciencia Crítica pretende ser una plataforma para revisar y analizar la Ciencia, su propio funcionamiento, las circunstancias que la hacen posible, la interfaz con la sociedad y los temas históricos o actuales que le plantean desafíos. Escribimos aquí Fernando Valladares, Raquel Pérez Gómez, Joaquín Hortal, Adrián Escudero, Miguel Ángel Rodríguez-Gironés, Luis Santamaría, Silvia Pérez Espona, Ana Campos y Astrid Wagner.
Yo también quiero un fondo de contingencia como el de la Casa Real
Hablar de la Casa Real desde nuestro blog de ciencia crítica parece un alarde inexplicable ¿no? ¿Qué diablos tiene que ver esa vetusta institución con nuestro quehacer científico? Poco, por no decir nada... quizás un par de líneas en algún discurso sobre la importancia de nuestra tarea o un reservorio de regios nombres para las Universidades que se van creando. Menos mal, de no ser por estas pocas líneas genéticas, ¿de dónde sacaríamos nombres para nuestros centros?
En realidad la lectura de las noticias aparecidas estos días sobre los presupuestos de la Casa Real y del ejercicio de modernidad del monarca para repartir esos dineros es lo que nos ha empujado a cruzar esta frontera.
¡Qué ejercicio de ajuste y, sobre todo, qué suerte! ¡No les rebajan el presupuesto!!!
Tranquilos, no vamos a hablar de eso. Para analizar o criticar esas cosas ya hay una buena ristra de excelentes profesionales que escriben y argumentan mejor que nosotros sobre este anacronismo. Sólo vamos a bucear en el fondo del saco.
Leemos en la crónica del País “Don Felipe ha reducido las partidas destinadas a la familia real, a gastos de personal y a gastos corrientes en bienes y servicios, pero ha aumentado considerablemente las correspondientes a ”inversiones“ (140.606 euros más) y ”fondo de contingencia“ (con un incremento de 104.791 euros).” Como no somos profesionales en Teoría Presupuestaria, preguntamos sobre esto de la contingencia. La respuesta es directa y sencilla, se trata exactamente de eso, de un fondo de contingencia- es decir, una bolsa de ahorro donde van metiendo dinero para solventar cualquier dislate futuro.
No podemos dejar de retrotraernos a lo acontecido con nuestros dineros y los corralitos a los que nos han sometido nuestras instituciones y universidades. Los fondos de remanentes que con tanto esfuerzo muchos grupos de científicos fueron guardando cuando pudieron hacer el trabajo por algo menos de presupuesto eran precisamente eso, fondos de contingencia. Y se los llevó la riada… Y el presupuesto anual que no se gasta en ese año, se pierde. ¿Contingencia? Mejor que no tengas ninguna ya que fondos no habrá.
Dos cuestiones parecen relevantes en este punto.
1.- Lo de tener fondos de contingencia parece una medida muy sensata. Es por ello que no resulta fácil de entender por qué lo que es factible en una parte de nuestro Estado, no es posible en otra. Aquí cabe la mega-pregunta retórica.... ¿No somos todos iguales? Somos conscientes de la heterogeneidad del Estado pero también de que es imposible entender cómo lo que vale en una parte del mapa de servicios públicos no vale en otra.
2.- Mantener economías previsoras y conservadoras parece ineludible y absolutamente necesario en el caso de la Ciencia, donde la estocasticidad en las convocatorias y la necesidad de mantener líneas de investigación operativas cuando el azar, la mala suerte, o la falta de previsión del político de turno determinan caídas de la financiación, sólo pueden ser mitigadas con dichas bolsas, o como dicen nuestros compañeros y servidores públicos de la Casa Real, con “fondos de contingencia”. Dichas bolsas que fueron eliminadas y “robadas” en aquellos corralitos eran exactamente eso, bolsas, colchones que permitían el funcionamiento y la operatividad de los grupos en aquellos momentos en los que se producían caídas de la financiación.
El corolario es muy sencillo. Si una parte del Estado puede presupuestariamente contar con un fondo de contingencia o hucha para el futuro que puede ser administrada directamente por ellos de manera transversal a lo largo del tiempo, nosotros queremos poder hacerlo también. Por cierto, mientras se habilitan estos fondos y si no es molestia....por favor, que nos devuelvan los dineros que fuimos ahorrando para poder mantener nuestras líneas de investigación operativas.
Sobre este blog
Ciencia Crítica pretende ser una plataforma para revisar y analizar la Ciencia, su propio funcionamiento, las circunstancias que la hacen posible, la interfaz con la sociedad y los temas históricos o actuales que le plantean desafíos. Escribimos aquí Fernando Valladares, Raquel Pérez Gómez, Joaquín Hortal, Adrián Escudero, Miguel Ángel Rodríguez-Gironés, Luis Santamaría, Silvia Pérez Espona, Ana Campos y Astrid Wagner.