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Sobre este blog

Este blog se dedicará a hablar de uno de los fenómenos más incipientes de la actualidad: el mundo seriéfilo. Recomendará, analizará y traerá curiosidades de series de televisión estadounidenses, británicas, europeas y de otros países del mundo.

 

‘The End of the F***ing World’: la pequeña Thelma y Louise de nuestra generación

Foto: nme.com

Mario Cerdeño

Bonnie y Clyde o Clyde y Bonnie o Thelma y Louise o Louise y Thelma. Las mires por donde las mires, ambas son de las parejas más míticas de la historia cinematográfica. Sus historias han inspirado a miles de guionistas y directores tanto en series de televisión como en películas. Esta semana escribiré sobre James y Alyssa, personajes protagonistas de una revisión fresca, moderna y muy particular del relato en ‘The End of the F***ing World’, que aterrizó hace unas semanas en Netflix.

Se trata de una serie de producción británica creada por Jonathan Entwistle para el canal Channel 4 basada en la novela gráfica de Charles S. Forsman ‘The End of the Fucking World’. Una comedia negra e irónica protagonizada por los jóvenes actores Jessica Barden ('Penny Dreadful’) y Alex Lawther (‘Black Mirror’). Una road-movie francamente divertida, eléctrica e interesante que va a sorprender a aquellos que le den una oportunidad.

La historia se centra en James (Alex Lawther), un adolescente que se autodefine como psicópata y que fantasea con la muerte, y en Alyssa (Jessica Barden), chica rebelde, malhumorada y con pocos amigos. Ambos van al mismo instituto. Su forma de ver el mundo hace que vivan en una aparente y constante infelicidad; ambos congenian a los pocos instantes de verse en la cafetería: el primero fantasea con matarla, y la segunda, lo ve como una especie de alma gemela. Sin meditarlo prácticamente nada deciden lanzarse a un viaje vital que les permita escaparse de sus penosas e insatisfactorias vidas.

Es un tiempo donde el ritmo de la vida es frenético y lo que se sale de la norma suele ser vilipendiado convirtiéndose en un juguete roto de la sociedad. De esto trata, o por lo menos, yo veo ese enfoque en la serie ‘The End of the F***ing World’. Por un lado, James está obsesionado con matar, pero su problema real es que debido a un hecho traumático en su infancia tiene una inquietud brutal hacia el concepto de la muerte. Ella, por otro lado, es una persona visceral que odia a su familia debido al rechazo sufrido por su padrastro y su madre, aunque realmente quiera formar parte de ella. Este el punto de partida de dos personajes que evolucionan muy bien a lo largo de este particular viaje introspectivo en el que se embarcan ambos.

Una road-movie que tiene un afán esclarecedor, es decir, el del aprendizaje de ambos protagonistas. Un camino hacia el descubrimiento personal de dos adolescentes que son dos juguetes rotos sin tener plena conciencia de ello. Porque ‘The End of the F***ing World’ es un paseo existencial, el del crecimiento personal y el autodescubrimiento, a través de la experiencia adquirida por la interacción con la más cruda realidad.

La clave está en la fantástica evolución de James y Alyssa, en cómo su visión particular del mundo se va adaptando y cambiando, a la vez que se dan cuenta que todo no era como ellos creían. Sobre todo, cómo ese choque con el mundo les hace cambiar, al final de la temporada, la realidad de su propia concepción. Una historia sobre el autodescubrimiento, con toques de amor adolescente, que demuestra lo importante que es contar, tener y confiar en una persona.

La serie ha sabido calar en el público por ese aire fresco y gamberro, con ese toque irrespetuoso del humor 'british'. Una road-movie que sabe combinar a la perfección la riqueza de un ritmo más contemplativo, cuando la narración lo requiere, con un ritmo más frenético y electrizante. También su éxito está en cómo la historia es capaz de cambiar de tono de forma natural y orgánica: de lo deprimente a lo alegre o de lo tierno a lo duro. ‘The End of the F***ing World’ se convierte en una comedia ágil con interesantes contrapuntos dramáticos.

Los monólogos interiores se vierten en la pantalla para hacer partícipe al espectador de los pensamientos de ambos protagonistas. Esa voz de sus pensamientos, ideas y opiniones que pueden o no concordar con su comportamiento. Para mí, es otra de las claves del éxito de la serie, junto con los actores Alex Lawther y Jessica Barden.

‘The End of the F***ing World’ es una serie gamberra que le favorece muchísimo la duración de sus capítulos. Una ficción que es un soplo de aire fresco perfecto para maratonear en estos días fríos. Se encuentra en Netflix.

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