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La fachada del edificio incendiado en València está revestida de un material inflamable

Edificio incendiado en València.

Lucas Marco

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El edificio arrasado por el fuego este jueves en València estaba revestido de un material inflamable, según ha confirmado Esther Puchades, vicepresidenta del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de València (Cogitival). Puchades, autora del peritaje de la finca, aseguró este jueves en À Punt que “es muy evidente” que el material ha propiciado que el fuego devorara rápidamente el complejo, situado entre las avenidas del General Avilés y del Maestro Rodrigo, en el barrio de Campanar.

Sin embargo, este viernes, Esther Puchades ha matizado que se tratara de poliuretano, el primer material que aventuró, y ha asegurado que la fachada, en todo caso, tenía componentes plásticos.

El Colegio Oficial de Arquitectura Técnica (COAT) de València ha pedido este viernes “cautela y prudencia” respecto las valoraciones de las causas del incendio. A falta de las conclusiones de la investigación técnica, el COAT asegura respecto a las llamas que “su extraordinaria velocidad de propagación y la observación del comportamiento del fuego parecen indicar a priori que han influido las características de la fachada junto al viento imperante”. “Pero no podemos determinar aún qué ha sido lo que ha hecho que esa fachada tuviera un comportamiento frente al fuego como el que ha tenido”, agrega la entidad en un comunicado.

El Colegio Oficial de Arquitectura Técnica de València afirma que la documentación sobre el edificio reseña que el aislante era mineral de lana de roca (y no poliuretano, como se afirmó en un primer momento). “No podemos concluir a priori que haya sido el aislante”, indica el comunicado.

El edificio fue construido en 2005, por la promotora Fbex y, debajo de la fachada, habría algún tipo de material aislante con una capa de aluminio hacia el exterior. “Eso es lo que ha ocasionado”, asegura Esther Puchades, la “rapidísima propagación del fuego”.

La construcción del edificio se inició en 2006, con anterioridad al Código Técnico de la Edificación (CTE), la actual normativa que rige las edificaciones. A su vez, en 2019, se aumentaron las exigencias del CTE a raíz de un incendio similar ocurrido en Londres, aumentando las exigencias respecto los materiales y las fachadas ventiladas.

El COAT de València rechaza las “especulaciones no documentadas” y recuerda que España cuenta con normas de construcción “tremendamente restrictivas y exigentes”. “La investigación determinará las causas y será momento de estudiar acciones para que nunca pueda producirse una tragedia como esta”, concluye el Colegio Oficial de Arquitectura Técnica de València.

Por su parte, la Asociación de la Industria del Poliuretano Rígido (IPUR) ha asegurado este viernes que “no hay evidencias de que el poliuretano formara parte de la fachada ventilada del edificio”. “Ni como relleno del revestimiento exterior, ni como material aislante en la cámara de aire propia de esta solución constructiva.

El producto aislante que ocupaba la cámara de aire de la fachada ventilada del edificio, según ha confirmado la administradora de la finca siniestrada y recoge el Libro del edificio, no era poliuretano, indica la entidad.

El Código Técnico de Edificación de 2006

La vicepresidenta del Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de València afirmó este jueves que en 2005, cuando se construyó el edificio, el material no tenía “mala fama” pero que actualmente “no se utiliza”. Se trata de un material “que no se ve desde fuera”, agregó.

La misma tesis sostuvo Antonio Hospitaler, catedrático del departamento de Ingeniería Civil de la Construcción y de Proyectos de Ingeniería Civil de la Universitat Politècnica de València.

Hospitaler detalló, en declaraciones a Europa Press, que la propagación por fachada es “mucho más rápida que un incendio al aire libre” y que, si hubiese estado construida con ladrillo y no con un material combustible, “no se hubiera propagado”.

El catedrático precisó que el Código Técnico de Edificación, desde el año 2006 y con modificaciones recientes, “previene ese tipo de situaciones y que los materiales de la fachada no sean combustibles para evitar una propagación de incendios por ella”.

“La fachada tiene una propiedad física en la que se le pegan las llamas y, al hacerlo, suben a toda velocidad y entonces, el incendio se extiende por toda la fachada rápidamente. Eso ha provocado que se rompieran los cristales de las viviendas y se propague el incendio al interior de las casas”, detalló.

El ingeniero indicó que las investigaciones deberán determinar el origen, si las llamas comenzaron en el interior de una vivienda, pasaron a la fachada y, de ahí, al resto del edificio, o si se originó en la propia fachada.

La normativa europea que permitía el uso del poliuretano (el material al que se refirió en un primer momento Esther Puchades) tras el incendio en la torre Grenfell en el distrito de North Kensington en Londres el 14 de junio de ese año. “Ocurrió exactamente lo mismo. Fue un incendio que se propagó por fachada y eso causó una actualización de la normativa europea al respecto”, recordó Antonio Hospitaler.

Además, en el momento del incendio en Campanar soplaban fuertes rachas de viento, de entre 50 y 60 kilómetros por hora, según registraron varios observatorios.

Las temperaturas también fueron “muy anómalas” para finales de febrero, concretamente de 24,5º en el aeropuerto de València a las 12.20 horas y de 24,3º en València a las 12.30 horas.

Hay al menos nueve fallecidos en el incendio y los equipos sanitarios han atendido, de momento, a 14 heridos, seis de ellos bomberos. Las llamas han arrasado el edificio en muy poco tiempo. El fuego se ha iniciado en el séptimo piso, según uno de los videos que un vecino ha registrado al inicio de las llamas.

Un edificio construido por la promotora Fbex

El humo provocado por el incendio se ha podido ver desde gran parte de la ciudad de València. El dispositivo de emergencias es el mayor despliegue desde el accidente del Metro en 2006.

El edificio cuenta con 14 alturas y 138 viviendas. Fue construido entre 2005 y 2008 por la promotora Fbex. En 2010, la firma entró en concurso de acreedores con una deuda de más de 500 millones de euros.

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