Ni apéndice del norte ni colonizado del sur
“Qui encara estiga viu que no digui mai més.
El que és segur no és segur.
Tot no será sempre igual.
El que hagi caigut ha d’alçar-se.
El que hagi perdut ha de lluitar.
Perquè els vençuts d’avui són els vencedors de demà
i el mai més es tornarà ara mateix“.
Bertolt Brecht, en versión de Josep Fontana, Barcelona, 1995
Para convencer importa más emocionar que ser entendido. El 23 de abril, dia de Sant Jordi, --Isidro Fainé presidente de Criteria, núcleo de CaixaBank– en vez de regalar un libro y una rosa, se fue a hablar con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Poder económico y poder político reunidos en horas graves para la geoestrategia del Estado. La política española echa humo. La economía política, también. Colea el fulminante relevo de José María Álvarez-Pallete por Marc Murtra en la presidencia ejecutiva de Telefónica. En la sala de palancas los grupos de presión forcejean por ocupar el puente de mando.
Lejos de Roma
La marea arranca desde que los ciudadanos, en democracia, diseñaron en 2023, con su voto, un horizonte incierto: el PSOE de Pedro Sánchez al timón. Sin oposición consistente, comandada por Alberto Núñez Feijóo, tras la grave crisis de la derecha. La que desbancó al tándem Pedro Casado-Teodoro García Egea, por los caprichos de Isabel Díaz Ayuso, con plenos poderes en los cubículos de la capital de España. Pedro Sánchez tiene trabajo en diversos frentes: el interno de su partido, el económico-estratégico, el exterior de Trump a China. Ahora el apagón y el valenciano con un presidente, Carlos Mazón, zombi en la demarcación territorial –el País Valenciano– donde se dirimirán los dos impostores: victoria o derrota, en las elecciones que han de venir.
Discernir y decidir
El 26 de abril se enterró al Papa Francisco, se abre un interrogante trascendente en Roma y Pedro Sánchez no forma parte de la comitiva aérea del Reino de España. El jesuita Jorge Mario Bergoglio se negó a que reposen sus restos en el Vaticano, con la mayoría de los pontífices y busca descanso en la Basilica di Santa Maria Maggiore, lejos de Benedicto XVI. Sede del cristianismo radical en Roma y encomendada a la Virgen María. La Inmaculada, misterio y enseña de la Compañía de Jesús. Francisco en su último adiós quiso pasar por la Iglesia del Gesú, donde está enterrado Ignacio de Loyola. Discernir y decidir, principios ignacianos para descodificar el corazón. El Papa fallecido dejó claro que el discernimiento es un reto que implica esfuerzo, libertad y afectos. Es agotador pero indispensable para vivir. Tomar una decisión hermosa y correcta trae alegría. Las elecciones tienen consecuencias para ti, para los demás y para el mundo. Hasta ahí el mensaje jesuítico de un Papa –belleza, bondad, verdad– reformador de la Iglesia que ha de resurgir del inminente Cónclave.
Tocando fondo
Los valencianos necesitan ejercitar la inteligencia, la habilidad y la voluntad para aprovechar las oportunidades. Esclarecer su futuro como pueblo. Quizás no saben lo que quieren, pero sí tienen claro lo que no les conviene. Los humanos del País Valencianio atraviesan tiempos difíciles. Precisamente acuciados por la indecisión. En los tiempos graves hay que decidir con audacia y acierto. ¿Es posible que un líder económico-empresarial –Juan Roig, Vicente Boluda– llame a Joan Lerma, expresident de la Generalitat, para asesorarse en la hora crítica en la que nos encontramos? ¿Juan Roig o Vicente Boluda son llamados a la Moncloa por el presidente del Gobierno para decidir? Los valencianos se han quedado sin poder financiero y tienen un endeble poder empresarial. En el apartado político, salvada la etapa posibilista –hizo lo que pudo y le permitió su partido (PSOE)– de Joan Lerma (1982-1995), llegó la esperanza de la derecha, Eduardo Zaplana (1995-2002), condenado, encarcelado y pendiente de ejecución de sentencia ¡Ay, los tribunales! Le sucedió José Luís Olivas (2002-2003) detenido por la guardia civil y acusado de estafa y malversación. Francisco Camps (2003-2011) le siguió y acabó inmerso en varios procesos de los que resultó ‘no culpable’ y por estos motivos Mariano Rajoy forzó su dimisión poco honorable. Después llegó Alberto Fabra (2011-2015) --teledirigido desde Génova,13-- del club de Benicàssim, que pasó sin pena ni gloria. A pesar de que descubrió la ‘sociedad civil’ le negó su apoyo en las elecciones que ganó Ximo Puig (2015-2023) aliado con Compromís. Las dos legislaturas lideradas por el PSOE y Compromís no resolvieron las cuestiones cardinales que condicionan la vida de los valencianos: financiación, competitividad, educación y cultura. La etapa más decadente es la protagonizada por Carlos Mazón (PP) al frente de la Generalitat, nominado por el extinguido Teodoro García Egea y aliado con la ultraderecha de Vox desde antes que ganara las elecciones autonómicas en mayo de 2023. Los valencianos desde la Dana de octubre de 2024 tienen un presidente, amparado por el Partido Popular y entregado a las imposiciones de la extrema derecha para sobrevivir. La figura insólita del presidente fantasma es la que todavía no se había instalado en la Generalitat. En esta ocasión con la estrambótica asistencia del general político, José Francisco Gan Pàmpols, en la vicepresidencia del Consell.
¿Quién manda aquí?
Dicen que el Roig Arena será el monumental coliseo donde se medirán las debilitadas fuerzas del País Valenciano. Para el 20 de noviembre –largo lo fiáis– está previsto un acto multitudinario de la plataforma: “Queremos corredor’, se supone ferroviario y mediterráneo.
Después de múltiples manifiestos y concentraciones por la geografía hispana – Madrid, Barcelona, La Encina, València, Contreras, l’Alqueria del Basket con Felipe González y Carlos Mazón– desde la obsesión concentrada en el déficit en infraestructuras, se ha olvidado el nudo gordiano de la ecuación: alcanzar la justa financiación del País Valenciano del que dice el presidente de AVE,Vicente Boluda, “que los demás también corren y nos están adelantando por la izquierda y por la derecha”. Tenemos un País Valenciano quebrado con la astronómica deuda de 60.000 millones de euros (que cuestan más de 1.000 millones anuales en intereses) en el debe y en ascenso. Cuenta pendiente que los gobiernos de España, de derechas ni de izquierdas, a lo largo de más de 30 años, quieren afrontar ni solucionar. Así ni infraestructuras, ni sanidad, ni educación ni servicios sociales ni cultura ni autonomía. Es lo que se persigue: borrarnos del mapa. El autogobierno valenciano en abierta recesión se limita a pagar sueldos y gasto corriente, que se multiplican por las preferencias y los caprichos de los partidos políticos. Con perversidad han conquistado la Generalitat Valenciana para lucrarse e imponer sus contratados y designados, sin desmontar a los del adversario. Esta jugada ya supuso el cierre de la radiotelevisión, Canal Nou, para reemplazarla por una raquítica, À Punt, objeto de depuraciones y reconversión sectaria para salvar al soldado Mazón, con una purga estéril. La pregunta clave es ¿qué hace y qué dice el general Gan Pàmpols –vicepresidente ‘apolítico’ del Consell– sobre estos procedimientos inquisitoriales y anti periodísticos, absorto en la Recuperación? ¿De qué nos hemos de recuperar si nunca estuvimos bien. Si los puntos débiles de la economía y de los pueblos siniestrados en la Dana, carecen de cauces sociopolíticos para reivindicar sus derechos?
Voluntad de ser
Fue el historiador catalán Josep Fontana, conocedor por experiencia de la situación del País Valenciano, quien en un afectuoso ‘Record de València amb Vicent Ventura al fons’ (1995) animaba a los valencianos a alejarse del posibilismo que les atenaza para: ’debatre –en una discussió franca i oberta, que no es vegi inhibida per manipulacions fantasmagòriques–i de decidir finalment qué ha de voler dir ésser valencià. Valencià així, en tota la plenitud i puressa del sentit: ni apèndix del nord ni colonitzat del sud’. Catalunya no nos entiende y en la ecuación española no estamos o sobramos.
Miedo a la cultura
Pronto se cumple el centenario de un discurso (22 de mayo de 1925) de Julián Ribera i Tarragó (Carcaixent,1858-1934), académico y arabista, seguidor de la teoría de la aculturación, quien al referirse a la época mozárabe decía que las familias valencianas, en cuyas manos cayó la autoridad, se portaron como debilísimos gobernantes y añadía: ‘Si no eran capaces de gobernarse a sí mismos, ¿cómo habían de gobernar a los demás? En València lo interesante de su historia no son las proezas militares, ni su genio político, sino su vida interior, su cultura.“ Y precisamente lo que está abandonado, ahora, por todos los gobernantes es la cultura. La cultura da miedo y es perseguida porque es una fuerza antropológica incontrolable. No se mide ni se vende ni se compra. Está ahí y prevalece. Desde mucho antes que los politicastros de turno. La cultura hay que conocerla, estimarla, protegerla y estimularla. Para que crezca y poder transmitirla. Nunca negarla ni censurarla. El conocimiento, la inteligencia, la vocación cultural y el sentido del arte necesitan libertad y retropropulsión. Sin cultura no hay política ni crecimiento económico ni país. Las sociedades que influyen y marcan época no son deudoras del dinero. Sino de la fertilidad cultural que genera su eficiencia.
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