Muere en Valencia a los 81 años el estudioso del movimiento obrero Ramiro Reig

“El ideal nuestro era no solo dar testimonio del Evangelio (había una canción de la HOAC que decía 'Jesús era un obrero y por eso le mataron') sino integrarnos en los movimientos sociales”. Así explicaba Ramiro Reig en 2008 a Xavier Corrales en el libro De la misa al tajo, la experiencia de los curas obreros, un compromiso al que fue fiel toda su vida.

Este sábado 19 de mayo Ramiro Reig, nacido en Xàtiva en 1936, falleció en Valencia a los 81 años. Sacerdote jesuita, luchador contra el franquismo (lo que le costó una detención en 1970) y miembro de la ejecutiva de Comisiones Obreras del País Valenciano surgida de su primer congreso, con su muerte, la cultura valenciana pierde a un gran intelectual que centró sus estudios en el movimiento obrero y a un especialista en Blasco Ibáñez y el blasquismo.

Profesor de Historia de las Instituciones Económicas en la Facultad de Economía de la Universidad de Valencia, Reig fue un cura obrero y una referencia para la cultura valenciana. Si en 1978 publicaba junto a Josep Picó el libro Feixistes, rojos i capellans, que abordaba la relación de la iglesia con la sociedad valenciana a lo largo del siglo XX, en los años ochenta aportó títulos como Obrers i ciutadans (1982) y Blasquistas y clericales (1986) en los que abordaba la compleja relación del republicanismo blasquista con la formación del movimiento obrero.

Fruto de su profundo conocimiento de la historia del blasquismo fue su interés por la figura de su inspirador, que le llevó a publicar en 2002 una iluminadora biografía de Vicente Blasco Ibáñez, en la que se acercaba al escritor y político con una mirada alejada de prejuicios y también de tópicos, para enfocarlo, con sus contradicciones, como “un clásico popular” de enorme repercusión.

Más tarde, en 2009 su mirada se hizo todavía más amplia y publicó Las grandes corporaciones del siglo XX, una aproximación a los “gigantescos edificios del mundo empresarial” y sus creadores.

Ramiro Reig se había formado como religioso en Catalunya y había estudiado en la Universidad de Innsbruck (Austria). Desde los años sesenta, cuando fue profesor de las Escuelas Profesionales San José, en Valencia, antes de incorporarse a la Universidad de Valencia, se implicó en los movimientos sociales y sindicales, así como en el ambiente cultural. “El mundo se transforma desde abajo”, proclamaba en 2002 en una entrevista con Miquel Alberola publicada por El País, a manera de resumen sobre su actitud.