Salud mental en las aulas: cómo convertir las escuelas valencianas en espacios para el bienestar emocional
La juventud es una de las franjas etarias que peor lo ha pasado con la crisis sanitaria, al encontrarse en una etapa clave para su desarrollo y socialización, de la que se les ha privado en aras de la seguridad colectiva. Los estudios y las consultas registran un aumento del malestar emocional de los jóvenes en todos los ámbitos, con un incremento de los niveles de tristeza y ansiedad, que se ha trasladado a un aumento de los suicidios y las ideaciones en los menores de 20 años de hasta un 30%. Para afrontar la crisis resulta imprescindible construir un relato que nos permita salir de ella, apunta Dolors López, superviviente del suicidio, que insiste en esta condición: “Hay que pasar de víctimas a supervivientes”.
López es además coordinadora del Plan de Formación del Profesorado en prevención, detección e intervención del suicidio de la Conselleria de Educación de la Generalitat Valenciana, y parte integrante del Plan de Salud Mental que trabaja el comisionado de Presidencia para esta materia y que prepara un ambicioso proyecto que arranca este curso escolar. Además de la formación al profesorado, el Ejecutivo autonómico quiere que las escuelas sean espacios saludables, que vayan más allá de la detección temprana de las conductas suicidas. Se trata de convertir las aulas en una red de protección, en un lugar de bienestar, de “tener estrategias personales para resolver las situaciones y fomentar las redes de apoyo”. “Una escuela inclusiva es un factor de protección frente al suicidio”, subraya la responsable de formación.
El malestar emocional de los jóvenes bebe de las exigencias que sobre ellos se vuelcan, del rendimiento académico que se traslada a la presión por las notas, de la elección de un itinerario educativo, de las exigencias familiares, de cómo deben ser -física y emocionalmente- y cómo se deben mostrar. López recuerda que, según los mandatos de género, a cada sexo se le marca constantemente qué es lo correspondiente, con la consiguiente presión diferenciada para chicos y chicas. La retórica del 'si quieres, puedes' acrecienta esa exigencia, al depositar en el individuo la responsabilidad de no fracasar. Como consecuencia, “el nivel de autoexigencia de las adolescentes es brutal”, indica. “La exigencia crea malestar y la sociedad que lo crea no lo resuelve; abocamos a las personas a un lugar sin salida”, indica.
En el malestar emocional de los jóvenes las redes sociales tienen un importante papel. “Las redes sociales, como todo espacio sin regular, resulta peligroso”, afirma sobre un entorno en el que “las agresiones persiguen” a los agredidos, del que es cuasi imposible escapar. Facebook, a su vez propietaria y gestora de Instagram, reconoce en sus documentos internos que es consciente de que daña la salud mental de quienes se hacen adultos usando esta red. “El 32% de las chicas adolescentes dijeron que cuando se sentían mal con sus cuerpos, Instagram las hacía sentir peor”, indica el texto, sobre la presión que ejercen los cánones de belleza que la red potencia. A ello, recuerda López, se añade la pandemia, con la reducción de la socialización, del ocio, el enclaustramiento sin posibilidad de autoexploración.
Las escuelas saludables son escuelas que trabajan en el bienestar del alumnado, con formación al profesorado y de los grupos; que los profesores sepan qué les pasa a ellos y a sus alumnos. En palabras de la responsable de formación, que lleva años trabajando la prevención del suicidio con profesores y personal de emergencias, consiste en “afrontar situaciones difíciles y trabajar en la gestión del conflicto”.
A la cuestión generacional se suma que, como colectivo, hay carencias en educación emocional. “Hay una falta de trabajo de gestión de las emociones que se ha evidenciado en los jóvenes”, apunta López. El proyecto de escuelas saludables pretende trabajar estas carencias, ayudando a alumnado y profesorado a identificar los problemas, ponerles nombre y asumir las emociones.
El pasado año, con el profesorado, se trabajó el duelo; este curso se hará lo propio con las autolesiones y las señales de ideación suicida, con aquello que conduce a la “visión de túnel”. El proyecto piloto arrancará en las próximas semanas en algunas escuelas, con intención de trasladarlo a todo el sistema educativo para que la escuela sea el primer paso hacia una sociedad saludable.
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