La receta fácil y rápida de galletas de calabaza con jengibre, el complemento perfecto para la mesa de Navidad
Turrones, polvorones, mazapanes, roscos de vino, peladillas y otras pastas navideñas, junto a los tradicionales panettone, los típicos buñuelos y las galletas de jengibre forman parte de una interminable variedad de dulces que llenan los postres navideños de sabor y se convierten durante unos días en auténticos protagonistas después de las comidas o las cenas, o para tomar un tentempié a la hora de merendar.
Estos dulces, que se encuentran con facilidad en los supermercados o en pastelerías artesanales, suelen ocupar un lugar destacado en una bandeja en el centro de la mesa, siempre lista, y que se repone constantemente hasta bien pasadas las fiestas. Cada uno ofrece una textura y un aroma diferente, y seguramente tendrás tu favorito.
El clima, más frío y con días lluviosos, invita a permanecer en casa más horas y dedicar un poco de tiempo a preparar recetas caseras. Un proceso con el que no solo obtenemos un resultado delicioso, sino que también disfrutamos de un momento creativo, elaborando dulces perfectos para acompañar una tarde con chocolate caliente, infusiones o café. Incluso podemos adelantarnos y preparar estos postres el día anterior para degustarlos como colofón de la comida de Navidad.
En el caso de las galletas de calabaza con jengibre, aunque recién hechas son suaves y aromáticas, tras un día de reposo intensifican aún más su sabor, ya que los ingredientes se integran por completo. Estas galletas cumplen a la perfección con esa misión, son esponjosas, fragantes y sorprendentemente sencillas de preparar, incluso para quienes cuentan con poca experiencia en la repostería.
Además, ofrecen la posibilidad de jugar con su presentación, podemos optar por la clásica forma redonda o darles un toque especial utilizando cortadores de figuras navideñas, como árboles, bastones de caramelo, muñecos de jengibre o renos, que aportan un encanto único acorde a las fechas.
En cuanto a sus ingredientes, la calabaza es una auténtica joya culinaria. Pertenece a la familia de las cucurbitáceas, al igual que el melón, la sandía o el pepino, y durante el invierno alcanza su punto óptimo de dulzor, ya que suele recolectarse en otoño.
Destaca por su contenido en vitamina C, aunque parte de esta se pierde con la cocción. Destaca su aporte de betacarotenos, un pigmento que no solo da el color amarillo anaranjado. Estos compuestos actúan como precursores de la vitamina A, esencial para la visión y el sistema inmunitario. Este carotenoide es un rico antioxidante con numerosos beneficios, según la Fundación Española de Nutrición (FEN)
El jengibre, por su parte, aporta un contrapunto aromático y ligeramente picante que combina a la perfección con la suavidad de la calabaza. Su raíz contiene altos niveles de antioxidantes, lo que ayuda a reducir la actividad de los radicales libres. Como resultado, disminuye el daño celular y favorece un envejecimiento saludable. Asimismo, se le atribuye propiedades inflamatorias, digestivas y analgésicas.
La receta de galletas de calabaza con jengibre
Su mezcla de calabaza asada, jengibre, canela, nuez moscada y esencia de vainilla crea un equilibrio perfecto entre dulzor y especias. Estas galletas aportan un toque artesanal a la mesa. Además, son ideales para acompañar un chocolate caliente, un café después de la comida o incluso para regalar en pequeñas bolsitas decorativas. En total se necesita aproximadamente media hora entre preparación y cocción. Estos son los ingredientes para obtener 25 unidades:
- 35 gramos de canela molida o tres cucharadas
- 20 gramos de jengibre molido
- 25 gramos de nuez moscada molida
- Media cuchara de clavo de olor molido
Para la masa
- Una taza y media de mantequilla, alrededor de 450 gramos
- Una taza de puré de calabaza
- Una taza y un cuarto de azúcar morena
- Una taza gramos de azúcar blanco
- Dos cucharillas de vainilla
- Tres tazas de harina, unos 500 gramos
- Una pizca de sal
- Una cucharilla de polvos de hornear
Una vez que tengamos todos los ingredientes preparados, podemos ponernos manos a la obra. Para empezar, tomamos un bol y añadimos las especias: canela, nuez moscada, jengibre y clavo de olor. Mezclamos cuidadosamente para que se integren de manera uniforme y reservamos mientras preparamos los demás ingredientes.
En un cuenco amplio, vertemos la mantequilla ya derretida y agregamos el azúcar blanco y el azúcar moreno, removiendo hasta obtener una mezcla homogénea. A continuación, incorporamos la esencia de vainilla y el puré de calabaza, mezclando nuevamente hasta que todos los elementos se integren perfectamente y se forme una masa suave y aromática.
Por otro lado, tamizamos la harina ene un bol, pasándola por un colador dos o tres veces, para garantizar que quede fina y sin grumos. Repetimos este proceso con la sal, el polvo de hornear y las especias previamente mezcladas, incorporándolas a la harina y removiendo hasta formar una masa uniforme. Luego, añadimos la mezcla de la mantequilla y calabaza, amasando suavemente hasta obtener una textura elástica y cohesiva.
En este punto, podemos añadir toppings al gusto, chocolate picado, frutos secos, pasas o incluso semillas de calabaza, lo que aportará un extra de sabor y textura. Cuando la masa esté lista, formamos bolitas con las manos y las aplastamos ligeramente, o bien estiramos la masa con un rodillo y usamos cortadores con formas navideñas para darle un toque creativo y festivo.
Preparamos una bandeja apta para el horno, engrasándola con mantequilla, aceite o podemos forrarla con papel vegetal. Colocamos las galletas separadas, dejando espacio suficiente porque al hornearse aumentarán de tamaño. Horneamos a 180 grados durante aproximadamente quince minutos, hasta que estén ligeramente doradas.
Finalmente, dejamos reposar las galletas en una rejilla hasta que se enfríen un poco y se mantenga tiernas, listas para disfrutarlas acompañadas de chocolate caliente, infusiones o café en una tarde navideña perfecta.
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