La portada de mañana
Acceder
Las pruebas de que el Hospital de Torrejón elegía a pacientes rentables
Preguntas para el PSOE: ¿escuchan a sus feministas?, ¿por qué callan los hombres?
OPINIÓN | 'El Gobierno y el Real Madrid', por Antón Losada

Toma nota: alimentos que tener como fondo de despensa para no pedir comida a domicilio

Los alimentos enlatados y congelados pueden evitar el gasto en 'delivery'.

Martín Frías

0

¿Pides comida a domicilio? Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, los ingresos del sector del delivery en España se han prácticamente triplicado, y la previsión es que sigan creciendo a este ritmo imparable en los próximos años. Un tercio de las personas en España ya piden comida a domicilio al menos una vez por semana

Sin embargo, en paralelo, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, hemos reducido el desperdicio de alimentos en los hogares hasta su nivel más bajo desde que hay registros. Existe, por tanto, una conciencia creciente sobre el valor de la comida y la planificación.

A pesar de esa mayor conciencia, es difícil resistirse cuando se llega a casa tarde del trabajo y lo que menos apetece es cocinar. Plataformas como Uber Eats, Glovo o Just Eat han convertido el acto de alimentarse en un servicio a demanda, donde la oferta es casi infinita y el esfuerzo, mínimo. Para el 62% de los usuarios de las plataformas como Uber Eats, Glovo o Just Eat, la razón principal para pedir es que les facilita el día a día, según el informe del Gastrómetro de Just Eat.

Frente a esto, cocinar puede parecer una pérdida de tiempo. Sin embargo, hay fuerzas en contra. En el informe sobre desperdicio de alimentos se comprueba que el aumento del teletrabajo, por ejemplo, está favoreciendo un mayor uso del táper y la comida casera.

Por qué cocinar en casa

La diferencia entre un plato cocinado en casa y uno entregado en un recipiente de plástico va más allá del sabor. La comida casera devuelve a las personas el control sobre su contenido: es posible decidir la calidad del aceite, la cantidad de sal y azúcar, y evitar aditivos, conservantes y grasas de baja calidad, que suelen abundar en los alimentos ultraprocesados y en muchos platos preparados.

La clave para no caer en la tentación de pedir comida por el móvil no está en llenar la nevera de productos frescos que tendremos que tirar en pocos días, sino en crear un 'fondo de despensa' con productos de larga duración que nos permitan preparar una comida o cena sana en poco tiempo. Esta despensa se construye con dos pilares: las conservas y los congelados.

Conservas:

  • Legumbres cocidas
  • Tomate triturado natural
  • Latas de atún y otros pescados
  • Verduras en conserva

Congelados: 

  • Verduras 
  • Pescado 
  • Marisco
  • Bases de sofrito y caldo

Los tarros de legumbres cocidas como garbanzos, lentejas o judías duran meses y están listas para convertirse en un guiso rápido o una ensalada. El tomate triturado puede convertirse en un sofrito (añadiendo los otros elementos de la base congelada) para un arroz o una salsa. Las conservas de atún, bonito o sardinas en aceite de oliva son una fuente de proteínas de altísima calidad para ensaladas, pastas o rellenos, y un aporte de omega-3. Las verduras en conserva de alta calidad, como espárragos, corazones de alcachofa o pimientos, aunque proporcionan menos vitaminas que las frescas o congeladas, pueden convertir un plato anodino en una delicia. Los caldos en brik completan el arsenal.

Un congelador bien organizado es como tener un huerto y una pescadería. Estos son los productos que, frescos, se echan antes a perder. Las verduras congeladas como espinacas, guisantes, judías verdes o brócoli se ultracongelan en su punto óptimo de frescura, conservando sus nutrientes. Por otro lado, las porciones de pescado congelado como merluza o salmón, o marisco, incluyendo gambas, almejas y mejillones, puede descongelarse rápidamente para una cena ligera y saludable. En el congelador también podemos tener ajo y cebolla picada lista para usar y añadir a cualquier preparación.

De la despensa a la mesa

Estos son algunos ejemplos de uso del fondo de despensa para hacer platos saludables en pocos minutos:

  • Salteado oriental de gambas: en una sartén con aceite bien caliente, saltear un puñado de gambas congeladas con ajo y guindilla. Añadir una bolsa de mezcla de verduras asiáticas congeladas (brotes de soja, bambú, setas shitake) o en su defecto, verduras congeladas en trozos de otro tipo. Añadir un chorro de salsa de soja y dejar cocinar un minuto más a fuego vivo. Servir sobre fideos de arroz, que se cuecen en cinco minutos, o sobre arroz predominado de microondas. Más rápido, más sano y más sabroso que cualquier asiático en tu móvil.
  • Plato de cuchara exprés: sacar de la despensa una lata de garbanzos escurridos, un par de patatas troceadas, un chorizo o un trozo de panceta y un brik de caldo de verduras. Sofreír el chorizo, añadir las patatas, los garbanzos y cubrir con el caldo. En 20 minutos tendrás un cocido a medida.
  • Tortilla o quiche: la solución perfecta para esa bolsa de espinacas congeladas. Descongelar en el microondas y escurrir bien las espinacas. Mezclar una lata de atún y un par de huevos batidos. Esta mezcla se puede cuajar en la sartén como una tortilla o, si queremos una cena más elegante, podemos añadir nata o leche evaporada, y verterla sobre una base de masa quebrada para hornear y tendremos una quiche. En menos de un cuarto de hora, una cena completa, saludable y deliciosa.

Tener un fondo de despensa en casa no es una renuncia al placer, sino un acto de soberanía alimenticia con el que recuperamos el control sobre nuestra dieta. También nos obliga a parar para cocinar y dedicar aunque sean unos pocos minutos al autocuidado, y puede hacernos ahorrar cientos de euros a final de mes. 

Etiquetas
stats