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Douglas Kennedy sitúa suspense familiar de infidelidad en el París de los 70

Douglas Kennedy sitúa suspense familiar de infidelidad en el París de los 70
Barcelona —

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Barcelona, 13 oct (EFE).- El escritor norteamericano Douglas Kennedy, con más de 17 millones de ejemplares vendidos, vuelve a adentrarse en su género favorito, el “family noir” o de suspense familiar, en su última novela, “Isabelle por la tarde”, en la que indaga sobre la infidelidad a partir de la historia de amor entre un joven y una mujer madura.

“Isabelle por la tarde” (Arpa en castellano y Univers en catalán) se sitúa en el París de los años 70, donde Sam, un estudiante americano recién llegado para disfrutar brevemente de la vida bohemia, conoce a una mujer en una librería, Isabelle, enigmática, hermosa, 14 años mayor que él, con gran experiencia en el amor y casada.

Lo que comienza como un encuentro fortuito, se convierte en una aventura furtiva y apasionada, que durará décadas.

En una entrevista con EFE, Kennedy ha explicado que el punto de partida de esta novela era su segundo divorcio, una cierta sensación de “haber fracasado” y la asunción de que “la búsqueda del amor puede seducir y a veces cegarte”.

Kennedy, que había vivido durante 20 años en Francia, en los que había tenido relaciones con mujeres francesas, pensó en “el bagaje cultural que llevas a la habitación cuando te relacionas con alguien que no es de tu país”, y se preguntó hasta qué punto “es posible mantener la pasión y la conexión verdadera con otra persona cuando no se trata de una relación cotidiana”.

Escogió París como escenario de su novela porque “los franceses tienen una actitud muy distinta hacia la moralidad del matrimonio en comparación con los norteamericanos, mientras que en EEUU, en gran medida cuando haces un voto, una promesa, si la rompes ya no eres tan buena persona porque has engañado”.

El autor también quería escribir un libro sobre el momento que vivía París, cuando “todavía no se había convertido en una ciudad tan cara, en la que todavía había un ambiente bohemio y esto se reproducía en otras ciudades europeas o en Nueva York, cuando todavía no mandaba tanto el dinero y cuando todo el mundo fumaba, era la generación del 68”.

Sobre la idea de esta pareja mixta de amantes, a Kennedy le interesaba “la idea de un hombre más joven con una mujer 14 años mayor, con más conocimiento sobre la complejidad de la vida, y que además ella estaba casada y tenía un hijo en el transcurso de su relación”.

A pesar de que Kennedy ha dicho que es su “novela más íntima”, asegura que “no es autobiográfica”.

Acepta la etiqueta de “family noir” que se coloca a sus libros y atribuye el especial éxito en Francia a que su forma de narrar es similar a la del siglo XIX, que puede gustar a profesores de la Sorbona y a conserjes de su edificio: “Creo que en Francia me ven como un escritor que se hace muchas preguntas sobre la condición humana, preguntas existenciales, y que al mismo tiempo escribe relatos amenos que invitan a la lectura”.

Nunca ha querido buscar el éxito comercial, pero las ventas quizá, añade, llegan porque en sus novelas aborda temas eternos como “la búsqueda de la felicidad, el amor, los conflictos de pareja, cuestiones muy presentes en nuestras vidas”.

Y subraya que “se puede escribir una historia de amor, con mucho sentimiento, pero sin caer en la sensiblería de una historia romántica”.

Con “Isabelle por la tarde”, Douglas Kennedy se sitúa en la estela de escritores norteamericanos fascinados por París, como Henry James, Scott Fitzgerald o Ernest Hemingway: “Nunca he visto París -confiesa- como una postal, como sería el París de Woody Allen”.

Kennedy siente admiración por los franceses porque “son un pueblo que lee mucho todavía, y París es una de esas ciudades en las que puedo dar rienda suelta a mis pasiones, sobre todo, las culturales”.

Cree Kennedy que el movimiento “metoo” era necesario porque conoce a muchas amigas que han sufrido experiencias negativas con hombres, “situaciones en las que se ha cruzado alguna línea, ya sea verbal o físicamente”, pero desconoce si el 'metoo' ha cambiado la forma en que percibe las cosas como escritor.

“Siempre he pensado que mis novelas tienen un punto de vista muy femenino, y siempre he escrito sobre mujeres fuertes e independientes, pero mujeres que también tienen un conflicto y una presión por parte de la sociedad y las familias para cumplir un determinado papel”.

El autor de “En busca de la felicidad” y “La vida empieza hoy”, ya ha acabado una nueva novela, ya publicada en inglés, “Afraid of the light”, que aparecerá en mayo en Francia y el próximo año en España, “una novela muy negra situada en Los Ángeles, en la que el narrador es un conductor de Uber y el tema que trata es el aborto”.

Jose Oliva

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