Todo listo para el Eurovisión “olímpico” de Turín

Turín (Italia), 10 may (EFE).- La ciudad italiana de Turín (norte) reanima desde hoy la villa olímpica de sus Juegos de Invierno de 2006 para convertirla ahora en meca para miles de personas del continente que acuden para la vuelta por todo lo alto de Eurovisión.

Esta noche a las 21.00 locales (19.00 GMT) dará inicio la primera de las dos semifinales -la segunda será el jueves-, mientras que el sábado será el momento de la Gran Final.

Este martes cantarán los artistas representantes de Albania, Lituania, Letonia, Suiza, Eslovenia, Ucrania, Bulgaria, Países Bajos, Moldavia, Portugal, Croacia, Dinamarca, Austria, Islandia, Grecia, Noruega y Armenia.

Además, presentarán sus temas los cantantes de Francia e Italia, dos del grupo de los “Big Five”, los cinco países -junto a Alemania, España y el Reino Unido- que pasan directamente a la final por su contribución a la Unión Europea de Radiodifusión (EBU, en inglés).

La representante española, Chanel, presentará un adelanto de su canción “Slomo” en la segunda semifinal, el jueves, mientras que para verla en directo habrá que esperar a la final del sábado.

La 66ª edición del certamen de la canción europea regresa con todo su aforo disponible -y entradas agotadas- después de más de dos años de pandemia que llenaron de restricciones la cita del pasado año en Róterdam y obligaron a cancelar el festival del 2020.

Los organizadores italianos han elegido como sede de Eurovisión el Pala Olímpico, un estadio situado en el barrio turinés de Santa Rita construido entre 2003 y 2005 para acoger el campeonato de hockey sobre hielo de los XX Juegos Olímpicos invernales de 2006.

Con capacidad para más de 14.000 personas, se levanta junto al estadio olímpico construido en 1933 por orden del dictador fascista Benito Mussolini para acoger los Juegos Litorios del décimo primer año de la “era fascista”, un evento de exaltación propagandística.

Ahora sin embargo el área deja de lado este pasado para acoger un festival que se presenta como una demostración de valores como la tolerancia, la diversidad y la paz (no en vano Rusia ha quedado excluida como represalia por la invasión de Ucrania).

La villa olímpica torinesa, a la que llegaron además unos 500 periodistas internacionales acreditados, se vio envuelta en un amplio dispositivo de seguridad, con decenas de agentes de policía y de los carabineros encargados de custodiarla.

Toda la zona era un ir y venir de eurofanes que esperaban la apertura de las puertas y de vecinos y curiosos animados por el ruido y por la jornada de intenso calor que se vive en esta ciudad italiana a los pies de los Alpes.

Aunque la capacidad del estadio no ha sido limitada para evitar contagios, sí que será obligatorio el uso de la mascarilla FFP2 entre el público durante las galas, mientras que los periodistas deben someterse a una prueba de la covid-19 al retirar la acreditación.