Rosendo y Carmen Machi, entre las medallas de Oro de Madrid
El cantante Rosendo, la actriz Carmen Machi, la Federación de Entidades y Centros para la Integración y Ayuda de Marginados (FACIAM) y el patinador Javier Fernández son Medallas de Oro de Madrid 2017 después de ser aprobadas las propuestas de la Alcaldía por unanimidad en la comisión de Cultura y Deportes. En palabras de Manuela Carmena, hay que “darles las gracias y subirles al podium”.
Carmena ha asistido por primera vez a la comisión del ramo como titular temporal de Cultura y Deportes. “Es una experiencia interesante que la alcaldesa pueda estar en cualquier rincón del Ayuntamiento y siempre aprendiendo. Es muy bueno alternar papeles”, ha declarado.
La Medalla de Oro ha premiado, en primer lugar, la labor de FACIAM, entidad que lleva a cabo “un trabajo extraordinario” en su colaboración con el Ayuntamiento para resolver el problema de las personas que viven en la calle. La alcaldesa, por otro lado, ha bromeado con la “rabia” que le ha dado la coincidencia de reconocimientos al patinador madrileño Javier Fernández, tanto por el Ayuntamiento como por la Comunidad, tras el “silencio de retribuciones”.
De la actriz Carmen Machi ha destacado sus más de veinte años sobre las tablas y la “emoción” que le transmite al haber sabido interpretar “personajes que están al final de la escala social y que ha sabido subirles al podium” para que la ciudadanía pueda identificarse con ellos.
Rosendo ya dijo una vez “no”
Carmena ha subrayado de Rosendo su procedencia. “Su música es el comentario de un vecino de Carabanchel”, ha apostillado. Sin embargo, el cantante, de 63 años, es poco amigo de homenajes. El año pasado, se vio envuelto en una polémica en torno a la propuesta de erigirle una estatua en su barrio, después de que miles de seguidores recogieran firmas para que se llevara a cabo.
El grupo de Ahora Madrid en la Junta Municipal de Carabanchel, tenía previsto llevar la iniciativa a pleno, pero cuando Rosendo supo la noticia colgó una nota manuscrita en su Facebook en la que dejaba claro que no le gustaba la propuesta.
Tras el revuelo, Rosendo matizó en la misma red social afirmando que era evidente que “una escultura no sería ni mucho menos suficiente para solucionar ningún problema de los que padece este país” y concluía diciendo que no veía motivos para tener una escultura: “No veo méritos en hacer mi trabajo con responsabilidad”. “Si encima recibo el cariño de mucha gente como es el caso, ya me considero un privilegiado”, agregó.