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Investigadores y científicos valencianos: “Pagamos por trabajar”

Unos tubos con muestras

Miguel Giménez

Valencia —

“Estoy pagando por trabajar”. Así resume Elena su situación, que ejemplifica lo que les sucede a los investigadores valencianos. Esta científica valenciana está 'disfrutando' desde el pasado 21 de septiembre de una beca de tres meses en Edimburgo en un trabajo que, de momento, le está costando dinero de su bolsillo.

Elena solicitó a principios de año una beca de investigación para formarse en una nueva técnica con CRISPR en su campo, la mejora genética vegetal. En septiembre, y sin tener noticias acerca de la resolución de su solicitud, decidió marcharse a Escocia y costear ella misma los gastos (viaje, estancia...): “En principio, mi idea era estar un mes y regresar a España, pero una vez allí decidí quedarme los tres meses a pesar de no tener noticia alguna de la concesión de las ayudas”.

A mediados de noviembre se publicó la resolución definitiva de las solicitudes, con la aprobación de la concesión de la beca solicitada por Elena, cerca de dos meses después de que iniciara su estancia en Edimburgo. El problema, sin embargo, se produce a la hora de cobrar el importe de la ayuda solicitada, 5.000 euros. Tras preguntar a la conselleria a finales de noviembre sobre una previsión de cuándo podría hacerse efectivo el importe de la ayuda, desde el departamento que dirige Vicent Marzà le respondieron que en “un par de meses”, ya que dependía de la Conselleria de Hacienda.

Elena no pudo evitar publicar su malestar a través de su cuenta de Twitter, cuestionando la apuesta de la Generalitat Valenciana por la investigación: “¿En serio? ¿Ni siquiera voy a cobrar en 2017?”.

Unos días antes, el 7 de noviembre se publicó la convocatoria de las becas para 2018, cuando todavía no se habían resuelto las ayudas de 2017 (Elena finaliza su estancia e Escocia el próximo 21 de diciembre). Entonces, desde la conselleria se llegó a anunciar que los abonos correspondientes a 2018 se realizarán antes del próximo mes de agosto.

El de Elena no es un caso aislado. Son numerosos los investigadores que se encuentran en el mismo caso o en una situación similar, teniendo que marcharse sin conocer si se les concede o no la beca y adelantando los gastos: “Y antes tienes que cumplimentar toda la documentación, contactar con un investigador de origen -con el que te tienes que comunicar varias veces para explicarle que retrasas tu llegada por problemas administrativos, con la imagen que das-, buscar alojamiento, dejar tu trabajo aquí organizado, y eso si no necesitas visado, como pasa por ejemplo con Estados Unidos”, explicaba otra afectada.

En otros casos, la Universitat de València o la Universitat Politècnica, avanza el importe de las ayudas con la condición de su devolución cuando se confirme la concesión de las ayudas: “¿Cuál es el problema? En el momento en que salen las resoluciones, la universidad te reclama el dinero que te ha adelantado, tal y como se ha pactado, pero la administración tarda en pagar, por lo que eres tú quien tiene que hacer frente a estos costes sin saber cuándo va a hacer efectivo el ingreso la administración”.

Como reconoce Elena, estas situaciones “desincentivan nuestro trabajo y la investigación”, ya que obligan a los investigadores a hacer una serie de sacrificios personales si quieren seguir formándose. No entienden como unas solicitudes realizadas en enero para estancias en el extranjero de 3 ó 6 meses no se aprueban hasta mediados de noviembre: “Y cuando se publicó la resolución de la mía todavía había algunas pendientes” -en septiembre tan sólo se habían resuelto cuatro de un total de dieciséis convocatorias-.

Plan GenT

El president de la Generalitat, Ximo Puig, presentó el pasado mes de mayo el plan GenT que, con una inversión de 61 millones de euros, pretendía frenar el éxodo de jóvenes científicos valencianos que se veían obligados a marcharse al extranjero para poder desarrollar sus investigaciones, así como intentar atraer a alguno de los 1.300 valencianos que emigraron entre 2011 y 2015 para investigar o trabajar en empresas, universidades o institutos especializados en el extranjero. Sin embargo, de momento, la situación poco ha cambiado en lo que a la investigación se refiere.

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