El agua que lucha contra el ébola
Se necesitan 250 litros de agua al día para tratar a un paciente de ébola, lo que equivale a ducharse cuatro veces en España (240 litros). En Liberia y Sierra Leona esto significa millones de litros de agua si tenemos en cuenta que las personas infectadas por el virus se duplican cada 20 días. Y que ya hay más de 9.000 personas infectadas, según los últimos datos.
Organizaciones como Oxfam Intermón,Oxfam Intermón expertas en distribuir agua potable en medio de conflictos y desastres naturales, están trabajando hoy para conseguir que los centros de tratamiento del ébola puedan disponer de este valioso líquido. Construyen tanques de agua, pozos y tuberías para que el agua no falte. También están suministrando material de protección como máscaras, botas, guantes, cloro, jabón, desinfectante para manos, lejía, fregonas y delantales para los equipos que tratan con personas contagiadas, tanto el personal médico como los equipos encargados de realizar los entierros.
Los retos son enormes. Ante un desastre natural como el tifón en Filipinas o en los campos de desplazados en Sudán del Sur, la organización humanitaria tiene que garantizar al menos 15 litros de agua por persona. Para los enfermos de ébola hay que multiplicar esa cifra por 16.
Agua limpia y jabón
Pero el agua limpia, como el jabón o la lejía, también tiene que llegar a las comunidades. La higiene es clave para prevenir nuevos casos de ébola y por eso, organizaciones como Oxfam Intermón distribuyen kits con productos de higiene básica y forman a personas de las aldeas para que difundan mensajes relacionados con este tema. Todo ello acompañado de campañas de información a través de radio o carteles para aumentar la conciencia de la gente sobre cómo pueden protegerse del virus.
Todo este trabajo es una pieza más dentro del conjunto de acciones que podrían frenar la propagación del ébola. “Nosotros estamos resolviendo una parte del problema” explica David Watako, ingeniero en agua y saneamiento de Oxfam en Liberia, pero “necesitamos poner en marcha todas las medidas necesarias para combatir esta enfermedad. Los Gobiernos tienen que ayudarnos, con más dinero y con más personal médico. Esta enfermedad no tiene fronteras. El mundo tiene que actuar ahora”.