Greenpeace empapela el Ministerio de Medio Ambiente: “Se vende por cese de actividad”

Greenpeace ha cubierto hoy la verja de la fachada del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) con carteles de “Se vende a 1 euro por cese de actividad” para denunciar el declive de las políticas medioambientales y el incumplimiento de las funciones de este departamento.

Con motivo del Día Mundial del Medioambiente, los activistas, con pancartas con el mensaje #SeVendeMinisterio, han colocado de forma simbólica una oficina inmobiliaria frente al edificio para informar a los viandantes de que el precio de “venta” es de un euro, en referencia al poco valor que el Gobierno concede al medioambiente.

“En los últimos años hemos asistido a una escalada de decisiones políticas que han tenido como consecuencia el abandono de facto de las políticas medioambientales”, ha declarado a EFE Julio Barea, portavoz de Greenpeace, para quien el ministerio se ha vaciado de contenido y se ha convertido en “ministerio florero”.

Para Greenpeace, el ministerio no ha realizado sus funciones de protección ambiental durante los últimos años y ha permitido sacar adelante proyectos contaminantes como el fracking o las prospecciones petrolíferas, ambas -dice- con un fuerte rechazo social.

Además -ha continuado Barea- ha propiciado algunas de las reformas más duras de leyes ambientales, como la Ley de Costas, la de Montes o la de Parques Nacionales, y a su vez ha frenado el desarrollo de modelos sostenibles como la pesca artesanal o las energías renovables.

La organización ecologista pone en el punto de mira al Ministerio de Medio Ambiente como máximo responsable de la situación de degradación ambiental que sufre el país.

“El Ministerio es el máximo responsable de velar por la calidad medioambiental del entorno y, sin embargo, se está convirtiendo en uno de sus principales enemigos”, ha comentado el portavoz.

A su juicio, es el momento de cambiar de rumbo y otorgar al medio ambiente el valor que le corresponde, ya que todo lo que se invierta en él tiene repercusiones positivas en la ciudadanía y el planeta, y las excusas para no hacerlo se han acabado“, ha concluido Barea.