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Glovo y Uber Eats siguen repartiendo en Barcelona pese a la batalla campal; Deliveroo y Stuart cierran

Contenedores ardiendo la noche del viernes en la ciudad de Barcelona

Analía Plaza

“Deliveroo y Stuart han suspendido el servicio esta noche. Glovo acaba de abrir 'slots'”. Adrián (nombre ficticio) tiene en su móvil todas las apps de reparto y, según el día, pilla horas —en la jerga del sector, las horas o turnos son 'slots'— en una u otra para trabajar. Anoche antes de las ocho, cuando los contenedores ya ardían en varias calles de Barcelona, envió anonadado el anterior mensaje a un antiguo compañero suyo.

“Me pareció paradójico: algunas plataformas avisaron de que cuidado y entrada la tarde, viendo la situación, Deliveroo mandó un mensaje diciendo que cerraba casi todas las áreas. Stuart otro diciendo lo mismo”, cuenta en conversación con el eldiario.es. “Y curiosamente en Glovo, que era donde yo iba a trabajar de nueve a once, no dijeron ni mu”.

Los repartidores de comida siguen trabajando en Barcelona pese a las protestas y la batalla campal en la que se sume cada noche la ciudad. Anoche, el quinto y más duro día de disturbios, Glovo abrió un turno a las ocho para quien quisiera apuntarse a repartir. “Cuando está lleno, en la app aparece en gris y no te puedes apuntar. Ayer a las ocho se puso en blanco y dije: estos están locos”, continúa Adrián. “Los de alta demanda son el de las nueve, las diez y las once. Suelen estar abiertos. En mi caso, anoche los veía verdes porque tenía horas cogidas con ellos”.

Adrián pasó dos de los turnos de alta demanda dando vueltas en bicicleta por zonas en las que suele haber pedidos, intentando hacer alguno. Su puntuación en la app —el sistema de 1 a 100 con el que Glovo decide si te da horas y cuáles— era “muy justa” así que no le quedó más remedio que salir a trabajar para subirla. “Con 97 puntos, ya notas una gran diferencia en las horas que puedes coger. Así que si no hago horas, me baja y la semana que viene apenas podría trabajar”, dice. Sin embargo, anoche apenas había clientela y no tuvo éxito. “No me salió nada en las dos horas. Supongo que la gente era consciente y no iba a decir: que me traigan el sushi a Urquinaona. Estuve en zonas no problemáticas, por Sagrada Familia, Glòries y Poble Nou, pero cuando veía policía me alejaba por otras calles”.

No hacer ningún pedido pese a estar disponible significa dos cosas: una, no cobrar; dos, no mejorar la puntuación. “Hoy me han bajado puntos por no haber hecho pedidos. Les he mandado dos emails diciendo que en general, pero especialmente ayer, solo por habernos apuntado en alta demanda deberían garantizar algo. He perdido puntos, no he tenido pedidos y encima he estado por la calle en una noche muy complicada”. En la tarde del sábado Glovo aún no le había respondido; tampoco la empresa contestó a una solicitud de información de este diario al cierre de este artículo.

El único mensaje que envió Glovo a sus repartidores en relación a sus disturbios fue uno el jueves indicando que el viernes había huelga y habría “zonas afectadas”. “Si vas a conectarte a la app, por favor, consulta el mapa dentro de la app antes de empezar a repartir para evitar entrar en zonas con alerta de riesgo”, decía. Durante la manifestación por la tarde, marcó la Diagonal en blanco. Actualmente, la aplicación tiene un botón que permite rechazar pedidos, pero “cuando has rechazado dos o tres, ese botón desaparece y tienes que contactar con soporte”, dice el repartidor. “Si consideran que tus motivos no son suficientes, lo reasignan y te penalizan”.

Como Glovo, Uber Eats tampoco dijo nada a sus repartidores. “Abrí la app por si había algún mensaje, pero no”. Su sistema de puntuación es diferente, en tanto que aparentemente no existe —uno se conecta o no a las horas que desea— aunque entre 'riders' existe la sospecha de que la empresa sí tiene en cuenta ciertos parámetros para asignar pedidos. Uber Eats tampoco ha respondido a una solicitud de información de eldiario.es

Las únicas empresas que suspendieron el servicio fueron Deliveroo, en todo el centro de Barcelona, y Stuart, en las zonas de Centro, Gracia, Provença y Tetuán. Stuart tiene dos modelo, uno tipo Uber Eats (te conectas y desconectas cuando quieres) y otro tipo Glovo (escoges franjas horarias en las que te garantizan un pago mínimo aunque no haya pedidos). “Mandaron un mensaje diciendo que no hiciéramos recogidas ni entregas en zonas conflictivas y que los que tuviéramos franjas cogidas las cobraríamos igual”, concluye Adrián. “Y Deliveroo por lo menos avisó, dio la opción de cambiarse de zona y cerró muchos restaurantes”.

Todo eso fue anoche. Por el momento, hoy ninguna de las cuatro empresas ha comunicado nada a sus repartidores.

Actualización: tras la publicación de este artículo, Glovo informó el sábado por la noche de que suspendía el servicio en todo el centro de Barcelona.

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