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Los trucos definitivos para ahorrar en tu factura de la luz

Una lampara encendida.

El precio de la luz varía continuamente en función de factores como el tipo de mercado eléctrico, la demanda, los costes de generación o los impuestos y tasas. Conociendo bien su evolución, puedes conseguir ahorrar en tu factura. ¿Cómo lograrlo?

Lo primero que hay que conocer es el mercado eléctrico al que pertenecemos como cliente, algo que se puede averiguar consultando el contrato con la compañía eléctrica. En España existen dos mercados eléctricos:

  • El mercado libre: En este escenario, corresponde a la comercializadora, es decir, la empresa eléctrica con la que tenemos el contrato, fijar el precio del kWh. Podrás comprobar que cada compañía ofrece distintas tarifas con precios diferentes. Así, los consumidores pueden elegir aquella que más se ajusta a su modo de vida. Por ejemplo, existen tarifas nocturnas, en las que el precio de la energía es menor, que encajan con aquellos hogares que pueden concentrar su gasto energético durante la noche. La existencia de tarifas fijas en el mercado libre hace que los clientes conozcan en todo momento el precio de la energía.
  • El mercado regulado: Es este caso, la tarifa energética es por horas. Esto ocurre porque el precio de la luz fluctúa continuamente, cada hora de cada día tiene un precio distinto. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ofrece el precio que tendrá el kWh cada hora del día siguiente. Los clientes de este mercado están incluidos en las tarifas de Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor, conocidas como PVPC. De esta manera, pueden consultar con un día de antelación los precios de la luz y organizarse para concentrar el consumo en las horas valle, es decir, aquellas donde el precio del kWh es menor.

Como consumidor, puedes cambiar de un mercado a otro, según te convenga.

Factores que incluyen en el precio de la electricidad

  • Costes de generación: generar energía tiene un precio. Por ejemplo, en las renovables, el coste está en los equipos, su supervisión o mantenimiento. En cambio, cuando utilizamos una materia prima como el carbón o petróleo para su generación, dependemos del precio de este producto. Si sube el precio del petróleo, subirá el coste de generación del kWh y lo veremos reflejado en nuestra factura.
  • Variaciones en el proceso de generación: no siempre es posible controlar la cantidad de energía que se produce. Por ejemplo, los días nublados se produce menos energía solar. Por otra parte, las empresas generadoras de energía también deciden, en previsión del consumo, producir más o menos energía según les pueda ser rentable o no.
  • Variaciones en la demanda energética: el consumo energético varía a lo largo del día y del año. Por ejemplo, en verano solemos utilizar más el aire acondicionado, mientras que en invierno encendemos la calefacción.
  • Impuestos y tasas: las empresas comercializadoras tienen que aplicar ciertos gravámenes a sus precios.

Teniendo en cuenta estos factores, sabemos que la demanda y la oferta varían y esto afecta al establecimiento de precio del kWh cada hora del día. Es decir, hay horas en las que apenas se consume energía, por lo que el precio es más bajo (horas valle). Ahora bien, no siempre podemos concentrar nuestro consumo en las horas valle, por lo que debemos buscar una tarifa que se adapte a nuestras costumbres y ajustar el consumo. Hay que tener en cuenta que también podemos ahorrar ajustando la potencia, que es uno de los gastos fijos en nuestra factura.

Principales tipos de tarifas

  • Tarifa fija: la comercializadora calcula un importe fijo al mes, independientemente de lo que consumas. Esta tarifa conviene a aquellos que no quieren estar preocupándose de cuánto o cuándo consumen.
  • Tarifa plana: el precio del kWh es el mismo siempre, da igual la hora o el día. Está indicada para aquellos que no pueden prever una organización en sus hábitos o que no quieren estar pendientes de los horarios de consumo.
  • Tarifa discriminación horaria: el precio del kWh es distinto dependiendo de la hora o del día. Si puedes ajustar tu consumo a determinados horarios, podrás ahorrar con esta tarifa.
  • Tarifa nocturna: el precio del kWh es más económico por las noches. Los hogares que pueden concentrar su consumo durante la noche son los que mayor rendimiento sacarán de esta tarifa.
  • Tarifa verde: la energía que consumes es de origen renovable. Esta tarifa está destinada a quienes quieren asegurarse de que consumen energía de origen renovable.
  • Tarifa completa: cuando tu contrato incluye no solo el suministro de electricidad sino el de, por ejemplo, gas. Especialmente indicada para consumidores que hagan bastante uso de la calefacción de gas.

Ten en cuenta que hay muchas compañías que incluyen una permanencia cuando contratas una tarifa, que implica una penalización económica cuando cambias a otra. Comprueba las diferentes tarifas y ofertas de las comercializadoras y plantéate en qué mercado eléctrico puedes llegar a ahorrar más según tus hábitos de consumo.

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