Da comienzo una campaña electoral caracterizada por la intensa competición entre el PNV y EH Bildu. La hegemonía de los jeltzales está en cuestión y por primera vez en 40 años la izquierda abertzale podría ganar unas elecciones al Parlamento Vasco. Además, se ha dado una profunda renovación de los liderazgos y de la agenda política. Así, se prevé una campaña electoral de lo más intensa, con nuevos perfiles y con un debate público instalado sobre asuntos de políticas sociales.
¿Qué nos explican los microdatos de las encuestas sobre la campaña que comienza?
Durante la legislatura han emergido nuevos temas de agenda política que estarán en el centro de la campaña. El más visible es Osakidetza, la sanidad pública. A partir de la situación de la pandemia crece con fuerza como problema, pero lejos de ser un asunto coyuntural, se mantiene hasta el final de la legislatura como el segundo problema de Euskadi. Sin embargo, no preocupa de igual manera a todos los votantes; las personas jóvenes están mucho menos preocupadas por el servicio de salud que las mayores, y las mujeres alavesas lo están mucho más que las vizcaínas. Este tipo de claves que se extraen de los microdatos de las encuestas pueden ser determinantes en el acierto de los partidos a la hora de diseñar sus campañas.
El mercado de trabajo sigue siendo la principal inquietud de los vascos y vascas pero es cierto que ha perdido relevancia desde el inicio de la legislatura, posiblemente motivado por los datos positivos en materia de empleo. A pesar de ello, es un asunto eminentemente vizcaíno, que aparece con mayor intensidad en las personas de entre 30 y 44 años.
La vivienda se coloca como la tercera preocupación de la ciudadanía y en los datos se aprecia que es un asunto especialmente relevante para la juventud en el territorio guipuzcoano. Asimismo, son los votantes de EH Bildu y Elkarrekin Podemos- Alianza Verde los que mueven este asunto mientras que los del PNV están menos preocupados por la vivienda que la media de la población.
De esta forma, cada grupo de votantes tiene una agenda propia y los partidos tendrán que hacer un esfuerzo por diseñar mensajes específicos para cada territorio y grupo de edad. Acertar con los mensajes y los temas puede ser determinante en una campaña que se inicia con un 27% de indecisos.
La lógica electoral de Euskadi no puede comprenderse sin la lectura territorial. Como es sabido, Araba es la provincia en la que puede conseguirse el escaño con menos votos, al repartir el mismo número que las demás a pesar de ser más pequeña en términos de población. Según las últimas encuestas realizadas en Euskadi, es en esta circunscripción donde la pugna entre PNV y EH Bildu está más ajustada. El crecimiento de Bildu en el territorio alavés es sostenido y hay que considerar que en las elecciones municipales la coalición abertzale ganó en votos en Gasteiz, municipio que concentra el 75% de la circunscripción. Además, es el territorio donde mejores resultados obtienen tradicionalmente los partidos de ámbito estatal.
En Bizkaia, el PNV mantiene su hegemonía y, a pesar del crecimiento de EH Bildu, todavía habría una distancia de casi 10 puntos entre ambos partidos. Al ser este el territorio más poblado, que los jeltzales mantengan esta distancia, con respecto a Bildu explica la dificultad que tiene la coalición abertzale para superar en número de votos totales al partido de Pradales.
Es en Gipuzkoa donde se materializa la polarización entre EH Bildu y PNV. Entre ambos partidos obtendrían según el último sociómetro más del 73% de los votos y la candidatura abertzale conseguiría el 40% ganando las elecciones en el territorio. Así, mientras que en Bizkaia ganaría el PNV y en Gipuzkoa EH Bildu, el desempate podría darse en el territorio alavés. Se espera, por tanto, una campaña especialmente intensa en Álava.
Los datos de las encuestas muestran transferencias de voto importantes entre partidos que explican los sismos de las encuestas.
Por un lado, EH Bildu mantiene tasas de fidelidad por encima del 88% y según el último EITB FOCUS estaría atrayendo un 8% de votantes del PNV (2 puntos más que en febrero), el 11% de abstencionistas de 2020 y el 16% de los votantes de Elkarrekin Podemos- Alianza Verde. Así, la coalición no sólo es capaz de retener a casi todos sus votantes sino que crece a partir de otros partidos.
En el caso del PNV, retiene el 63% de sus votantes de 2020 y tiene fugas a otros partidos. A pesar de ello, es capaz de movilizar en su favor un 12% de las personas que estuvieron en las anteriores elecciones autonómicas. Un 22% de antiguos votantes del PNV están indecisos y uno de los retos de los próximos días para los jeltzales será movilizarlos.
Por su lado, el PSE-EE, sufre del denominado voto dual. Muchos vascos que los eligen en elecciones generales optan por partidos vascos en autonómicas. En las pasadas elecciones generales de julio de 2023, los socialistas tuvieron unos resultados excepcionalmente buenos que se prevé se desinflen el próximo día 21. De las personas que votaron socialista en las generales de julio, solo el 32% repetirá según los microdatos del último EITB FOCUS. Así, el 21% elegirán al PNV y el 12% a Bildu. Las encuestas apuntan a el PSE-EE no está siendo capaz de atraer votantes de otros partidos. En cualquier caso, las estimaciones para los socialistas los mantienen en un resultado similar al obtenido en 2020 pero serán más decisivos que nunca en la gobernabilidad de Euskadi.
En las pasadas elecciones al Parlamento Vasco, la encuesta preelectoral del sociómetro indicaba a un mes de las elecciones que un 10% de los votantes no habían decidido a quién votar. La misma encuesta para estas elecciones indica, a un mes de depositar la papeleta, que un 27% del electorado aún sigue indeciso, un 17% más que en 2020.
Es decir, 1 de cada 4 votantes no sabe a quién votar en estas elecciones autonómicas. Se trata de alrededor de 460.000 personas que decantaran los resultados en los últimos momentos. Gran parte lo decidirá el mismo día de las elecciones.
Los datos indican que Araba es el territorio con mayor porcentaje de indecisos y que en este grupo hay mayor número de mujeres que de hombres. El rango de edad se encuentra entre los 45 y 64 años.
Resulta llamativo que con unos resultados tan ajustados y con una agenda política basada en las preocupaciones de la ciudadanía se estime una participación baja (61% sociómetro de marzo). El porcentaje de indecisos es alto y la mayoría de los votantes no conocen a los principales líderes políticos (56% en el caso de Pradales y 64% en el caso de Otxandiano, según el sociómetro).
Los datos previos al inicio de la campaña electoral indican que no hay tensión electoral. Según los datos del FOCUS, el sentimiento mayoritario de la población con respecto a las elecciones es la indiferencia, eso sí, con cierto punto de preocupación. Ya en campaña, los partidos tienen por delante 15 días para revertir esta situación y generar en la ciudadanía sentimientos movilizadores como la ilusión y la esperanza.
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