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El colapso en la UCI del hospital Donostia enciende la alerta: “Esta ola es peor que la de hace un año”

Vista del Hospital Donostia, en San Sebastián.

Iker Rioja Andueza

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En Euskadi, los pacientes hospitalizados con COVID-19 han pasado de 469 hace dos semanas a 674. En ese mismo período, los casos críticos en la UCI han pasado de 100 a 154. En algunos hospitales la presión es especialmente alta, singularmente en el Donostia. “Están sujetando como pueden en planta para que no vayan a la UCI. De once quirófanos, solamente uno mantiene la cirugía programada y los otros diez se están adaptando para pacientes con COVID-19. En 24 ó 48 horas vamos a tener que meter pacientes en otra zona. Esta ola es peor que la de hace un año”, cuenta un sanitario del único centro de Gipuzkoa con puestos de UCI. Él mismo no escapa de la vorágine: desde este viernes, tendrá que reforzar los equipos de las unidades 'sucias', como se llaman las alas donde están ingresados los positivos.

La primera ola golpeó muy duramente a Vitoria. El coronavirus, de hecho, se coló por el hospital de Txagorritxu. También Bizkaia vivió momentos de alta presión hospitalaria. En Gipuzkoa, en cambio, fue en la ola de noviembre y ahora cuando la incidencia se está haciendo notar en mucha mayor medida. El sanitario consultado define la situación en el hospital Donostia como “un campo de batalla”. “Llevamos achicando agua muchos meses. Estamos cabreados”, cuenta sobre el enésimo repunte de la pandemia tras el enésimo período vacacional.

El edificio Aranzazu del complejo hospitalario es muy distinto a cómo lo era antes de la pandemia. Muchas habitaciones convencionales se adoptaron con tomas para ventiladores y monitores y en ellas se pueden ingresar a pacientes críticos. Desde el pasado viernes, el ala 1.1 es ya una zona ampliada de la UCI. “Es una planta normal con habitaciones normales solo que supervisada por intensivistas y anestesistas”, explica. La zona 1.2 ya está en preparación y, según sus cálculos, este jueves podría ser necesaria ya para seguir metiendo pacientes que no caben en la UCI normal, al 100% de ocupación. Él mismo será uno de los profesionales que cambiará de funciones para atender ese nuevo espacio. La URPA, donde se recuperan las personas anestesiadas tras una operación, es ahora la UCI 'limpia', la que atiende al resto de casos graves. “Hemos tenido hasta el ingreso de un chaval de 25 años intubado”, lamenta.

Desde Gipuzkoa se estaban derivando pacientes a Álava. Pero la pasada semana, también llegó el “boom” de ingresos a este territorio, en palabras de un sanitario de la UCI. Explica que, la pasada semana, “tocó volver a abrir la UCI 'sucia' de Santiago”, el segundo hospital de la ciudad después de Txagorritxu. Según los datos específicos de ambos centros, el 1 de abril había 33 personas hospitalizadas con coronavirus, cinco de ellas graves. Ahora son 93, 23 de ellos en la UCI. Incluso la denominada 'zona limpia' se está empleando ya para enviar pacientes con síntomas provocados por la COVID-19 pero que se han 'negativizado' por llevar semanas ingresados. En Vitoria ya se está empezando a suspender también actividad ordinaria para liberar personal con el que reforzar las unidades de intensivos.

La semana pasada (la número 60 de la pandemia) fue la que tuvo más personas hospitalizadas de toda la segunda fase de la pandemia, un período iniciado en agosto. En total, 575 personas ingresadas. Se da la circunstancia de que se alcanza ese nivel con menos casos diagnosticados que en otros picos, como el de noviembre o el que siguió a la Navidad. En datos, ello se traduce en que una cantidad de personas equivalente al 9,9% los 5.793 contagiados ha acabado ingresada, cuando en el pico de otoño (semana 37) hubo 500 ingresos por 9.215 infectados (5,42%) y en el de enero-febrero (semana 49) 565 de 7.513 (7,52%). Esta semana ya ha arrancado con 115 ingresados este lunes, el peor registro en medio año y próximo a niveles de la primera ola.

Y ello con buena parte de las personas mayores, las más sensibles a las consecuencias del Sars-Cov-2, vacunadas. La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, lo atribuye claramente a las nuevas variantes del virus, que son más transmisibles y, aparentemente, también más graves. “Se están dando un mayor número de casos que generan una mayor atención sanitaria más intensa”, ha explicado en rueda de prensa Sagardui. ¿Ha bajado la edad media de los hospitalizados? Los datos dicen que sí. Como la letalidad, la posibilidad de desarrollar síntomas entre los vacunados se ha reducido a la mínima. En 'Deia', Alberto Martínez Ruiz, jefe de Anestesia del hospital de Cruces, dijo que el 25% de los pacientes tienen menos de 40 años. Desde la UCI de Vitoria se matiza que la media es de 64, que la mayoría tienen entre 60 y 70 -“ese grupo de gente que tanto está costando vacunar”- y que es relativo el efecto positivo en las unidades de críticos de la menor positividad en personas mayores ya que, en otros momentos de la pandemia, ellas no eran “elegibles” para ocupar una cama de este tipo. José María Pérez, subdirector médico de la OSI Araba, sí que ha destacado la “clara mejoría en cuanto al numero de ingresos entre pacientes ancianos” en general.

El propio Martínez Ruiz indicó que la afección de la pandemia en esta fase es desigual por centros. En Gipuzkoa, el 66,7% de los ingresos en UCI eran por COVID-19 y en Bizkaia el 42%. En medio, Álava marcaba un 60%. En Euskadi, son algo más del 50% de media y los puestos libres rondan el 20% de 358 habilitados en total. El escenario de alerta es de nivel 3 sobre 5 y sería posible llegar a tener 600 camas operativas. En abril de 2020 el máximo de casos graves en UCI llegó a 232 y en las olas de la segunda fase a 173. El problema no es de camas, es que habilitarlas exige un respirador y, sobre todo, un equipo completo duranta cada turno. “Ojalá” no se llegue a esa situación, ha confiado Sagardui, que explica que se palía ese desequilibrio entre hospitales trabajando en red y “priorizando” los casos de COVID-19 a otras necesidades sanitarias no urgentes. En otras olas, sobre todo en Gipuzkoa, se han llegado a derivar pacientes a la privada también.

En este contexto, el incremento de la incidencia no parece remitir aún en Euskadi, con una tasa de unos 500 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días que supera los 600 en Gipuzkoa. La media española es de 230, según el último informe del Ministerio de Sanidad. Habitualmente, el alivio en la presión asistencial no se hace notar hasta unas dos semanas después de alcanzado el pico de contagios. Este martes, Donostia ha sido la última de las tres capitales vascas en entrar en el nivel con mayores restricciones.

En nuestros especiales interactivos, se pueden consultar todos los datos sobre la evolución de la pandemia en Euskadi, sobre los positivos y fallecidos en todas y cada una de las residencias de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa y el avance día a día de la campaña de vacunación. También tenemos mapas con los brotes más destacados.

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