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EH Bildu se abre a un acuerdo presupuestario también en Euskadi después de los pactos en Pamplona y Madrid

Iñigo Urkullu con Maddalen Iriarte en Ajuria Enea en una reunión previa

Iker Rioja Andueza

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En la culminación de su giro posibilista, la coalición EH Bildu ha anunciado este viernes que se abre también a alcanzar un acuerdo presupuestario con el Gobierno vasco de Iñigo Urkullu, una coalición de PNV y PSE-EE, al igual que ha firmado ya pactos con los presidentes socialistas de Navarra, María Chivite, y de España, Pedro Sánchez. La portavoz abertzale y líder de la oposición, Maddalen Iriarte, ha renunciado a hacer una pregunta parlamentaria en su turno en la sesión de control al Gobierno del Parlamento Vasco y se ha valido de su turno para comunicar que no registrarán una enmienda de totalidad a las cuentas de 2022 presentadas por el Gobierno y para agradecer la disposición al acuerdo de nacionalistas y socialistas, que no precisan de acuerdos externos al gozar de mayoría absoluta.

“Éstos no son los presupuestos que necesita este país, pero hemos visto la posibilidad de mejorarlos. Se nos ha abierto una puerta y estamos trabajando con plena determinación. La brújula que nos guía son las personas”, ha solemnizado Iriarte, quien ha asegurado que “las decisiones” que se adoptan ahora “van a condicionar toda una década”. Ha agradecido también el cambio de actitud hacia su formación del Gobierno en las últimas horas. El anuncio no ha cogido por sorpresa al lehendakari, Iñigo Urkullu, que en su turno de réplica ha leído una respuesta que ya tenía preparada en agradecimiento al giro de la coalición. “Agradezco la decisión. Es una gran oportunidad para poner en valor la importancia de la negociación y del diálogo. El Gobierno tiene una mayoría suficiente, pero siempre he mostrado mi disposición a ampliar los acuerdos. Damos la bienvenida a la política útil del acuerdo”, se ha felicitado el presidente vasco, que ha apelado a cerrar un acuerdo para unas cuentas que permitirán abordar las “dificultades sanitarias, económicas y emocionales” de una pandemia que sigue dando coletazos.

Urkullu ha recordado que en 2018 el Gobierno vasco y EH Bildu ya exploraron un acuerdo presupuestario, entonces con el Ejecutivo en minoría. Se explicaba por la espantada del PP de Alfonso Alonso como socio estable tras la moción de censura contra Mariano Rajoy. Sin embargo, aquella negociación estalló por los aires con acusaciones cruzadas. La oposición de EH Bildu desde entonces ha sido muy dura y se había repetido por activa y por pasiva que la coalición veía más fácil llegar a acuerdos en Pamplona y en Madrid que en Vitoria. Ahora el escenario ha cambiado y EH Bildu analizará la incorporación de sus propuestas mediante enmiendas a la propuesta original de PNV y PSE-EE.

Las negociaciones discretas se iniciaron el miércoles y ni siquiera el confinamiento por un positivo en COVID-19 del consejero de Economía y Hacienda y autor de los presupuestos, Pedro Azpiazu, ha detenido los contactos. Significativamente, EH Bildu sumó a su equipo negociador a los dirigentes Pello Otxandiano y Unai Urruzuno. El cambio se ha debido que el Gobierno vasco, como estrategia, planteó en Euskadi medidas idénticas a las que se habían incorporado a los presupuestos navarros, donde Chivite lidera una coalición similar a la vasca aunque con otras proporciones (PSN, Geroa Bai -Socialverdes y PNV- y Podemos). Entre ellas, se hallaba la posibilidad de regular mediante la negociación colectiva un SMI más alto que el español y una fórmula legal para limitar los precios del alquiler. Inicialmente, el Ejecutivo no había admitido ir más allá de los movimientos de partidas para entrar en pactos de corte más político. Además, PNV y PSE-EE accedieron a que EH Bildu gestionara enmiendas por valor de 72 millones (de 118 demandados) y un fondo municipal dotado con 90 millones. Las peticiones soberanistas se centran en salud, energía e inclusión social, según lo explicado hasta la fecha.

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