Los ganaderos de Euskadi se echan con el tractor a la calle para denunciar que el bajo precio de la leche los “ahoga”
Los cuatro kilómetros que separan el centro comercial Urbil, en Usurbil y el barrio de Galarreta, en Hernani, se han llenado esta semana de tractores y vehículos de ganaderos de Euskadi que afirman sentirse “ahogados” con la situación que vive el sector. Hace años que comenzó a bajar el precio de la leche y, ahora, ha subido el coste de producción, por lo que ni siquiera les llega para tener un sueldo. “El precio de la leche ha llevado a los ganaderos a una situación muy grave”, afirma Iñaki Goenaga, presidente de ENBA, organización agraria de los 'baserritarras' profesionales de Euskadi, que junto con el sindicato EHNE, este miércoles llamaron a los ganaderos a echarse a la calle.
Una veintena de tractores y “numerosos” coches han participado en la llamada 'Marcha Láctea', que ha comenzado el recorrido en el centro comercial Urbil y ha finalizado en el barrio de Galarreta de Hernani, frente a dos grandes supermercados, tras pasar por “varios centros” de la localidad. Los ganaderos han querido destacar “la responsabilidad de todas las cadenas de distribución, cada una de ellas en función de su cuota de mercado pero sin eximir de responsabilidad a ninguna de ellas, puesto que con su dinámica de precios bajos están asfixiando el conjunto de la cadena pero, muy especialmente, al eslabón más débil de la cadena, que no es otro que el sector ganadero”.
Y es que el precio de la leche se marca “al revés”, manifiesta Goenaga. Son los supermercados y tiendas los que definen el precio de venta del litro de leche. A esa cantidad, “se le van quitando los gastos de distribución, después gastos de industria, porte y todos los gastos que surgen, hasta llegar al ganadero, que se lleva lo que sobra”. “En la cooperativa el consejo rector decide si se necesita más o menos, pero siempre dentro de lo que sobra. El precio no se marca de abajo arriba”, insiste. Según los sindicatos EHNE y ENBA, la distribución tiene tal importancia que el 92% de la leche que se comercializa en España “se hace en los diversos formatos de tiendas y centros de distribución organizada, es decir, casi toda la leche que llega al consumidor final llega de manos de la distribución”.
Sin embargo, esta situación no ha surgido de repente. Los ganaderos de Euskadi llevan movilizándose desde finales de 2019, aunque cuando irrumpió la pandemia de la COVID-19 en marzo del año pasado, todo, salvo la producción, quedó parado. “Desde hace seis años, en el caso de la cooperativa, se nos ha bajado el precio de la leche. A eso se suma que en octubre de 2020, por la subida de la materia prima, empezó a subir el coste del pienso. En diez meses ha ido subiendo y sigue haciéndolo, y calculamos que el precio del kilo de pienso ha incrementado un 25%”, lamenta Goenaga. Además, también tienen que afrontar el ascenso del precio de la electricidad y el gasóleo.
Los ganaderos aseguran sentirse “ahogados” con las cosas como están ahora mismo. Saben bien que el ganadero en general y el lácteo en particular siempre ha sido un sector “sacrificado”, pues tienen que trabajar “todos los días que tiene el año”. No obstante, no creen que vivir del sector sea viable en estos momentos. “El beneficio económico siempre ha sido justo, pero ahora, con todo lo que han subido los gastos en este último año, no es que nos llegue un sueldo justo, es que directamente no tenemos ningún sueldo. En algunos casos se ha tenido que tirar del patrimonio para poder sacar adelante nuestros 'baserris', pero eso tiene un recorrido muy corto”, se apena.
Con esta marcha, los ganaderos quieren hacer ver a la sociedad que ellos, al igual que los demás, tienen que comer todos los días; por ello, exigen una subida del precio de la leche. El Observatorio de Precios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, antes del incremento del pienso en otoño de 2020, fijó un precio mínimo de 0,68 euros el litro de leche para poder cubrir los costes que genera. Sin embargo, EHNE y ENBA afirman que el 45% de la leche comercializada se vende, incluso, por debajo de 0,60 euros el litro, es decir, diez céntimos por debajo de lo establecido. Por todo ello, exigen que el precio suba a un mínimo de 0,70 euros el litro de leche, esto es, que se cumpla el precio fijado por el Observatorio. “El precio marcado debería cumplirse, en este momento no pedimos más. Desde que se marcó este nuevo precio se ha dado la subida del pienso, del gasóleo, de la electricidad, pero lo dejamos para otro momento”.
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