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Urkullu abre la puerta a reactivar el proceso de reforma del Estatuto “ahora” aunque dentro del “ordenamiento jurídico”

El lehendakari, Iñigo Urkullu, este viernes en el Parlamento

Iker Rioja Andueza

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“Valoro positivamente la idea de reactivar este debate político aquí y ahora, aquí, en este Parlamento, donde reside nuestra soberanía. Ahora, en un momento de transformación global”, ha solemnizado este viernes el lehendakari, Iñigo Urkullu, preguntado por la posibilidad de retomar la actualización del Estatuto de 1979, una promesa del Urkullu candidato que llegó a Ajuria Enea en 2012 y que quedó empantanada tras un conato de acuerdo soberanista en 2018 entre PNV y EH Bildu mientras los nacionalistas gobernaban en coalición con el PSE-EE y sostenían al Gobierno de Mariano Rajoy.

Le preguntaba a Urkullu en la sesión de control al Gobierno quincenal el líder de PP+Cs, Carlos Iturgaiz, que se ha llevado las manos a la cabeza al escuchar este discurso y que ha advertido de la división de la sociedad catalana tras el 'procés', así como de la importancia de la defensa de la Constitución y del Estatuto, aunque no contó con el 'sí' de Alianza Popular en el referéndum de 1979. Sin embargo, el “aquí y ahora” parece una licencia retórica de Urkullu, ya que la Cámara ha cerrado este viernes su período de sesiones ordinario y, como poco, la posible reactivación de la ponencia de autogobierno llegaría a finales de septiembre u octubre, tras la vuelta de las vacaciones de verano y la celebración del pleno de política general que tradicional abre el nuevo curso.

La historia de esta ponencia (de confirmarse su vuelta) llegaría a su tercera legislatura. En la primera (2012-2016) acumuló comparecencias de constitucionalistas y expertos. En la segunda (2016-2020) dio la cortesía a una nueva fuerza, Elkarrekin Podemos-IU, de modo que pudo proponer también sus propias voces. Después entró en una fase de elaboración de un articulado para superar el Estatuto de 1979. Arrancó con unas bases acordadas entre el PNV -con un papel decisivo del representante de su ala más soberanista, Joseba Egibar- y EH Bildu y siguió con una segunda versión ya menos soberanista avalada por PNV -representado esta vez por el diputado Mikel Legarda, más moderado-, PSE-EE y Elkarrekin Podemos-IU que irritó a la izquierda abertzale. El final de la legislatura, el freno de Urkullu a la luz de lo ocurrido en Catalunya -fue mediador para evitar la declaración unilateral de independencia- y la pandemia llevaron todo aquello al congelador.

Las dos almas entre las que históricamente ha penduleado el PNV en materia soberanista salieron muy a la luz en aquellos momentos de la pasada legislatura. Y parece que siguen ahí en esta nueva fase. Significativamente, Urkullu ha reafirmado que cualquier mejora del autogobierno pasa por hacerlo dentro del “ordenamiento jurídico”. Además, rehúye liderar el proceso desde el Gobierno y delega en el Parlamento. A la misma hora, en ETB1 y ausentándose de su escaño en la Cámara, el portavoz parlamentario, Egibar, concedía una entrevista en la que defendía la celebración de un referéndum y un “salto cualitativo” del estatus de las naciones dentro de España.

“También tenemos hoy día a la sociedad, usted lo sabe, menos independentista y menos amiga de aventuras inútiles en varias décadas. Y por si faltaba algo, el espejo catalán ha dejado claro lo que una sociedad próspera, democrática y plural puede esperar de una deriva como esa”, le ha afeado Iturgaiz en el pleno a Urkullu mientras recibía el mensaje opuesto desde la bancada de EH Bildu, cuya portavoz, Maddalen Iriarte, ha remarcado que la pandemia ha evidenciado la falta de competencias vascas frente al Estado. “Los debates no amenazan la estabilidad ni la convivencia. La imposición o la negación del diálogo sí provocan problemas. La normalización del debate y la negociación política es una profundización de la democracia. Su negación o demonización conduce a callejones sin salida”, ha replicado Urkullu. En todo caso, el lehendakari ha enfatizado que ya se está “reforzando” el autogobierno dentro del marco actual cerrando acuerdos con el Estado para las transferencias pendientes, la principal es la de Prisiones, ya firmada, o reforzando el papel de la Ertzaintza en la reciente Junta de Seguridad.

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