Manuel Cañada: “Los parlamentos que tenemos constituyen actualmente cáscaras vacías”
El pago de la renta básica por parte de la Junta, con unas argucias ridículas para aplazar el pago hasta poco antes de las elecciones, parece un retrato del poder muy zafio ¿no crees?
-La batalla de la renta básica ha sido sin duda el conflicto más importante de esta legislatura en Extremadura y, sin pretenderlo, el mejor sensor de la política de Monago, el calibrador más meticuloso. Los castillos en el viento que Monago ha estado vendiendo en estos cuatro años, esa Extremadura fantasiosa llena de emprendedores y rebosante de esplendor económico, acompañada de toda su fanfarria de premios Ceres y conciertos de Woody Allen, contrastaba con la obstinación en el impago de la renta básica de inserción y la consecuente condena a la miseria para miles de familias extremeñas.
La gestión de la renta básica ha retratado la cara verdadera del presunto barón rojo. Todas las campañas de autopromoción y publicidad no han podido ocultar la verdad: no querían ni quieren pagar la renta básica de inserción y ha habido que arrancárselo literalmente. Juan Bravo, Director General de Política Social, nos lo confesó abiertamente: vamos a pagar, como mucho, a entre 2.500 y 3.000 personas. Gracias a las incontables acciones de lucha, a las 9 marchas por la región, a las 48.000 firmas presentadas, a los seis encierros en iglesias (dos de ellos durante las navidades), a los escraches ante el domicilio de los políticos, a las 58 personas procesadas o multadas de los Campamentos Dignidad, a la lucha de los parados y paradas de Extremadura en definitiva, hemos conseguido desbordar completamente esa previsión miserable que habían impuesto y ahora, en abril de 2015, reconocen ya que han tenido que resolver favorablemente 12.460 expedientes.
La ley se aprobó el 9 de mayo de 2013. Hay más de 35.000 solicitudes y han tardado dos años en empezar a pagar a una parte de la gente, en vísperas de elecciones. A estas alturas, no se han gastado ni siquiera lo presupuestado para renta básica de inserción en el año 2014. Se les tenía que caer la cara de vergüenza de salir encima presumiendo de renta básica.
-Los Campamentos, y las personas que estáis en ese movimiento, pasáis muchas horas en la calle, quizás el mejor escenario para percibir la fractura que se está abriendo en esta sociedad ¿Se podrán pegar tantas heridas como se están abriendo?
-Hace unos días, Iñaki Gabilondo decía que los quebrantos sociales han venido para quedarse. Y tiene toda la razón. El temblor de 2008 está muy lejos de haber terminado sus sacudidas. Si no nos organizamos y luchamos a fondo, vamos a vivir un largo período de penuria. Para los poderes económicos y políticos, una parte de la ciudadanía es mera “población sobrante”, pura grasa excedentaria del sistema. Nos vendieron la moto de que las clases sociales ya no existían y muchos incautos y oportunistas la compraron pero, ahora, sin embozo alguno lo que están haciendo es purita masacre de clases.
Dos millones de personas que tienen que completar su alimentación con las bolsas del FEGA, tres millones largos de parados sin cobertura de desempleo, cuatro millones que sufren la pobreza energética, 400.000 desahucios en los últimos cinco años, medio millón de exiliados económicos, 800.000 personas excluidas de la tarjeta sanitaria, 10 suicidios todos los días, el consumo de ansiolíticos multiplicado por dos…lo cojas por donde lo cojas, todo indica que España ha dejado de ser un estado social y ahora mismo está abierta en canal.
Y ojo, el fascismo enseñando la patita por debajo de la puerta. Y cuando hablo de fascismo no me refiero sólo a camisas azules o pardas, sino a la apelación desde el poder al rencor social entre y contra los más pobres. El fascismo está latiendo cuando una política como Esperanza Aguirre sale diciendo que hay que barrer a los pobres del centro de Madrid porque espantan al turismo. Pero también cuando un trabajador social se cree con derecho a abrir el frigorífico de un solicitante de renta básica de inserción o cuando, en la práctica, se niega la asistencia jurídica gratuita a miles de personas. Si no derrotamos las políticas del austericidio, vamos a vivir tiempos mucho más duros aún.
Propuestas a los políticos
En estas semanas previas a las elecciones, están manteniendo reuniones con formaciones políticas para exponerles una serie de medidas de carácter social para que las incluyan en sus programas ¿crees que la política parlamentaria tiene capacidad para transformar en realidad esas demandas?
-Comparto completamente el escepticismo implícito de la pregunta. Sólo basta ver lo que ha pasado en esta legislatura en Extremadura. Por poner sólo dos ejemplos sangrantes, lo ocurrido con los desahucios de viviendas sociales y con la supresión del transporte escolar al alumnado de FP y bachillerato. En el primer caso, el parlamento extremeño ha llegado a aprobar por tres veces la paralización de los desahucios de vivienda social (julio de 2012, abril de 2013 y marzo de 2015) y, sin embargo, el gobierno de Extremadura, sin despeinarse, ha consumado el desahucio de ¡más de 200 familias!, para más inri, la inmensa mayoría de ellas con menores a cargo. Otro tanto ha sucedido con el transporte escolar: por tres veces, la Asamblea de Extremadura acordó su reposición para los 7.000 alumnos de FP y bachillerato, y como el que oye de llover, el gobierno regional se abstuvo de cumplirlo. Y para remate, ningún grupo parlamentario ha pedido formalmente no ya la dimisión, ni siquiera la reprobación de ninguno de estos consejeros.
Estos dos ejemplos, y otros muchísimos que podrían ponerse, dentro y fuera de Extremadura, nos hablan de una realidad incuestionable: los parlamentos constituyen actualmente cáscaras vacías, las democracias que tenemos son, por decirlo con palabras de Álvaro García Linera, “democracias fósiles”. Y a la resistencia al cambio que prestan todos los grandes aparatos institucionales hay que añadirle la tutela invisible a la que son sometidos por el auténtico poder en la sombra, el poder económico. Hace algunos años el presidente del Bundesbank, Hans Tietmeyer, lo expresó con una brutalidad esclarecedora: “Los ciudadanos votan una vez cada cuatro años, los mercados votan todos los días”.
La única forma de que las democracias representativas contemporáneas dejen de ser democracias fósiles es la vitalidad de la democracia plebeya, de la democracia de las plazas, de las marchas, de las mareas, de la calle en definitiva.
Más recursos
- Por cierto, en esas reivindicaciones que planteas a los partidos no hay ninguna referencia a los ingresos para financiar esas medidas ¿Cómo generar más recursos para poder repartir?
-La economía es política condensada, expresión de los conflictos de intereses y de los equilibrios de fuerza. Claro que hay dinero para la renta básica o para garantizar que nadie pase frío o para una educación y sanidad públicas dignas. El problema no es que no haya dinero, sino que las clases trabajadoras no tenemos la fuerza suficiente para que se recaude y distribuya de otro modo y con otras prioridades. Dos simples ejemplos: en España, sólo el fraude fiscal asciende a 90.000 millones de euros y el pago de intereses de la deuda pública a 38.000 millones de euros.
Otro ejemplo, pegado éste a Extremadura. Hace años, se reguló un impuesto bancario que todo el mundo daba por hecho que sería declarado inconstitucional. Pues bien, sólo la recaudación de ese impuesto en este año (32 millones de euros) supondrá más que todo el dinero que se ha gastado en renta básica de inserción durante la legislatura. Del mismo modo, podrían crearse otras figuras impositivas a las grandes fortunas, a las grandes superficies, a las eléctricas... En España, hoy, quienes pagan impuestos directos casi exclusivamente son los trabajadores asalariados con nómina y los autónomos.
Y además no se trata sólo de generar más recursos, sino de gastar con equidad lo que ya se tiene. Dos simples ejemplos: el reparto de las subvenciones comunitarias a la agricultura y el gasto superfluo. En cuanto a las subvenciones comunitarias, no sería más lógico que los 540 millones de euros que llegan a la agricultura se destinaran a los pequeños campesinos y jornaleros en lugar de a los latifundistas. ¿Es de recibo 37 beneficiarios cobren cada uno de ellos más de 300.000 euros? Y en cuanto al gasto superfluo, por poner sólo un ejemplo, ¿para qué necesitamos gastarnos 1’2 millones en un Consejo Consultivo-cementerio de elefantes de la política?
- ¿Entre el decálogo de medidas que estáis planteando a los partidos hay alguna que crea que debería ser ineludible para un futuro gobierno?
-Las 10 propuestas que hacemos nos parecen muy ajustadas a las necesidades y realidad de Extremadura. Pero, sin duda, lo más urgente es pagar la renta básica de inserción a la gran mayoría de los solicitantes, un ambicioso plan de empleo, prohibir los desahucios de vivienda, garantizar la suficiencia energética para todas las personas y revertir la política de recortes sociales.
-Creo que ya habéis hablado con Podemos y algún que otro contacto informal con otros partidos ¿tienen líneas rojas para las peticiones?
-El documento es muy realista como digo. No pedimos la luna, son las líneas rojas de la dignidad: pan, trabajo, techo, evitar la exclusión social, educación y sanidad pública, pago de la ley de dependencia, poner la tierra al servicio del pueblo, garantizar un futuro en nuestra región a la juventud, fin de la represión a los movimientos sociales, más democracia y fin a la corrupción.
-Has estado como dirigente político al frente de una organización regional, como diputado… ¿es más complicado hacer política desde la calle, desde los movimientos sociales? ¿O es otra política?
-La guerra es una sola: los derechos humanos confrontados al poder, a la lógica del capitalismo. Pero, en general, en la trinchera de los movimientos sociales hay más verdad, más generosidad, más pueblo, más energía de transformación. Es más, creo que siempre el elemento central de los procesos de transformación está en la construcción y exaltación de contrapoderes del pueblo. Sin creación de embriones alternativos de vida cotidiana, sin pueblo organizado, sin movilización social, el cambio es imposible.
-Al día siguiente de las elecciones ¿qué papel quieren jugar Los Campamentos en un tiempo en el que previsiblemente no habrá mayorías absolutas?
Los Campamentos Dignidad ya tenemos comprometido un debate estratégico para los meses de junio/julio en el que queremos implicar a miles de extremeños y extremeñas. En la última asamblea de los campamentos, que celebramos en Olivenza, ya apuntamos algunos elementos. El resultado de las próximas elecciones municipales y autonómicas, con ser importante, es sólo una variable en el nuevo impulso que queremos darle al movimiento.
Los Campamentos de la Dignidad han cuajado y se están empezando a extender a otras muchas localidades de Extremadura. Esta expansión va ligada a nuevas tareas y campos en los que nos estamos planteando intervenir, desde la constitución de una escuela de formación, pasando por la reivindicación de bancos de tierra municipales o por la exigencia y creación de economatos sociales en las principales poblaciones de Extremadura. Somos comunidades de lucha contra el paro, la precariedad y la pobreza. Y llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones.