Una tesis analiza críticamente el “mito” de la integración de las caboverdianas en Burela
La imagen que se tiene en Galicia sobre la integración de los y de las caboverdianas en Burela es la de una situación modélica, libre de conflictos y en la que las mujeres han adoptado frecuentemente un papel protagonista. Sin embargo, una tesis presentada este martes en la USC viene a romper este cuadro. Caboverdianas en Burela (1978/2008): migración, relación de xénero e intervención social, dirigida por la profesora del Departamento de Filosofía y Antropología Social de la USC Nieves Herrero Pérez y evaluada con sobresaliente cum laude, parte del trabajo que su autora, Luzia Oca González llevó a cabo entre 1998 y 2000 con el proyecto BogAvante, la primera intervención empoderadora y participativa realizada con la comunidad caboverdiana en Burela.
Fue una iniciativa de la REGAL (Rede Galega de Loita contra a Pobreza e a Exclusion Social), basada en buscar una “integración multidimensional”, “empoderadora” y participativa, cuyo diseño era decidido por las propias caboverdianas y caboverdianos. “Hasta entonces las administraciones habían pasado completamente de ellos”, destaca Luzia Oca. “Empezamos desde cero trabajando con un colectivo que estaba estructurado en torno a sí mismo, como lo había estado siempre. Había muchos problemas relacionados con el derecho a la ciudadanía, con derechos laborales y la cultura caboverdiana estaba recluida en el ámbito privado. Además, la comunidad acababa de sufrir una crisis, acababa de perder un tercio de sus miembros, por la crisis económica de mediados de los noventa”.
Para el proyecto BogAvante, “la integración supone, esencialmente, la participación de la comunidad foránea en los diferentes aspectos de la vida social, así como en sus derechos y deberes, sin perder su raíz cultural, lo que le permite una relación en pie de igualdad con la comunidad autóctona”. Y un trabajo constante en la calle, en el terreno, en la comunidad. “Yo no podía hacer un trabajo de oficina, esperando a que los y las caboverdianas se acercaran. BogAvante fue diseñado con la propria comunidad”, explica.
“Los resultados fueron alucinantes”, destaca Luzia, pero a partir del año 2000 el proyecto es desmantelado por la Xunta y por el Ayuntamiento. “Siempre hubo mucha tensión, porque rompimos una imagen que el Ayuntamiento quería transmitir. Ellos decían que los morenos, como los llamaban, estaban integradísimos, y eso era completamente falso. Nunca nos perdonaron que rompiéramos ese discurso dominante, ese mito”. Recuerda que “las caboverdianas presionaron para que yo continuara. Pero el PP vació la intervención, tanto el contenido teórico como la metodología que empleábamos”. Oca señala que “a partir del 2002 y 2003, comienzan a crear el mito de la integración perfecta de los caboverdianos, con una gran ofensiva mediática”.
En su tesis, además, Luzia analiza la evolución de la comunidad caboverdiana, sobre todo de las mujeres. En 1998 la comunidad estaba formada, fundamentalmente, por mujeres, esposas de marineros de altura, pioneras que construyeron sus familias y criaron a sus hijos e hijas en hogares en los que el hombre era un elemento ausente, con una configuración de tipo matrifocal, explica la autora. Estas mujeres y sus familias se beneficiaron de una intervención social participativa y empoderadora que utilizó el método etnográfico para provocar cambios en la comunidad, especialmente en el acceso a los derechos de ciudadanía y en la explosión pública de la cultura caboverdiana.
Sin embargo, en la actualidad la situación ha cambiado. Los marineros de altura trabajan ahora en la bajura, y un grupo importante lo hizo o lo hace aún en la construcción, y en los últimos años una parte de ellos han sido despedidos. Los hombres pasan más tiempo en la casa y en la villa, y las mujeres han perdido la autonomía y el poder del que disfrutaban hace una década. Luzia Oca destaca que “las mujeres de esas 150 familias ya contaban con una gran autonomía, incluso antes de la intervención, y esa intervención empoderadora y con perspectiva de género las empoderó más, y el mejor ejemplo es Batuko Tabanka”. Concluye que “la matrifocalidad que hubo en Burela, que las familias se definieran por la mujer, fue circunstancial”.
Si pudiera volver a poner en marcha un proyecto semejante a BogAvante, Luzia Oca apostaría “por volver a aquella metodología, al método etnográfico y a fórmulas de intervención participativas y empoderadoras. Sobre todo porque ahora hay mucha más diversidad en la comunidad, varias generaciones, problemáticas distintas. Y además ahora la comunidad está menos unida que nunca en torno a sus problemas”.