Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Un informe encargado por la Xunta vio riesgo “extremo” de desprendimiento en la playa donde una roca ha matado a una mujer

Vista de la playa de As Catedrais

Miguel Pardo

Un informe encargado por la Xunta sobre la evolución de los acantilados de la playa de As Catedrais, en Ribadeo (Lugo), advierte de los desprendimientos de piedras en varias zonas del arenal y señala como de “riesgo extremo” el lugar donde el pasado pasado sábado falleció una turista tras caerle una en la cabeza. El documento fue elaborado por los geólogos y profesores de la Universidad de A Coruña, Juan Vidal Romaní y Tania Cotelo a petición de la Consellería de Medio Ambiente el pasado año y en él no solo se advierte de estos posibles desprendimientos sino que se incluye un mapa con las zonas de mayor peligro, como en la que la joven murió tras lo impacto de una gran piedra.

El Estudio de las posibles consecuencias del ascenso del nivel del mar en los procesos erosivos de los acantilados en el monumento natural de la playa de As Catedrais se hizo público hace tan solo unos meses y advierte de que, aunque As Catedrais no es “una zona más inestable que las adyacentes” en toda la cornisa cantábrica, sí debe “tenerse en cuenta que es una zona más concurrida que aquellas, por lo que el agente antrópico incrementa la probabilidad de desprendimientos”. Además, alerta también de que estos riesgos “se ven incrementados después de períodos lluviosos, ya que el agua infiltrada es un factor que aplica inestabilidad a las ribadas”.

El fatal suceso se produjo, precisamente, después de constantes e intensos episodios de precipitaciones, tanto en la comarca de A Mariña como en toda Galicia, y tuvo lugar en una de las zonas marcadas en rojo en el mapa que los geólogos aportan en el documento para marcar “la zona de mayor susceptibilidad de sufrir desprendimientos a causa de la inestabilidad en la parte alta de los taludes”. Estas áreas marcadas se determinaron, según explican los autores, “en base a los tipos de desprendimientos que se estudiaron” en el arenal y al “grado de meteorización”, la alteración y descomposición de las rocas de la superficie terrestre producida por agentes atmosféricos.

“En el estudio advertimos de distintos tipos de desprendimientos y en los mapas que incluimos aparecen las zonas de riesgo grave; precisamente, la zona donde murió la mujer era de riesgo extremo”, ha explicado en declaraciones a Praza.gal Vidal Romaní, que aclara que la Xunta le pidió una evaluación y perspectiva de futuro del Monumento Natural. “Se aclaró que los arcos podían aguantar entre 100 y 200 años, pero también que lo preocupante era el deterioro en la parte alta del acantilado, a causa de las lluvias, lo que provocaba desprendimientos de rocas de todas las dimensiones; ese era el verdadero riesgo”, asegura el geólogo, que recuerda que el estudio fue encargado por la Xunta, que le ordenó también “hacerlo público” y entregarlo a administraciones, como el Ayuntamiento de Ribadeo, e incluso a las empresas que se encargan de las visitas guiadas a los turistas.

“La lluvia es lo que más influye en los desprendimientos porque el agua se filtra y va dañando la roca, que finalmente cae; la gente piensa que es el mar lo que la daña, pero a nivel del mar la roca es consistente y dura, donde está el destrozo es en la parte alta, donde caen las precipitaciones”, aclara Vidal Romaní sobre un espacio que está abierto de nuevo desde este lunes a las visitas pero con las cuevas cerradas y más personal de vigilancia, que advierte de no acercarse a las paredes.

En sus conclusiones, el informe asegura que “para reducir el riesgo para los visitantes” es “necesario realizar una campaña informativa de los riesgos que puede implicar acercarse a un talud, tanto en su parte superior como inferior”, así como “un aumento de la cartelería y señalizaciones que adviertan del peligro de desprendimientos en las cercanías de la base del talud”. Al tiempo, recomienda circular por una pasarela de madera que evite que se pase por el borde del acantilado en su parte alta y evitar así desprendimientos que puedan “causar daños derivados de este acto”.

El informe es claro porque en su análisis sobre las medidas de gestión para reducir el riesgo por los movimientos de visitantes al arenal aclara que “el riesgo para el público recae dentro de lo posible desprendimiento de materiales rocosos desde el talud”. Y avisa de que “lo que se observa con mayor frecuencia es que las caídas de piedras ocasionales son inmediatamente enterradas bajo la arena por la propia dinámica marina, por lo que no suelen conservarse durante mucho tiempo evidencias físicas de estos sucesos”. De hecho, se incluyen varias fotografías que demuestran la existencia de desprendimientos habitualmente.

“No se puede predecir con exactitud cuándo se producirán desprendimientos, aunque sí pueden estimarse los períodos más susceptibles, que son aquellos después de fuertes lluvias, cuando el agua de escurridura se infiltra en las fisuras abiertas, llegando incluso a poner en carga grandes placas de roca con su eventual caída”, dice el documento.

Por eso, dice el texto, “considerando la azarosidad de este tipo de caídas (no se puede saber a ciencia cierta cuándo se producirían ni tampoco se pueden evitar), la mejor solución es la información al público, como ya se hace en el momento actual, de los riesgos que puede ocasionar acercarse al talud, tanto en su parte alta como baja”. “Se necesita que todo el público se conciencie del peligro al aproximarse al talud rocoso”, dicen los geólogos, que piden que esa información esté disponible “en todo el ámbito del Monumento Natural” en forma de “carteles visibles y/o señales de peligro” que considera que “deberían mantener la misma forma independientemente del organismo que las emita”. Al tiempo, reclama que estos avisos se incluyan también “en el documento de solicitud de acceso” a la playa y “en cualquier documento informativo-turístico” y que los propios guías o personal informen de la peligrosidad.

La Xunta cree que fue “un accidente inevitable”

Así es cómo se hace, según aseguró tras el accidente la conselleira de Medio Ambiente, Beatriz Mato. Mato afirma que en la solicitud de acceso ya se informa del riesgo, aunque esta autorización solo es exigible en verano y en Semana Santa. El resto del año, el acceso es libre y la protección de las personas, tal y como advirtió, depende del Concello de Ribadeo y de la Demarcación de Costas, dependiente del Gobierno central. Además, Mato considera que la muerte fue un “accidente” que “nada ni nadie pudo evitar” y que no se podía prevenir.

Sobre el de Vidal Romaní la conselleira adelanta que la Xunta ya ha encargado un informe complementario por si fuesen ecesarias más medidas para evitar problemas. “Tomaremos las decisiones pertinentes desde todas las perspectivas, desde la medioambiental y desde la de seguridad”, explica.

En cualquier caso, Mato advierte de que ninguno de los informes que manejala Xunta apunta que el número de personas sea excesivo“ para la protección del espacio, ”y por eso se mantiene“. Con todo, en ese último sí se destaca que el hecho de que el arenal sea más concurrido que ninguno otro en la cornisa cantábrica incrementa el riesgo de desprendimientos. PSdeG y BNG ya han anunciado también que registrarán iniciativas para pedir explicaciones a la Xunta tras la muerte de la turista.

Etiquetas
stats