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La Xunta abre una crisis en la dirección de sus emergencias sanitarias tras años de polémica gestión

Ambulancia y helicóptero del 061, durante un simulacro de traslado de emergencia en Galicia

David Reinero

El pasado 13 de noviembre el conselleiro de Sanidad, Jesús Vázquez Almuiña, visitó las nuevas instalaciones en A Estrada (Pontevedra) de la fundación pública que gestiona el 061, el dispositivo de emergencias sanitarias de la Xunta. Ese día, en una nota de prensa en la que esa información se dejaba para sus últimos párrafos, el Gobierno gallego anunció el “relevo” de quien venía siendo director-gerente del 061 desde la llegada de Feijóo a la presidencia de la Xunta en 2009, José Antonio Iglesias Vázquez. La pasada semana, dos semanas después, el Diario Oficial de Galicia (DOG) desveló que los cambios en la cúpula del 061 son mayores y afectarán no sólo a su máximo responsable sino también a dos de los tres directores de área que lo secundan. Una crisis en la cúpula de la fundación pública que se produce tras años de polémicas en muy diversos ámbitos de su gestión. De hecho, el pasado miércoles el Tribunal Superior de Justicia de Galicia anuló los servicios mínimos del 100% impuestos por el Gobierno gallego al personal de atención telefónica del 061 durante una huelga que desarrolló el pasado verano.

Cuando hace tres semanas la Xunta anunció la salida de Iglesias Vázquez indicó que lo sustituiría el hasta ahora director del área asistencial del 061, José Manuel Flores Arias “en tanto no se resuelve definitivamente la ocupación de la plaza”, evidenciando la precipitación de aquel cambio. El proceso para cubrir esa plaza por libre designación acaba de abrirse en el DOG, pero al tiempo también se convocan las plazas de la dirección asistencial (a la que por tanto no volvería Flores Arias) y de la dirección de coordinación del 061, con lo que sólo se mantendría invariable la tercera dirección de la fundación, la más administrativa de gestión y servicios generales.

El 061 está inmerso actualmente en una investigación penal de un juzgado de Santiago sobre la manera en que adjudicó en 2015 el contrato de 120 millones de euros para gestionar sus ambulancias. Un técnico de la fundación está imputado junto con varios empresarios que supuestamente tuvieron acceso previo a las condiciones del concurso. En el marco de esa investigación, un informe pericial de la policía constató diversos defectos de seguridad en las ambulancias del 061, que circularon durante meses con sobrepeso pero que la Xunta asegura que ya cumplen con la normativa.

La fundación tampoco comprobó elementos de seguridad antes de adjudicar, este mismo año, sus dos helicópteros sanitarios, según constató el tribunal administrativo de contratos en un proceso de contratación de 10 millones de euros que se alargó durante cerca de un año.

En el ámbito laboral, vienen siendo recurrentes las protestas tanto del personal propio del 061 como del de las empresas de ambulancias que prestan servicio para la fundación. Los sindicatos critican que el Gobierno gallego no tiene en cuenta que las rebajas que esas firmas ofrecieron para hacerse con los contratos son inasumibles económicamente para una correcta prestación del servicio y acaban suponiendo o recortes a sus trabajadores o incrementos posteriores de los costes para la Xunta. A esas protestas se sumaron en los últimos meses las derivadas del traslado de las sedes centrales de los dispositivos de emergencias de la Xunta desde Santiago a unas nuevas instalaciones en A Estrada a las que fueron obligados a desplazarse sus trabajadores.

La última polémica laboral alrededor del funcionamiento del 061 tiene fecha del pasado miércoles. El Tribunal Superior de Justicia de Galicia divulgó una sentencia en la que anula, como viene haciendo en otros muchos ámbitos, los servicios mínimos del 100% que la Xunta impuso al personal de atención telefónica del 061, externalizado a través de una empresa, durante la huelga que desarrolló el pasado verano. El tribunal considera que el Gobierno gallego no justificó por qué eran necesarios servicios mínimos que en la práctica impedían la huelga ya que ni indicó el número de trabajadores de la plantilla.

Por otra parte, en la nota con la que hace dos semanas la Xunta informó del relevo del gerente del 061, elogió su trabajo indicando que “dirigió y coordinó los operativos sanitarios de urgencias extrahospitalarias en diversos incidentes de múltiples víctimas como el accidente de Angrois”, en el que el 24 de julio de 2013 hubo 80 muertos y 144 heridos. Sobre ese y otros operativos la Xunta destaca que demostraron “la elevada capacidad resolutiva de los profesionales sanitarios”. Sin embargo, más allá de la entrega del personal, el accidente de Angrois evidenció diversos defectos de coordinación y gestión de los servicios de emergencias sobre los que el Gobierno gallego nunca ha hecho autocrítica. Durante los minutos posteriores al siniestro, entre otras cuestiones, un helicóptero sanitario informó de que no podía despegar “por una avería” al tiempo que el 061 no era capaz de dirigir hacia el lugar del accidente a las ambulancias disponibles en Santiago.

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