El PP de Galicia convierte la comisión de control a TVG en un ataque a TVE, “brazo mediático del sanchismo”

Como se esperaba, el PP gallego convirtió la última comisión de control del año a la CSAG –la corporación de medios públicos de Galicia, la antigua CRTVG– en una sesión de ataque al Gobierno central, a RTVE y su máximo responsable, José Pablo López, como “brazo mediático del sanchismo”. La exconselleira Carmen Pomar dibujó un canal estatal “convertido en un NODO monográfico al servicio del Aló presidente” mientras se esforzaba en vender a TVG –donde los trabajadores cumplen hoy su venres negro número 396– como ejemplo de “periodismo y libertad de información”. Todo a cuenta de una audiencia en descenso, algo de lo que los populares culpan a los audímetros, mientras el BNG está convencido de que los espectadores huyen ante la “obscena” manipulación de los informativos, que ejemplificaron con varios casos concretos a los que la directora xeral de la CSAG, Concepción Pombo, evitó contestar y se limitó a leer la respuesta que traía preparada.

La pregunta del PP se interesaba por las “medidas adoptadas por la CSAG para garantizar la fiabilidad y transparencia de la información de audiencia que recibe” y en su argumentación, como adelantó elDiario.es, citaba los argumentos –sin base– de la campaña iniciada por la derecha política y mediática desde que TVE comenzó a crecer en espectadores el pasado octubre: que el sistema de medición de la empresa Kantar Media “en los últimos meses, parece favorecer á Televisión Española”.

Un ataque que provocó la indignación de José Pablo López, que se preguntaba en un post en la red X: “¿De quién es la culpa de que Televisión de Galicia caiga de audiencia y cierre su peor año histórico? Por supuesto de TVE y del ”sanchismo“ que ahora controlan los audímetros”. “Jamás, en 20 años de profesión, había visto semejante campaña de descrédito contra el trabajo que hacemos en la televisión pública y de presión sobre Kantar Media”, añadía tras citar los datos de audiencia de Galicia en noviembre, donde La 1 alcanzó un 11,4% de share mientras TVG se quedaba en el 8%.

Sin embargo, en su intervención en la comisión, Pomar evitó esa referencia explícita y trató de hacer ver que el “furibundo” ataque con el que López –defendiendo a su “amado líder”– pretendía “censurar a los diputados gallegos” estaba provocado por su petición de “claridad y transparencia” a Kantar Media y no por su arremetida contra RTVE. Una “transparencia más importante que nunca”, según la diputada, ante el “esperpéntico espectáculo de deterioro de las instituciones colonizadas por amigos” de Sánchez entre los que citó al CIS –“un chiste, un meme”–, el fiscal general, la presidenta del Congreso y la terna Koldo, Ábalos Cerdán.

Para la que fue breve conselleira de Educación de Feijóo, a esa “colonización” no se escapa RTVE, que cada día dedica “16 horas al servicio del sanchismo” en una parrilla convertida en un “NODO monográfico al servicio del Aló Presidente”, que “censura medios, impide preguntas y veta a los periodistas que considera incómodos”. En este último caso, es posible que Pomar se estuviese refiriendo a Vito Quiles, definido en un Telexornal de TVG como un “activista crítico contra la izquierda”.

#propaganda #partidopopular

El dechado de bondades que es TVG para los populares se quebró en añicos en el turno del BNG. La diputada Olalla Rodil –que preguntaba por la “hoja de ruta” de la CSAG para los próximos años– señaló como culpable de la fuga de espectadores a la “degradación” de un canal convertido en “terminal de propaganda” del PP. “Cada vez más gente está viendo que no refleja la realidad, por eso la están apagando y cambiando de canal”.

Rodil puso sobre la mesa varios casos concretos de esa deriva “obscena”. El primero, el borrado de las redes y de la web de informativos de TVG, G24, de la noticia en la que se informaba de que el BNG “lograba desbloquear la tramitación de la ley para la transferencia de la AP-9 a Galicia”. La razón, “que no se ajustaba al argumentario”. Después, contrapuso el intenso seguimiento de todos los casos de corrupción que “asfixian” al PSOE y al gobierno en Madrid pero no se dedicó ni una sola información a los 30.000 euros fundidos en chupitos, cervezas y copas por el exalcalde popular de Noia, una noticia que desveló elDiario.es.

La parlamentaria denunció el mismo contraste entre la amplia información sobre las denuncias de acoso contra el socialista José Tomé –hasta el punto de interrumpir la programación para emitir en directo la rueda de prensa en la que anunciaba su dimisión como presidente de la Deputación de Lugo– con el tratamiento de la causa contra el exconselleiro Alfonso Villares, que dejó el cargo tras ser imputado formalmente por agresión sexual.

La comparecencia de Villares no se emitió en directo, la información se limitó al Telexornal de esa noche, que al día siguiente abría ya con la toma de posesión de su sustituta. “No sé, Rick...” ironizaba Rodil que todavía fue más caústica al denunciar las noticias que empezaban como una información de servicio público para acabar convertidas “en un anuncio del PP”. “Saben que cambió la Ley de Publicidad para que las influencers tengan que poner #publi cuando es contenido patrocinado; yo quiero que al PP se le aplique en la TVG: #partidopopular #propaganda por un respeto a la verdad”. “¿Tienen algún límite o van a seguir arrastrándola por el suelo?”, finalizó apremiada por el presidente de la comisión.

Las “desviaciones” de Kantar Media

Pombo, que poco antes había respondido contrariada a la socialista Carmen Dacosta, quien la acusaba de traer su réplica preparada con independencia de lo que le dijesen en la comisión, tampoco contestó a ninguna de las situaciones que le planteó la nacionalista y se limitó contestar “en concreto, a la que está en la orden del día”, y se dedicó a trazar sus planes de futuro para la CSAG.

Previamente sí había contado a Pomar cuáles eran las “anomalías, desviaciones o penalizaciones” detectadas en los dos últimos años en las mediciones de Kantar Media. Según la directora xeral, en 2024, el año de peor audiencia histórica de TVG –en el que registró una caída del 11% al 8,6% de share– CRTVG impuso penalizaciones a Kantar por sus “incumplimientos” en once de los doce meses del año. La peor situación se vivió en marzo, con “desviaciones” en 30 de sus 31 días y una caída de audiencia de 1,5 puntos en ese período.

En este 2025 a punto de finalizar –y en el que, pese al repunte registrado en diciembre, la audiencia anual se moverá en registros muy similares a 2024–, las penalizaciones afectaron a sólo dos meses: enero y octubre, cuando se registró la “mayor oscilación”, con anomalías el 25% de los días del mes y una caída del 9% al 7,7% de share. Fue tras ese dato que el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, dio un toque de atención: “Es la televisión de todos los gallegos y es bueno que tenga buenos datos de audiencia”.

En su pregunta, Pomar cumplía otra tradición: esgrimir los datos del Estudio General de Medios (EGM), tradicionalmente muy favorables a TVG y que en esta última oleada la volvieron a situar como la autonómica más vista del Estado y líder en la comunidad, con un 19,6% de cuota de pantalla de lunes a viernes, cinco puntos por encima de La1 y con franjas del 27,8 en la sobremesa o el 15,1% en el prime time. Lo que obvió en su intervención fue que, incluso estas cifras casi hegemónicas, recogen una sensible caída en la audiencia de la TVG, de casi diez puntos, con respecto a la anterior oleada, la de julio, cuando aglutinaba el 27,1% de los espectadores, su máximo histórico. Aún así, para la diputada, estas cifras hacían más necesaria aún su pregunta sobre los audímetros.

“No me quedó claro si Kantar Media es sanchista también cuando dice que el Galicia Noticias lidera su franja horaria”, observó con retranca Rodil antes de recordar que la empresa “lleva 30 años siendo el medidor de audiencias oficial y el único válido, por ejemplo, para la Xunta de Galicia, cuando hace sus licitaciones de contratos marco e inserciones publicitarias”. Por eso la postura de los populares le resultaba toda una “disonancia cognitiva”.