Repoblar un monte gallego con sólo unos 'clicks'
El pasado mes de enero se inició en los montes comunales de Froxán (Lousame, A Coruña) un proyecto que busca transformar diez hectáreas de monte llenas de eucaliptos en un bosque autóctono, a través de la plantación de unos 10.000 árboles, con un modelo de crowdfunding y voluntariado. En dos meses ya son casi 3.000 los pies plantados, gracias a las aportaciones de 370 madrinas y padrinos que han apoyaron la campaña y de más de 200 voluntarias y voluntarios que han participado en los trabajos de plantado.
La iniciativa puede ahora crecer, tras haber sido escogida como finalista en un certamen internacional de acciones medioambientales, promovido por la European Outdoor Conservation Association y cuyo ganador puede obtener 30 mil euros para llevarlo a cabo. Entre 150 proyectos han sido seleccionados 14, entre los que está la repoblación de Froxán. Cualquier persona pode colaborar con su voto a través de la página de la entidad hasta el 23 de marzo, día en el que se cierran las votaciones. Desde la Sociedad Histórica y Cultural Coluna Sanfins, promotora de la iniciativa junto con el Monte Veciñal de Froxán y Verdegaia, destacan que “haber llegado a este punto es un gran logro de por sí, y además pone en destaque todo el trabajo hecho durante los últimos meses y años”.
El resultado de la votación, en la que participan candidaturas de Chile, Perú, Colombia, Honduras, Camboya, Indonesia, Benin, Sudáfrica, Mozambique, Bosnia, Grecia y Reino Unido, se dará a conocer a finales de abril y, en caso de que la candidatura de Froxán resulte ganadora, los trabajos se iniciarán este mismo verano continuando durante los dos próximos años. El proyecto pretende ampliar incluso a 20 hectáreas la superficie de actuación y además restaurar un hábitat natural prioritario de turberas.
Un monte ejemplo de conservación
El pasado año Froxán se convirtió -junto con el monte comunal de Covelo (Pontevedra)- en la primera Área Conservada por Comunidades Locales (ICCA) reconocida por las Naciones Unidas en todo el Estado, destacando la agencia de la ONU responsable de esta iniciativa el trabajo de conservación realizado y el método participativo y de conexión con los habitantes de la zona.
Fue en 1928, a través del pago de 6.049 pesetas, cuando los habitantes de Froxán se hicieron con la propiedad de las 100 hectáreas de monte, que hasta ese momento estaban sometidas al sistema de foros (basado en el pago de una especie de alquiler a un gran propietario). A pesar de la legalidad de la compra, el Estado no respetó el carácter comunal de estos terrenos, realizando en las décadas siguientes concesiones mineras o decidiendo determinadas explotaciones forestales, que llenaron el monte de eucaliptos.
No fue hasta 1977 cuando los derechos de la Comunidad de Montes fueron reconocidos legalmente. Desde entonces la Comunidad (en la que participan todos los vecinos y vecinas) viene gestionando el espacio, garantizando su conservación y uso sostenible, y trabajando en la recuperación de los espacios degradados por la minería o en la limitación de la extensión del eucalipto y de la acacia, sustituidas por castaños o robles.