El 'Villa de Pitanxo' abre el debate sobre cuándo dejar de pescar con temporal: titulados pesqueros piden regularlo

El naufragio del pesquero gallego Villa de Pitanxo en aguas de Terranova es el peor en número de víctimas desde 1978. De los 24 tripulantes que iban a bordo han sido rescatados con vida tres. Además, se han recuperado nueve cadáveres de unas aguas gélidas y con un mar al que los expertos se refieren como “montañoso”. Los otros 12 continúan desaparecidos. Con el operativo para la repatriación en marcha, la Asociación Española de Titulados Náutico-Pesqueros (Aetinape) pone sobre la mesa el debate de si es necesario fijar en una regulación cuándo un barco debe dejar de pescar si hay un temporal.

Las condiciones meterológicas cuando se produjo el naufragio eran malas. Y esa situación no es excepcional en Terranova, una de las zonas más duras del mundo para la pesca. Aetinape, presidida por José Manuel Muñiz, quien faenó hace años en esas aguas, pide a las administraciones que tomen cartas en el asunto y regulen en qué circunstancias los barcos deben parar la actividad y situarse de forma que puedan pasar mejor el temporal o simplemente refugiarse en un puerto cercano. La asociación cree que este es el momento de plantear a la flota española medidas concretas.

Destaca que en otros países hay normas que fijan que con temporales intensos, de fuerza ocho sobre 40 ó 45 nudos de viento, los barcos no pueden trabajar y deben navegar a la capa o desplazarse a un puerto próximo. Cree Aetinape que los sistemas actuales de predicción meteorológica permiten contar con datos de suficiente precisión para adelantarse y tomar decisiones. Pide, eso sí, buscar el consenso de todos los ámbitos de la pesca para encontrar un equilibrio entre la competitividad de los pesqueros y las empresas y la seguridad, que considera que debe prevalecer sobre “la ansiedad productiva”.

La asociación añade otras propuestas para mejorar la seguridad, como que las embarcaciones de pesca estén dotadas con equipos tecnológicos punteros como un ancla que evite que embarranquen si se quedan sin máquina o un bote de rescate insumergible para rescatar a tripulantes que se caigan al mar. Cuando se faene en aguas frías, pide que los marineros usen un traje aislante, insumergible y que tenga una baliza propia de localización. Si alguien se cae al mar con este equipo, asegura, la temperatura corporal no bajaría más de dos grados centígrados tras seis horas en el agua.