La Xunta hace público el aval ambiental a la mina de Corcoesto, que va camino de los tribunales
Escondido, muy escondido, en su página web, la Consellería de Medio Ambiente publicó este lunes el dictamen de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de la explotación minera impulsada por la empresa canadiense Edgewater a través de la marca Grupo Minero Corcoesto en Cabana de Bergantiños. Tal y como ya había adelantado el pasado viernes, el Gobierno considera “ambientalmente viable” un proyecto a cielo abierto que, tal y como reconoce el documento, producirá más de 17 millones de toneladas de residuos durante su vida útil.
Confirmado el visto bueno del Ejecutivo al proyecto, duramente criticado por vecinos, entidades sociales y colectivos ecologistas, la plataforma contraria a la mina considera -a la espera de un análisis más detallado- “una chapuza y un despropósito” un informe que “parece hecho por la propia empresa” y que es “incoherente”. Así, anuncian ya que meditan llevar a los tribunales un proyecto que, como denuncian, supondrá “una bomba” para el futuro económico, social, paisajístico y medioambiental de la zona.
Así “entre las medidas que garantizan la viabilidad ambiental” Medio Ambiente ya había citado en una nota de prensa “las dirigidas a garantizar la integridad del espacio natural protegido río Allóns” y a “salvaguardar sus valores naturales”. “Para esto”, afirma, se preocupará de que la extracción de oro se produzca a una distancia de 140 metros del espacio protegido“, algo que el vecindario considera ”ridículo“.
El dictamen de la DIA no es más que una legitimación del proyecto en el que se enumeran las medidas que ha previsto tomar Edgewater para evitar los evidentes efectos nocivos que provoca esta mina de 774 hectáreas a cielo abierto, 20 millones de metros cúbicos de estériles de mina y 100.000 toneladas anuales de estériles de mina tratados con cianuro-sosa cáustica-ácido clorhídrico, tal y como denuncian los colectivos ecologistas.
Precisamente, la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN) ya advirtió de que un artículo de investigadores del Instituto de Investigaciones Marinas (CSIC) y la Universidad de Vigo sobre los niveles de arsénico en la cuenca del río Anllóns demuestra que la antigua mina de oro de esta zona de Bergantiños duplicó ya la cantidad de arsénico presente en la zona de Corcoesto hasta llegar a la mitad del límite aceptable en aguas para consumo humano. Así, se advierte del riesgo de un proyecto mucho más grande, más peligroso y más destructivo.
No obstante, y en cuanto al nivel de arsénico, la DIA indica que la empresa canadiense asegura que “el contenido en arsénico del vertido calculado (0,077 mg/l) presenta un contenido claramente inferior a los valores de algunos de los manantiales de la zona (hasta 0.191 mg/l) y muy inferior al valor de las aguas subterráneas profundas (0.593mg/l) además de ser del mismo orden de magnitud que el criterio de calidad para canales”.
Además, y con respeto a los alegatos que advertían de que el cianuro empleado en estas explotaciones no es recomendado por la UE, que incluso piensa vetarlo, Edgewater también tiene respuesta. “Si bien es cierto que en el Anexo VIII de la Directiva Marco sobre política de aguas (directiva 200/60/CE) el cianuro está considerado como uno de los principales contaminantes también lo están otras sustancias de uso común (biocidas,
fitosanitarios etc)“, asegura para, a continuación, manifestar que ”en la propuesta de la comisión europea de 31/1/2012 para modificar las Directivas 2000/60/CE (Directiva Marco) y 2008/105/CE (normas de calidad ambiental) se sigue sin considerar al cianuro cómo sustancia prioritaria“ para su prohibición.
En cuanto a la posible afectación de los ríos, la DIA asegura que “el promotor indica que (...) se demuestra que no se deteriora la calidad de las aguas del río Anllóns, y no habiendo afectación al río no habrá afectación a las aguas marinas”. Además, aclara también que “con relación al régimen hídrico subterráneo; el proyecto sólo afectará a un 23% del total de los recursos subterráneos de las cuencas donde se implanta, pero el bombeo y devolución al medio de los caudales implica que no se afectará al régimen hídrico del Anllóns”.
Del mismo modo, y tal y como había adelantado la Xunta, la empresa prevé extraer “1.095.000 onzas de oro” a través de la denominada “minería de transferencia”, en unos trabajos que producirán agujeros en el terreno pero que, asegura, serán llenados “con estériles procedentes de las talas en explotación”, por lo que “el llenado de los huecos y de la escombrera dará lugar a dos elevaciones integradas con el paisaje”. Además, defiende, “una vez terminada la extracción del mineral y el proceso de transferencia de estériles quedará un foso final objeto de restauración a modo de laguna, generando una lámina de agua libre de unas dieciocho hectáreas”.