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Netanyahu pide el indulto para el sargento israelí que mató a un palestino a sangre fría

Elor Azaria, junto a sus padres, en la sala antes de la lectura del veredicto.

EFE/eldiario.es

Jerusalén —

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha pedido públicamente el indulto del sargento israelí Elor Azaría, condenado por matar de un tiro en la cabeza a un joven palestino cuando estaba en el suelo herido. “Apoyo otorgar el perdón a Elor Azaria”, ha escrito en un post en su perfil oficial de Facebook, en el que también asegura que “es un día difícil y doloroso para Elor, su familia, los soldados de Israel, muchos ciudadanos y los padres de soldados”.

El sargento fue condenado por homicidio este miércoles. Azaría mató de un tiro en la cabeza a un joven palestino cuando estaba en el suelo herido e inmovilizado tras atacar a otro uniformado en Hebrón.

La presidenta del tribunal militar, la jueza y coronel Maya Heller, leyó durante cerca de tres horas una dura sentencia en la que señaló que Azaría sabía que su acción provocaría la muerte y que mató al atacante palestino –Abdel Fatah al Sharif, de 20 años–, “sin motivo” que lo justificase en marzo de 2016.

Heller descartó los argumentos “cambiantes y evasivos” del soldado, también de 20 años, cuya defensa se basó en probar que no fue su disparo el que provocó la muerte y en asegurar que disparó por temor a que Al Sharif portase una bomba o tratase de coger de nuevo el cuchillo con el que perpetró el ataque, que estaba a unos metros de su cuerpo.

Azaría llegó al lugar de los hechos seis minutos después de que los soldados israelíes dispararan a los dos palestinos que les habían atacado, matando a uno e hiriendo a otro, que quedó tendido en el suelo. Cinco minutos después, cargó su fusil y disparó al palestino en la cabeza a pocos metros de distancia.

En el juicio, un soldado testificó que Azaría dijo antes de disparar: “¿Cómo es posible que mi amigo haya sido apuñalado y que el terrorista esté aún vivo?”. Después de los disparos, otro testigo afirmó en la vista que el sargento dijo: “El terrorista merecía morir”.

Dos ministros del Gobierno de Netanyahu pidieron inmediatamente después de la lectura de la sentencia que Azaría sea indultado cuanto antes.

En la calle, a las afueras de la sede central del Ejército en Tel Aviv, cientos de personas se manifestaban contra el proceso, entre gritos contra los árabes y contra la izquierda israelí, que apoyó la condena del militar.

Tras leerse el veredicto, una familiar del condenado fue expulsada de la sala después de gritar contra los jueces y afirmar que la sentencia era “una vergüenza”. “Mañana no habrá Ejército. El Ejército está acabado”, gritó en referencia al argumento de que las Fuerzas de Defensa han abandonado a su soldado.

Otro familiar voceó: “Asquerosos izquierdistas”, antes de abandonar enfadado la sala, en una crítica al sector que respalda la condena. Azaría permaneció en calma durante y después de la lectura de la sentencia, que fue inusualmente larga y que los miembros del tribunal aprobaron por unanimidad.

El caso ha provocado gran tensión en la sociedad israelí dividida entre los que defienden la actitud del soldado frente a lo que consideran el enemigo palestino y los que creen que lo que hizo fue inmoral y contrario al código militar, que permite disparar a matar solo cuando haya un grave riesgo para la vida o la integridad.

El caso de Azaría dio la vuelta al mundo después de que un activista de la ONG israelí de derechos humanos Betselem, grabara en vídeo las imágenes en las que se ve al soldado cargar su arma y pegarle un tiro al joven palestino cuando estaba tumbado malherido en el suelo, después de haber atacado a un militar israelí con un cuchillo en una acción en la que murió otro atacante palestino.

Se espera que en las próximas semanas se fije la pena, que en el caso de homicidio puede ser de un máximo de veinte años de prisión.

Los abogados de Azaría han asegurado que recurrirán al Tribunal Militar de Apelaciones, lo que podría alargar el proceso otros cuatro meses y tras lo que aún cabría otro recurso al Tribunal Supremo.

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