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Maria Kolesnikova, opositora bielorrusa encarcelada y Premio Sajarov, ingresada en cuidados intensivos

Maria Kolesnikova, dirigente opositora bielorrusa, en una manifestación en Minsk, Bielorrusia, en septiembre de 2020.

elDiario.es / EFE

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La líder opositora bielorrusa María Kolésnikova, encarcelada desde hace dos años en su país y Premio Sajarov del Parlamento Europeo a la libertad de conciencia en 2020, fue trasladada este miércoles de urgencia a una unidad de cuidados intensivos en la ciudad de Gómel.

“Masha Kolésnikova está en cuidados intensivos. Se desconocen los motivos”, informó el canal de Telegram de Víktor Babariko, banquero bielorruso y aspirante a la candidatura presidencial del país, también encarcelado por las autoridades bielorrusas.

Según el canal opositor, “María está en el departamento de cuidados intensivos del hospital de emergencias de Gómel. El hospital confirmó esta información a su abogado. La ambulancia trasladó a María el 28 de noviembre, fue hospitalizada en el primer departamento de cirugía y la trasladaron a cuidados intensivos”.

Una celda de aislamiento

El medio denunció que este martes las autoridades carcelarias negaron por tercera vez consecutiva el acceso de su abogado, Vladímir Pílchenko, a la penitenciaría, al alegar que ella no lo había solicitado.

“Anteriormente se supo que Masha estaba en una celda de aislamiento. No se sabe desde qué día y por cuánto tiempo. La administración del penal no dijo nada sobre su hospitalización”, añadió el canal de Babariko.

El abogado de Kolésnikova presentó una queja ante las negativas de la cárcel a permitir una cita con su cliente, en la que expresó su preocupación por el estado de salud de la opositora, sin que la Justicia bielorrusa reaccionara a sus demandas.

Según informa The Guardian, Kolesnikova fue una de las tres líderes, con Veronika Tsepkalo y Sviatlana Tsikhanouskaya, que encabezaron manifestaciones en 2020 contra el régimen de Alexander Lukashenko, descrito como “el último dictador de Europa”.

Kolésnikova fue condenada a 11 años de cárcel, tras resistirse a ser expulsada de Bielorrusia. En septiembre de 2020, el servicio de seguridad KGB del país la llevó a la frontera con Ucrania después de ponerle un saco en la cabeza y empujarla hacia un minibús, pero en la frontera Kolesnikova rompió su pasaporte para que no pudiera ser deportada.

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