Ayuda para los refugiados sirios: muchas promesas y poco dinero
Los países que asistieron a la cumbre de Londres para ayudar a los refugiados sirios solo han asignado poco más del 16% del dinero estipulado para 2016, según un informe de la ONG Concern Worldwide.
Ese dinero debería destinarse a ayudar a los países de la región que rodean a Siria, principalmente Turquía, el Líbano y Jordania, haciendo foco en la educación de los niños sirios y en aumentar las posibilidades de que los refugiados encuentren trabajo remunerado.
En la conferencia de febrero en Londres, se aceptó que era muy probable que muchos refugiados vivieran un largo período de tiempo fuera de Siria y que tal vez nunca pudieran regresar a su país, destruido por una guerra civil que ya lleva cinco años.
En la Conferencia de Apoyo a Siria y la Región organizada por el primer ministro británico, David Cameron, se acordó pagar un total de 10.900 millones de euros. Era la primera vez, dijeron, que se recaudaba una suma dinero tan grande en un solo día para una crisis humanitaria.
Según el informe de Concern Worldwide, los países prometieron casi 5.400 millones de euros para 2016 en esa conferencia y sin embargo, hasta mediados de abril, solo habían entregado 1.448 millones de euros.
El informe indica también que el 94% de los países que donaron en Londres aún no han convertido el dinero prometido en ayuda real y que 18 de los que se comprometieron a aportar dinero todavía no han destinado ningún fondo a ayudar, entre ellos Kuwait (uno de los anfitriones).
Donaciones pendientes
En el informe también se sugiere que el 98% de la donación de Arabia Saudí, el 96% de la británica, más del 89% de la alemana y la de la Comisión Europea todavía están pendientes. Solamente tres donantes (Australia, Malta y Lituania) han asignado en su totalidad los fondos que prometieron.
De acuerdo con el informe, a finales de abril el 52% de los fondos todavía no había pasado a manos de una organización ejecutora del proyecto; el 47% no había sido asignado a ninguna organización en particular; y el 28% no había sido asignado a ninguno de los países afectados por la crisis.
La velocidad con la que se implementa la ayuda financiera tiene importancia: es difícil para las agencias de ayuda hacer planes a largo plazo sin los fondos prometidos.
Según Simon Starling, responsable de la asesoría jurídica en Concern Worldwide (Reino Unido) y autor del informe, “las promesas son solo palabras hasta que se hacen realidad; sencillamente, los donantes no han actuado con la rapidez que amerita la situación; las estadísticas señalan que hay un lapso de tiempo crucial desde que los donantes se comprometen hasta que la ayuda se convierte en una realidad financiera; los sirios son los que pagan el precio de este retraso”.
Además, según se dice en el informe, habiendo grandes necesidades humanitarias dentro del país, una gran parte de los fondos se desvían hacia los países vecinos. También destaca que los donantes de Londres han destinado tres veces más dinero al Plan Regional para los Refugiados y la Resiliencia (3RP) que al Plan de Respuesta Humanitaria para Siria (HRP).
“La respuesta humanitaria en los países vecinos continúa obteniendo más fondos que la respuesta dentro de Siria, donde se encuentra la mayor cantidad de gente con necesidades; es necesario corregir este desequilibrio y los gobiernos donantes deben lograr que todas las partes del conflicto garanticen un acceso humanitario incondicional para llegar a los que más lo necesitan”, dijo Starling.
De acuerdo con los autores del informe, “hasta la fecha, los controles sobre los compromisos que se hicieron en la conferencia de Londres han sido inadecuados y poco transparentes; es necesario establecer una infraestructura pública y formal para que los donantes y los gobiernos se hagan cargo de sus promesas”: “Los co-anfitriones de la conferencia de Londres deben trabajar con los países que reciben refugiados para hacer un seguimiento tanto de las políticas como de los compromisos financieros. Los donantes deberían trabajar con las Naciones Unidas para desarrollar una estructura de responsabilidad apropiada que pueda atraer tanto financiación humanitaria como financiación de desarrollo para las crisis prolongadas. Para que la ayuda financiera se concrete, la campaña debe estar dentro de un marco temporal acordado”.
Traducción de Francisco de Zárate