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'Check-point' en el regreso del Rastro de Madrid

Pancartas en señal de protesta por las medidas dictadas por el Ayuntamiento de Madrid en El Rastro

Víctor Honorato

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“Tiene que dar la vuelta y salir por la derecha por la calle de Juanelo”, dice el voluntario de protección civil a una mujer con cara de confusión. “La verdad es que es un poco follón”, admite. Tras ocho de meses de cierre a causa del covid, El Rastro de Madrid volvió esta mañana de sol otoñal con gran éxito de público y ciertos problemas para orientarse entre las zonas valladas en la calzada y delimitadas con cinta de plástico de la policía, sin apenas carteles. Unos 150 agentes vigilaron los accesos entre calles, aceras y calzadas en una mañana de mucho ajetreo en el que los vendedores ambulantes denunciaron la “improvisación” del ayuntamiento en el regreso de la feria a las calles.

Los vendedores se pasaron más de tres meses negociando con el consistorio las condiciones de reapertura. Ellos pretendían que el aforo se delimitase usando los edificios como guía, pero el ayuntamiento se negó, escudándose en la necesidad de proteger a los vecinos. Tras arrancar concesiones respecto al número de puestos y la ubicación, los ambulantes acabaron aceptando, una vez que consiguieron que se conservase el eje central por la Ribera de Curtidores. Pero el recorrido por esta calle en cuesta se dispuso en sentido ascendente y separado de la plaza de Cascorro, cabecera histórica del mercado, lo que causó cierta protesta de los responsables de los puestos. “El que es de Madrid sale del metro en La Latina y baja. Los de abajo vienen sofocados”, se quejaba Bruno, que vendía vinilos y cochecitos de juguete justo entre Cascorro y la Ribera, y que se lamentaba de que los potenciales clientes tuviesen que bajar media calle por la acera, pasar a la calzada y después volver a subir para llegar donde él estaba. “Si no vendo me piro, no me pego la paliza, Pablo”, le decía a un compañero que vende carteles de cine y que hoy decidió no montar aún el tenderete (con medidas reducidas por orden municipal) porque no tenía claro cómo organizar el género.

Había mucho expectación y ganas de apoyar a los vendedores, y hasta una marca de cerveza tenía a chavales repartiendo fichas a los responsables de los puestos para que la cambiasen por una caña en los bares más tarde. Con el buen tiempo, la afluencia fue muy notable, con lo que el aforo máximo de 2.700 personas se llenaba cada poco. Los agentes cortaban entonces el paso y se formaban colas bastante largas. “Solo serán cinco minutos”, decía uno a las personas que hacían cola en la parte de arriba del Cascorro. En un lateral, similares palabras de otro agente, que educadamente explicaba: “Han dicho que hay mucha gente y no se puede entrar”. También faltaban carteles, por lo que un policía improvisó una flecha en un cartón para regular el tráfico. No estaba muy claro, por otra parte, que los drones anunciados para controlar el aforo funcionasen muy bien, y de hecho los controles se hacían en los accesos con aparatitos cuenta personas manuales.

Las asociaciones de vendedores ambulantes celebraron una rueda de prensa a las 11.30 para dar gracias por los apoyos recibidos durante los meses de cierre y analizar cómo estaba yendo la jornada. “Nos hemos encontrado con una situación surrealista”, criticó Mayka Torralbo, portavoz de la asociación Rastro Punto Es. “En [la plaza de] Vara del Rey prácticamente no hay zona balizada, en la del Campillo hay un solo acceso y libre tránsito en el interior, en Ribera de Curtidores no dejan bajar, pero no hay cartelería que desvíe a la gente…”, enumeraba, y lamentaba: “No entendemos cómo después de tantos meses [en el ayuntamiento] no tenían un plan adecuado que nos hubieran comunicado, pues nuestro objetivo siempre ha sido colaborar. Era un día para reabrir con alegría, pero nos hemos encontrado con un día de protesta por la mala organización del Ayuntamiento”.

Escuchaban entre el público el candidato a dirigir Podemos en Madrid, Luis Nieto, acompañado de la diputada autonómica Carolina Alonso y el fundador del partido Juan Carlos Monedero, que terció: “Veo pocos puestos y mucha policía”. Torralbo aseguró, en cualquier caso, que los vendedores seguirán peleando por mejorar las condiciones, pero no paralizarán el rastro. “No vamos a parar. Cualquier protesta se hará desde los puestos, jamás hemos hecho huelga”, recordó.

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