Paloma Pujol logra su quinto título mundial de 'footbag'
La malasañera Paloma Pujol Mayo ha añadido este mes de agosto un nuevo título -cuarto consecutivo- de Campeona Mundial de Footbag a su loable palmarés deportivo en el que, entre otras muchas distinciones, acumula cinco mundiales, después de los obtenidos en los años 2015 (Dinamarca), 2017 (EEUU), 2018 (Bulgaria) y 2019 (Polonia)
En una competición que, a causa de la pandemia, este año se ha tenido que celebrar online, y en la que cada participante debía enviar un vídeo de una rutina para que fuera valorado por los jueces, Paloma se ha hecho merecedora de un título mundial muy competido: “Este año ha sido el mundial con más nivel de todos porque al tener la posibilidad de enviar vídeos, en los que hemos podido repetir trucos hasta que salieran perfectos, se han presentado unos ejercicios bestiales y, además, como no hemos tenido que desplazarnos a ningún lugar, ha podido participar gente que por problemas económicos no puede viajar normalmente, haciéndonos a todos mucho más conscientes de todos los que somos practicando este deporte en el mundo”.
Paloma es la segunda deportista femenina más laureada de la historia del footbag, tan sólo superada en títulos por la suiza Tina Aeberli, a quien batió en la competición este año. Por si la distinción individual fuera poco, junto a Sergio García ha conseguido también este año el subcampeonato mundial en dobles.
Paloma Pujol es ya una veterana practicante de footbag, deporte en el que lleva más de 15 años. Desde 2014 lo combina de forma profesional con el Football Freestyle, disciplina en la que también destaca, habiendo sido dos veces campeona de España y una, subcampeona del mundo.
Las calles de Malasaña son el habitual escenario de los entrenamientos diarios de esta deportista, a la que es fácil encontrar en la plaza del Dos de Mayo. Sin embargo, en ocasiones necesita de un espacio interior, tal y como ha sucedido recientemente cuando hubo de preparar con intensidad su participación en el mundial de footbag y grabar en vídeo el ejercicio con el que acabaría ganando el campeonato.
Es en el espacio vecinal conocido como La Casa del Cura donde esta deportista ha encontrado el techo que eventualmente precisa. “Entrenar en la calle en agosto es una locura por el tiempo y porque cuando necesitas estar bien concentrada cuando se acerca una cita importante la gente alrededor te distrae. La gente como yo, y de otros tipos, necesitamos más espacios en el barrio como la Casa del Cura en los que desarrollar nuestro arte, nuestro deporte o lo que sea. Ojalá en La Casa del Cura puedan dejarnos usar un aula dos o tres días a la semana como sé que planean hacer, aunque está por ver cómo evoluciona este espacio con el conflicto abierto que tienen con el ayuntamiento.
Por mucha pentacampeona mundial que sea, el día a día de una deportista como Paloma, practicante de un deporte muy minoritario, es realmente difícil y la pandemia no ha hecho más que agravar su habitual precaria situación. Sin ayudas oficiales de ningún tipo y con los espectáculos y exhibiciones suspendidos, que eran su principalmente fuente de ingresos, toca de nuevo buscarse la vida en trabajos convencionales y arañar todas las horas que pueda de su tiempo libre para seguir entrenando, algo que hace a diario. “Las pocas o muchas ayudas municipales o estatales que puedan llegar para el deporte jamás acaban en disciplinas como la mía, donde existe una federación mundial, pero ni siquiera una española. Para las instituciones no existimos”, concluye.
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