¿Por qué no abre ya mi biblioteca?
Desde que se supo, antes del fin de semana, que Madrid, sin pasar de fase, podría relajar las medidas de la Fase 0, y que ello conllevaba la posibilidad de abrir bibliotecas y museos con ciertas restricciones, fueron muchas las voces que reclamaron que estuvieran abiertos ya el mismo lunes. Posteriormente, hemos sabido que la apertura aún tardará en llegar un par de semanas. “Abriremos de nuevo cuando esté garantizada la seguridad de trabajadores y usuarios”, señalaba el lunes la cuenta oficial de Bibliotecas Municipales, una de las dos redes de bibliotecas públicas (junto con las de la CAM) con las que cuenta Madrid. Una vez abran las bibliotecas, lo harán al principio con un horario reducido, para préstamos y devoluciones, y bajo cita previa.
Pero, ¿por qué no pueden abrir inmediatamente las bibliotecas? La respuesta es sencilla y, a la vez, hay que tener en cuenta muchos aspectos para comprenderlo en toda su complejidad. Por una biblioteca, dependiendo de su naturaleza (pública, universitaria, escolar, etc.) y su importancia, pueden pasar al día varios miles de personas lo que hace que su nueva normalidad requiera de una cierta adaptación, que afecta al personal (con turnos distintos o adaptación de sus puestos de trabajo), a la limpieza, a la vigilancia y a los propios usuarios de la biblioteca.
Esta semana, según nos confirman, ya están volviendo a las bibliotecas algunos bibliotecarios (hasta ahora teletrabajando) para poner en marcha estos cambios. Solo un ejemplo para comprender el calado de las adaptaciones: el tercio del aforo que podrá ocupar para consulta la biblioteca no implica solamente dejar pasar a más o menos gente sino, probablemente, hacer cambios en el mobiliario para asegurar la distancia física de los usuarios mientras permanezcan en las bibliotecas.
Las asociaciones e instituciones bibliotecarias llevan ya tiempo trabajando en los protocolos y recomendaciones para ayudar a las bibliotecas, que están siendo adaptadas a las circunstancias de cada una de las redes bibliotecarias.
La IFLA (algo así como la ONU de las bibliotecas en el mundo, y que me perdonen la comparación las autoridades bibliotecarias) viene estableciendo documentación relativa al trabajo en las bibliotecas durante el confinamiento, y también sobre las fases de reapertura, que abundan en la necesidad de una fase de trabajos previos para la adaptación antes de abrir de nuevo al público. En España, el Ministerio de Cultura y Deporte también ha elaborado una serie de recomendaciones para guiar la adaptación de la Orden SND/399/2020, de 9 de mayo, a la realidad de las bibliotecas de cara a la Fase 1 (que es cuando se han podido abrir en el resto de España). Como en el resto de documentos que enlazamos en este artículo, las recomendaciones contemplan una fase adaptación previa a la reapertura.
También, Rebiun, que congrega a las bibliotecas universitarias de España, acordó con el concurso de diferentes bibliotecas de su red, un amplio documento cuyas indicaciones conllevan una fase de preparación de los centros en relación a la incorporación del personal, la adaptación de la señalética, los espacios o las medidas de seguridad para los trabajadores. Y algo similar sucede con el Consorcio Madroño, la red que congrega a la mayoría de bibliotecas universitarias públicas de Madrid. En fin, que hay un trabajo que hacer antes de que podamos ir a llevarnos en préstamo el último best seller.
Los ritmos de reapertura en los países en los que las bibliotecas están volviendo a abrir difieren pero, en general, en todos se está aplicando una vuelta progresiva a la normalidad. En Chicago, por ejemplo, trataron de sacar la mayor parte de servicios a la calle, en otros lugares se están estableciendo itinerarios de una sola vía para los usuarios y, a veces (como en Hong Kong), se toma la temperatura a los usuarios en la puerta.
Libros en cuarentena
Libros en cuarentena
Un tema clave en esta reapertura será el de la cuarentena de libros y otros materiales devueltos. Ante la indefinición de la comunidad científica acerca de los tiempos necesarios de cuarentena para el papel u otros materiales (como los plásticos de los CDs y DVDs), se ha optado por una recomendación amplia (Rebiun habla de diez días y parece que en Madrid serán 14). Esta cuarentena implica, además, que exista un depósito nuevo de libros, un circuito de colocación diferente de los materiales, reprogramar el sistema de reservas, implementar un protocolo de desinfección y una larga cadena de pasos que podrían escapársenos a los usuarios a primera vista.
No nos impacientemos, parece que la reapertura de nuestras bibliotecas está cerca, pero aún habrá que ir con cuidado también en ellas.
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