El Ayuntamiento de Madrid propone visitar en una ruta cultural un edificio neomudéjar desaparecido, cuyo derribo autorizó en 2022
El pasado 14 de octubre fue desalojada, con la oposición de varias decenas de personas, La Higuera, una pequeña casa neomudéjar popular que llevaba okupada una década en el número 32 de la calle Genciana (con vuelta a la de Miosotis). En cuanto se produjo el desalojo, comenzó el derribo, pese a que la Asociación Vecinal Cuatro Caminos Tetuán había registrado el día antes en el Ayuntamiento una solicitud de paralización porque el permiso de demolición había caducado.
Era el último intento de evitar la desaparición de una casita que desde el Grupo por la Protección del Patrimonio de Tetuán se reclamaba de un valor extraordinario dentro del estilo conocido como neomudéjar popular. El grupo estaba esperando respuesta a una petición de protección parcial del inmueble registrada meses atrás. La casa de Genciana murió matando, ya que algunas voces afirman que su derribo, que salió en diversos medios de comunicación y fue protestado en el vecindario, fue determinante para que finalmente se votara la moratoria para los edificios neomudéjar popular y la inclusión en el catálogo o subida de la protección de centenares de ellos por parte del Ayuntamiento.
“Se trata de un edificio icónico dentro del neomudéjar popular de Tetuán, particularmente en su zona norte, donde queda menos caserío de estas características. Tiene todos los detalles ornamentales necesarios para que pueda categorizarse como neomúdejar popular; a veces es discutible que toda la vivienda popular en ladrillo de esta época lo sea, pero no hay duda con el edificio de Genciana. Se trata, además, de un inmueble bien conservado, muy apreciable en nuestra opinión, con una armonía de formas obvia. Y su característica esquina a dos calles, junto con sus dos alturas, la hacen aún más especial. Hay que tener en cuenta que las casas bajas y de pocas alturas son las que menos se conservan, pues el suelo que ocupan es más apetecible para el promotor inmobiliario”, declaró el grupo a este medio justo antes de que el edificio desapareciera.
A pesar de haber pasado ya diez meses desde el derribo, la casita esquinera de 1925 ha aparecido en un recorrido peatonal saludable del Ayuntamiento de Madrid a través de ejemplos interesantes de neomudéjar popular en los barrios de Valdeacederas, Berruguete y Cuatro Caminos. El cartel ha sido difundido en redes sociales incluso por la nueva Concejal Presidente de Tetuán, Paula Gómez-Angulo. El hecho ha sido denunciado públicamente por el Grupo por la protección por el patrimonio de Tetuán y la Asociación Vecinal Cuatro Caminos-Tetuán. La reunión de vecinos que ha puesto sobre el tapete la necesidad de poner en valor y proteger el etilo popular de los extrarradios madrileños lo expresaba así en Facebook:
“Saludamos la iniciativa de la Junta Municipal del Distrito de Tetuán de dar a conocer el patrimonio neomudéjar de nuestro barrio. Vemos que la visita incluye un precioso edificio que se derribó hace meses, a pesar de los esfuerzos del vecindario por conservarlo. Estaba en la calle Genciana esquina con calle Miosotis y era un ejemplo magnífico del estilo que pedimos proteger. El Ayuntamiento no movió un dedo para evitar su derribo”.
No es la primera vez que el fantasma de Genciana y Miosotis reaparece en contexto municipal. Paradójicamente, en el momento del derribo la imagen del edificio ilustraba el cartel de la exposición del fotógrafo Ismael Peral que se podía ver en la cercana Biblioteca Pública María Zambrano, situada en el Centro Cultural Eduardo Úrculo.
Los itinerarios son una interesante propuesta de ocio cultural para caminar el distrito e incluyen, además del recorrido por el neomudéjar popular del distrito, otras tres: Tetuán histórico, Tetuán cultural saludable y Tetuán contemporáneo. Arte y arquitectura.
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