Los enanos de jardín colonizan la Dehesa de la Villa
Diez familias de enanos de jardín viven repartidas por la Dehesa de la Villa desde el pasado viernes. Los Pérez, los Peláez o los Díaz, entre otros. Muchos de ellos tienen mofletes colorados, barbas luengas –los más mayores–, trenzas o gorrillos puntiagudos como los de David el Gnomo.
Los vecinos y vecinas que paseaban por la Dehesa de la Villa este fin de semana se maravillaban de su presencia y subían fotografías a las redes sociales. Pronto, algunos repararon en que las figuras pintadas tenían un código QR que enlazaba con un mapa del bosque y la distribución de las familias. Se puede hacer una ruta por el vecindario. Por ejemplo, se puede leer en el mapa:
“La familia de los Rodríguez son descendientes de un grupo de los noventa. Viven en el cerro de los Locos, pero ellos dicen que no están locos, que sólo se hacen los distraídos”.
¿De dónde salieron los enanos de jardín de la Dehesa? De las manos de los alumnos y alumnas de una academia de arte de barrio, La Artigua. Beatriz, una de las dos socias de la escuela nos cuenta que “han participado voluntariamente los alumnos y alumnas de todos los niveles, de los más mayores a los más pequeños, y al final hay casi cien enanos pintados a mano”.
Los colocaron el pasado viernes y tienen pensado ir a retirarlos cuando hagan justo una semana para que no se conviertan en basura. “Aunque con la lluvia del domingo se habrán deteriorado algunos y otros los han cambiado de sitio. Nos han dicho que a alguna familia la han agrupado debajo de los árboles para resguardar a los enanitos de la lluvia”, nos cuenta Beatriz.
La familia artística de La Artigua, que tiene ya recorrido en implicación con el barrio de Tetuán, llevó a cabo hace poco una acción parecida con gallinas pintadas para reivindicar el cuidado de una plaza-solar del barrio junto a la calle Hierbabuena.
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