Austral: el híbrido con dirección a las cuatro ruedas y el mejor despliegue tecnológico
Acostumbrado a los grandes volúmenes, Renault es una de esas marcas que se recuerda generación tras generación, por la popularización de tecnologías que parecían difíciles de encajar en un escenario de precios más o menos asequibles. Y es que cuando el grupo francés pone un nuevo modelo en el mercado, lo natural es empezarlo a ver por cada esquina.
El Austral es un orgulloso ejemplo de la mejor Renault, plenamente asentada en su alianza con Nissan lo que le permite beneficiarse de desarrollos tecnológicos punteros, colocada en primera línea de negociación con proveedores asiáticos. Global, pero muy local: el Austral se produce en la planta de Palencia, que consolida de forma reconfortante su posición como centro clave para el ensamblaje de modelos electrificados.
Atlético Palentino
Por fuera, explota una silueta continuista, pero que oculta muy bien los más de cuatro metros y medio de longitud. Combinado con una altura de apenas 1,60 metros, el Austral está musculado y es un anticipo visual de lo que se oculta en marcha. El maletero de entre 500 y 430 litros, no sufre por las baterías del sistema híbrido porque están bajo los asientos delanteros, aunque sí lo hace mínimamente por la posición del acumulador de 12 voltios de las versiones híbridas sencillas.
Exigencias de la ingeniería y de un vano motor en el que no cabe un dedal más de tecnología. Solo alimentado por gasolina, con tres cilindros, 1.2 litros, sobrealimentado por un innovador turbo —de geometría variable y pilotaje eléctrico— y de ciclo Miller para incrementar la relación de compresión. Este motor completamente nuevo es lo más avanzado en conservación de energía y gestión de la tracción. En la parte “alta”, las válvulas de admisión permanecen abiertas durante una fracción del ciclo de compresión, liberando de presión al cigüeñal y optimizando la sobrealimentación con un aporte extra de aire a presión: hasta ahí, 131 caballos elásticos y silenciosos.
A la salida, un grupo de tres árboles de engranajes sin embrague ni sincronizadores, hace las veces de caja de cambios, pero con dos motores eléctricos colaborando al movimiento. Uno de 68 caballos pone el coche en movimiento siempre y hasta los 80km/h aproximadamente, y otro de 34 caballos se encarga de igualar las velocidades internas para ir cambiando de marcha en una renovada caja automática pero con piñones tradicionales, sin elementos de desgaste. Un sistema único que regula el destino de la potencia según queden posicionadas las piezas del conjunto, bien para mover el coche, o bien para recargar su paquete de baterías compacto de 1,7 kWh, y ligero (55 kilos), que no compromete la dinámica del coche.
Dinámica sobresaliente
En estos tiempos de decenas de kilovatios-hora de capacidad y plataformas “tipo patinete” rellenas de celdas como un sándwich, encontrarse con una composición ligera como la del Austral es una auténtica sorpresa. El peso regresa como protagonista y el nuevo Renault aún con silueta todo-camino, pesa menos de 1.400 kilos en vacío. Con ruedas de 20 pulgadas y adherente compuesto, y suspensión independiente en las versiones superiores, el Austral se coloca entre la competencia como referencia en comportamiento dinámico.
Y ojo, los hay más deportivos, pero no tan equilibrados. El Austral ofrece un nivel de precisión superior con muy poco toque de volante. La dirección a las cuatro ruedas, única en su segmento, permite cambios de dirección inmediatos y un agradable control en espacios pequeños, donde gira como una bailarina entre columnas o calles estrechas. Con potencias de entre 140 y 200 caballos, los hay más rápidos frente al cronómetro, pero no cuando llegan las curvas.
Equipamiento sobresaliente
Articulado alrededor de tres niveles de equipamiento denominados Equilibre, Techno e Iconic, los Austral pueden además vestirse con un paquete llamado esprit Alpine, que añade toques deportivos y exclusivos al aspecto convencional. El color gris satinado combinado con el techo negro, llantas de 20 pulgadas exclusivas y algunos guiños al la mítica “A” de la división deportiva de Renault, recuerdan que esto es un SUV familiar y dinámico.
A la presentación interior se añaden inserciones en Alcántara en el volante con costuras que replican la bandera de Francia de forma discreta. Y hasta aquí la parte más esperable, porque de pantallas hacia dentro, no hay parangón por sus prestaciones, manejo, rapidez y facilidad de uso. Se nota que el interior del Austral ha sido concebido sin limitaciones, y tanto la postura como el acceso a los sistemas y su presentación, es de lo mejor del segmento.
Alrededor de dos pantallas de 12,3 frente al conductor y 12 pulgadas en el centro —nueve en la entrada de gama—, el software OpenR Link demuestra cómo se puede integrar de forma virtuosa la arquitectura de un tercero —Android Automotive OS, o sea, Google—, con el aspecto y la funcionalidad propias de una marca. En OpenR Link, cada actor pone lo mejor de su parte: Google la integración total con el buscador de Google y Google Maps, por ejemplo. Renault, una navegación entre menús lógica y con afortunadas ausencias, como la del climatizador que con buen criterio, se maneja mediante botonería tradicional.
Un buen nivel de infoentretenimiento, al que se añade todo el equipamiento de seguridad habitual, con control de velocidad adaptativo inteligente, cámara de visión 360, safe exit para ocupantes, frenada de emergencia automática, dirección activa o iluminación full led —con hasta tres configuraciones posibles—, y algunas particularidades poco vistas como el sistema de reconocimiento del tráfico para detectar atascos siendo capaz de esperar hasta 30 segundos entre arrancada y arrancada, para mayor confort del conductor.
En definitiva, el Renault Austral es un SUV compacto elegante y práctico que ofrece un gran equilibrio entre diseño, tecnología y prestaciones. Y que está ya a la venta, sin problemas de entrega y con una tarifa que arranca en los 30.900€, pegatina ECO incluida.