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Porsche se olvida del diésel y Ferrari confirma su SUV híbrido

Porsche Panamera Turbo S E-Hybrid.

Pedro Umbert

Aunque las intenciones de ambas marcas de coches deportivos eran un secreto a voces desde hace tiempo, acabamos de tener la confirmación oficial de que Porsche elimina los motores diésel de su gama para centrarse en los de gasolina y en los eléctricos e híbridos, y de que Ferrari prepara lo que siempre dijo que no fabricaría: un SUV, y además de propulsión, también, híbrida.

Por comenzar por la firma alemana, lo que la ha convencido de la conveniencia de dar la espalda al gasóleo es una combinación de motivos ambientales, la controversia que acompaña a esta tecnología tras el Dieselgate y, especialmente, la contracción de la demanda de este tipo de motores en los últimos tiempos. Según un comunicado oficial, todas las versiones diésel de los modelos Panamera, Cayenne y Macan supusieron solo el 12% de las ventas totales en 2017.

La nota asegura que Porsche no pretende condenar los propulsores diésel, pero al mismo tiempo su CEO, Oliver Blume, afirma lo siguiente, que no deja lugar a dudas sobre las verdaderas intenciones de la compañía: “Como fabricante de coches deportivos, para el que esta tecnología siempre ha desempeñado un papel secundario, hemos llegado a la conclusión de que nos gustaría que nuestro futuro esté libre de diésel”.

La firma de Stuttgart se dispone, pues, a apostar por la electrificación. Hasta 2022 invertirá más de 6.000 millones de euros en desarrollar un ecosistema completo de movilidad eléctrica que incluye tanto vehículos como infraestructura de carga. Su primer lanzamiento, en 2019, será el Porsche Taycan, un deportivo eléctrico de 600 caballos con un innovador sistema de recarga que le permitirá recuperar 100 kilómetros de alcance en cuatro minutos.

La marca ya había detenido en febrero las ventas de sus modelos diésel que montaban motores procedentes de su matriz Volkswagen, a partir de una investigación de las autoridades alemanas sobre una posible manipulación de los controles de emisiones. Ahora anuncia de manera oficial que prescinde definitivamente de esta clase de propulsores en su catálogo, convencida de que el camino es el que marca, por ejemplo, el Panamera híbrido enchufable, que acapara el 63% de las ventas de este modelo en Europa.

Otro fabricante de deportivos de lujo, Ferrari, ha confirmado que en 2022 comercializará un SUV híbrido, aunque –para distinguirse, que es una de sus especialidades– lo llamarán FUV (Ferrari Utility Vehicle) porque, como señala el nuevo CEO Louis Camilleri, la palabra SUV “no le sienta bien” a la casa de Maranello. El coche se llamará Purosangre (Purasangre) y se inscribe en un plan estratégico que incluye la producción de 15 nuevos modelos y pretende doblar los beneficios de la empresa e introducirla en el ámbito de la electrificación.

Camilleri sostiene que el Purosangre, que sobre el papel debería ser un rival del Lamborghini Urus, “redefinirá las expectativas” del segmento, además de suponer la avanzadilla de un esquema de propulsión híbrido que, en ese mismo año 2022, debería extenderse al 60% de la gama de Ferrari, según sus propias palabras. La firma del cavallino se propone también introducir bloques V6, más pequeños que sus clásicos V8 y V12, que podrían combinarse con los motores eléctricos en sus futuros vehículos híbridos.

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