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Nuevo Opel Crossland, ahora más atractivo y eficiente

Nuevo Opel Crossland.

Pedro Urteaga

Inmersa en una actividad frenética en los últimos meses, la marca alemana Opel acaba de desvelar en esta ocasión el nuevo Crossland, su modelo más vendido después del Corsa. Este SUV del segmento B se ha sometido a un facelift profundo y recibe además mejoras en capítulos tan variados como espacio interior, amplitud de gama, equipamiento, rigidez estructural, dirección y eficiencia de los motores. Un repaso en toda regla, en definitiva, con el que se pertrecha para no perder su posición en el segmento más competido del mercado. 

Por dimensiones, el Crossland se parece mucho al recién presentado Mokka, del que toma además rasgos de diseño como, especialmente, el Opel Vizor, esa especie de antifaz -que no mascarilla- negro dispuesto sobre el rostro del coche, aunque aquí los faros delanteros rompen ligeramente la simetría al picar hacia arriba en sus extremos. La vocación del Crossland, sin embargo, es más familiar y rutera que la del Mokka, ideal para el uso urbano sobre todo en su versión 100% eléctrica.

Disponible en los concesionarios desde finales de diciembre, el nuevo modelo de Opel se ofrece en cuatro acabados: Edition, Business Elegance, GS Line -nuevo en la gama- y Ultimate. Los precios parten de 20.650 euros, que se quedan en 18.300 con las promociones actualmente en vigor, por 21.000 euros, rebajados a 18.500, del Mokka.

El Crossland incorpora unas protecciones de plástico tanto en el frontal como en la zaga, para realzar su estampa de crossover, llantas específicas para cada acabado y carrocería con techo negro según versiones. La mención Crossland -sin la X que le acompañaba hasta el momento- aparece centrada en la parte trasera, y el color del techo, ya sea negro o el de la carrocería, se extiende ahora hasta la parte superior del portón.

El habitáculo experimenta una cierta mejora de la amplitud gracias a que el coche crece un poco en longitud (mide 4,21 metros) y en distancia entre ejes con respecto a su antecesor. La fila trasera con desplazamiento longitudinal de 150 mm es de serie en las versiones Business Elegance y Ultimate, y los asientos delanteros pueden disponer de banqueta extensible y de la reconocida certificación de ergonomía AGR. En cuanto al maletero, cubica 410 litros con todas las plazas desplegadas y 1.255 si se abaten las posteriores.

En el interior encontramos una pantalla central de 8 pulgadas y dos tomas USB y otra de 12 voltios bajo los mandos de climatización. Como opciones están a disposición el cargador inalámbrico para teléfonos móviles y el head-up display, que proyecta sobre el parabrisas la información más relevante a la que debe atender el conductor sin necesidad de que desvíe la vista de la carretera.

La terminación GS Line integra techo en color negro además de detalles distintivos tanto en el exterior, especialmente el listón rojo que recorre el contorno de las ventanillas y las llantas negras, como de puertas adentro, donde destacan -también en rojo- el cerco de los altavoces enclavados en las puertas delanteras, el pespunte de los asientos y la plancha que recorre el salpicadero. Estos mismos acentos son más discretos, en tonos grises y negros, en el acabado Ultimate, que incorpora además tapicería en tejido Alcántara.

Siempre atenta a la iluminación de sus vehículos -algo que no puede afirmarse de todas marcas, aunque parezca mentira a estas alturas-, Opel dota al Crossland de luces de led tanto delanteros como traseros. Los faros adaptativos AFL están disponibles como equipamiento opcional.

Los ingenieros de la marca del Blitz han trabajado con especial dedicación elementos mecánicos como la dirección, ahora más precisa, y la rigidez del chasis para incrementar tanto la agilidad de respuesta y el confort a bordo como la estabilidad del coche a muy alta velocidad, expresión que en sus labios viene a significar que se ha probado en las famosas Autobahn alemanas sin limitación de velocidad. El nuevo modelo cuenta también con mejor insonorización de puertas y ventanillas.

La dotación de seguridad puede incluir sistemas como freno de emergencia automático con detección de peatones, alerta de cambio de carril involuntario, detección de señales de tráfico, monitor de vehículos en el ángulo muerto y alerta de somnolencia del conductor.

El Crossland hereda de su hermano mayor, el Grandland, el dispositivo Intelligrip (opcional), que no lo convierte en un vehículo de tracción total pero sirve para salvar la mayor parte de las situaciones difíciles sobre firme resbaladizo. Dispone de cinco modos según el terreno por el que circulemos: normal, arena, barro, nieve y ESP desconectado. En asociación con este dispositivo funciona el control de descenso, activo también en punto muerto.

No hay previstas versiones electrificadas

Dado que el Mokka tendrá una versión 100% eléctrica desde su lanzamiento, Opel no tiene previsto por el momento dotar al Crossland de algún tipo de electrificación. Así pues, la oferta mecánica se compone únicamente de motores de combustión interna, debidamente afinados, eso sí, para rebajar consumo y emisiones.

En gasolina se podrá elegir entre dos variantes del bloque 1.2T, una de 110 caballos y otra de 130, esta última asociable a un cambio manual de seis velocidades (MT6) o a otro automático de las mismas marchas (AT6). Las opciones diésel se reducen al motor 1.5D, que se desdobla en una versión de 110 CV y cambio MT6 y en otra de 120 CV y transmisión AT6.

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