Prueba del DS 3 Crossback E-Tense, un eléctrico de capricho
No son muchos los modelos actualmente a la venta que reúnen las características del nuevo DS 3 Crossback E-Tense, un SUV pequeño (solo 4,12 metros de longitud), lujoso y 100% eléctrico. Lo cierto es que, aun aparcado en la calle, el coche brilla con una luz especial gracias a su atractiva carrocería bicolor, las grandes llantas de 18 pulgadas y ese detalle de diseño que, junto con los tiradores de las puertas escamoteables, no pasa inadvertido para nadie: la aleta de tiburón que muerde las ventanillas traseras.
El habitáculo está a la altura de las expectativas que despierta el exterior, con profusión de cuero en salpicadero, puertas y asientos, mandos en metal rugoso con motivos romboidales o de diamante y controles enmarcados en formas igualmente de rombo. En el uso habitual, lo que más llama la atención es la ubicación de los elevalunas y de la tecla del cierre centralizado en la consola, junto a la palanca de cambios, algo que era frecuente ver en los coches de antaño pero no hoy en día, en que la mayoría de los conductores los busca de forma inconsciente en el interior de la puerta.
Esta versión de baterías del DS 3 Crossback está equipada con el mismo motor eléctrico de 136 caballos de los Peugeot e-208 u Opel Corsa-e y la misma batería de 50 kWh, con la que teóricamente puede recorrer 320 kilómetros. Según hemos podido comprobar a lo largo de nuestra prueba, la autonomía real se sitúa en unos 250 kilómetros, al menos cuando la temperatura ambiente es alta y obliga a utilizar constantemente el aire acondicionado.
Quien se decida a adquirir un eléctrico como este tendrá diversos puntos de carga a su disposición -casa, trabajo, postes públicos-, por lo que la autonomía no debería suponerle un problema y apenas necesitará enchufarlo una o dos veces a la semana, si sus recorridos son los ordinarios. En una instalación de 100 kW, el DS 3 Crossback E-Tense recupera el 80% de la batería en una media hora, y con el cargador de serie, de 7,4 kW, la operación se demora unas ocho horas.
Aparte del calor reinante, las circunstancias de la prueba han incluido un ritmo normal, ni demasiado rápido ni demasiado lento, y el uso de los tres modos de conducción disponibles (Eco, Normal y Sport), especialmente el último, que proporciona un mayor dinamismo sin penalizar el consumo. Este ha sido de 15 kWh/100 km, una cifra muy contenida que posiblemente se incrementará si sumamos varios pasajeros a bordo y equipaje en el maletero de 350 litros, la misma capacidad por cierto que ofrecen las versiones térmicas del modelo.
Hemos observado algo sorprendente relacionado con la batería: la notable brusquedad con que sube y baja la cifra de autonomía que muestra el cuadro de instrumentos, siempre en saltos de 10 kilómetros. Esto puede deberse a una buena capacidad de regeneración de energía o sencillamente a un fallo de funcionamiento del calculador de autonomía, y tampoco podemos saber si se trata de un rasgo propio del modelo o solo de esta unidad en concreto. Sea como fuere, el alcance del vehículo es satisfactorio para un uso eminentemente urbano y para trayectos de mediano radio.
Suavidad y silencio de marcha
En uno y otro caso, el E-Tense se desenvuelve con perfecta suavidad y en completo silencio, gracias tanto a la ausencia de ruido del motor eléctrico como al exhaustivo trabajo de aislamiento realizado por los ingenieros de la firma francesa. La potencia es suficiente para moverse con viveza y está disponible de forma instantánea, por lo que callejear resulta casi una delicia. Tampoco hay que preocuparse de cambiar de marcha porque la transmisión es automática de serie en toda la gama. Junto a las funciones normales, la palanca de cambios incluye una específica, identificada con la B de Brake (freno), para aumentar la recuperación de energía y la capacidad de retención del motor.
En carretera, la sensación predominante es la de agilidad combinada con aplomo, al que contribuye de manera decisiva la colocación de las baterías en el suelo del vehículo. Con el centro de gravedad tan bajo, el DS 3 gira y cambia de dirección de manera admirable. Si unimos a ello la rápida respuesta del motor, el resultado es que el acto de conducir se convierte en una experiencia placentera y, como suele decirse, divertida.
Hemos probado una de las versiones más lujosas del modelo, la llamada Grand Chic, que cuesta 42.250 euros, pero hay un DS 3 Crossback E-Tense desde 37.350 euros en acabado So Chic, precios todos que pueden recortarse ahora si se aplican las ayudas aprobadas recientemente por el Gobierno. Y por supuesto, el coche, como eléctrico puro, dispone de la etiqueta Cero emisiones de la DGT.
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