Toma de contacto con el nuevo Kia Rio, el híbrido razonable
Aunque el corazón siempre anda al acecho, un buen número de personas procura guiarse solo por la cabeza cuando tiene el deseo o la necesidad de cambiar de coche. Esto es así especialmente en los vehículos de los segmentos más pequeños del mercado, el de los modelos utilitarios o urbanos, cuya función cotidiana consiste en realizar trayectos cortos por el interior de la ciudad.
De un tiempo a esta parte, muchos de esos urbanitas reúnen ya condiciones de tamaño, confort y seguridad que les permiten añadir a esos desplazamientos otros más largos e incluso viajes en toda regla. El nuevo Kia Rio, con sus cuatro metros de longitud, bien podría ser el paradigma de estos vehículos multiusos que, además, se pueden adquirir sin un desembolso demasiado gravoso para las arcas familiares y que, por tanto, suponen una compra eminentemente racional.
El Rio, que por estética puede también apelar al componente emocional que a todos nos afecta, esgrime ahora nuevos argumentos para sumar a su mera condición de medio de transporte, y los tiene tanto en el campo de la seguridad y la conectividad como en el de tecnología de motores.
Tal vez lo más relevante es la disponibilidad de versiones microhíbridas (MHEV), con 100 y 120 caballos, que se cuentan entre las más asequibles del mercado, pues la primera parte de 13.300 euros y la segunda, de 16.200 euros con los descuentos vigentes ahora mismo. La etiqueta Eco aparejada a esta tecnología es, no cabe duda, un atractivo adicional para la compra del nuevo modelo, tanto que Kia prevé que alrededor del 40% de las ventas del nuevo Rio correspondan a estas variantes de hibridación suave.
Sensaciones gratificantes
Hemos podido conducir el MHEV de 100 caballos a lo largo de una jornada de pruebas por carreteras de la Comunidad de Madrid ya limpias de la nieve caída en los últimos días. Sin entrar en los detalles técnicos que ya desgranamos en este artículo, las sensaciones que deja el Rio son de lo más gratificantes.
Para empezar, es un coche relativamente espacioso para cuatro -mejor que cinco- ocupantes, y la potencia disponible es suficiente para no comprometer su respuesta ni siquiera viajando a plena capacidad. El maletero, de 325 litros, también puede considerarse amplio para un vehículo de apenas cuatro metros.
Aunque sería disparatado esperar un comportamiento deportivo, es posible circular con el Rio a un ritmo alegre con completa seguridad, pues el desempeño de los frenos es correcto y las reacciones en general, incluso en zonas reviradas, resultan previsibles y nobles.
Las dos versiones microhíbridas cuentan con tres programas de conducción -Eco, Normal y Sport- que facilitan adaptar la entrega de potencia a las circunstancias del momento. Nuestro recorrido, de unos 100 kilómetros, que transcurrió en su mayor parte por carretera -salvo la entrada y salida de Madrid-, se completó con un consumo de 5,5 litros/100 km. En uso urbano, donde el motor de gasolina 1.0 T-GDi se desconectará con mayor frecuencia por las continuas detenciones y arrancadas, debe de ser posible rebajar incluso ese registro.
La variante de 100 CV está equipada con un cambio manual inteligente (iMT) de seis velocidades que contribuye a contener el gasto de combustible y las emisiones de CO2. La mayor virtud de esta transmisión, además de que se maneja como cualquiera de tipo convencional, es que permite que el sistema de parada y arranque del motor actúe antes de lo habitual, en cuanto el conductor deja de acelerar para detener el coche.
En el caso del modelo de 120 CV se puede escoger entre el cambio iMT y otro automático de doble embrague y siete velocidades ya conocido de otros modelos del fabricante coreano.
Un habitáculo que cuenta con todo lo necesario
En el interior del Rio destacamos como elementos principales, según versiones, la pantalla central de 8 pulgadas, que incluyen todos los acabados salvo el básico (Concept) sin el Pack Style concebido especialmente para él, la conexión Bluetooth para dos dispositivos distintos, la función de pantalla dividida, el sistema de reconocimiento por voz y el sistema de sonido con tomas USB, también en las plazas traseras.
El modelo puede incorporar además los servicios conectados de Kia, entre ellos la información del tráfico en tiempo real, así como de estaciones de servicio y aparcamientos, la alerta de controles de velocidad y la previsión meteorológica. A las funciones del sistema telemático UVO Connect se agregan ahora la navegación -a pie- de última milla, información y transferencia del perfil de usuario y la alerta de vehículo arrancado, que envía una notificación al conductor cuando deja el vehículo arrancado y la puerta abierta; así se reducen las emisiones de CO2 y se evita un posible accidente debido a asfixia por acumulación de gases.
En lo relativo a seguridad, el nuevo Rio puede disponer, como dispositivos más sofisticados, de asistente de frenada de emergencia con detección de peatones, ciclistas y otros vehículos, asistente de ángulo muerto, sistema de reconocimiento de límites de velocidad, control de crucero adaptativo, asistente de seguimiento de carril y alerta de tráfico cruzado posterior.