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Treinta años de los SUV de Opel: del histórico Frontera al nuevo Mokka 100% eléctrico

Nuevo Opel Mokka.

Paula Ulloa

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Hace tiempo que la moda de los SUV se ha instalado de forma más que sólida en el mercado europeo. El fenómeno se remonta a la década de 1980, cuando varios fabricantes japoneses desembarcaron en el Viejo Continente con estos vehículos resistentes, capaces de ofrecer buenas prestaciones en carretera pero también de salir airosos de una excursión por el campo, y ante todo poseedores de una estética poderosa y una posición de conducción elevada, cualidades todas -sobre todo esta última- que acabaron por calar en el gusto de legiones de personas.

La marca alemana Opel, entonces propiedad de General Motors y hoy integrante del Grupo PSA, recogió el guante de los fabricantes asiáticos al comercializar en 1991 el Frontera, uno de los primeros SUV fabricados en Europa, concretamente en Alemania y el Reino Unido. Basado en el Isuzu Amigo, el Frontera salió a la conquista de los terrenos más difíciles, con tracción 4x4 y marchas reductoras. En el asfalto rodaba con propulsión trasera, ya que la tracción delantera era desconectable.

Disponible desde su lanzamiento con el motor diésel 2.3 del Opel Omega, desarrollaba 100 CV y podía alcanzar los 150 km/h. Bajo su exterior robusto y su estética off road, ofrecía un interior amplio y confortable, pensado para un uso familiar. Se lanzaron dos versiones, una de cinco puertas y otra de tres -muy apreciada en aquellos momentos y hoy en completo retroceso en todo tipo de carrocerías-, el Frontera Sport.

La segunda generación del Frontera, lanzada en 1996, marca la transformación del modelo en un auténtico SUV, adoptando unas líneas más suaves y un interior totalmente repensado y que incluía un cuadro de instrumentos de formas curvas cuyo aspecto no desentonaría hoy en día. Se apostó por reforzar el confort, con frenos de disco y amortiguación de muelles en el eje trasero, y los nuevos motores Ecotec aseguraban mayores prestaciones con un menor nivel de consumo y emisiones.

Su sucesor, el Opel Antara, llegó en 2006 y dio un giro de sofisticación con tapicerías cuidadas y equipamientos como el climatizador automático, las llantas de aleación, el ordenador de viaje o el volante multifunción, y mantenía un espacio interior amplio y versátil. Inspirado en el concept car Antara GTC, que se desveló en el Salón de Frankfurt de 2005, desarrolló una interesante carrera internacional al comercializarse como Chevrolet Captiva Sport y Saturn Vue en EEUU y como Holden Captiva en Australia.

En 2012, Opel entró en un territorio hasta entonces poco explorado llevando las prestaciones, la estética, la vocación aventurera y el espacio interior de los SUV a las dimensiones compactas del segmento B, tendencia que luego ha demostrado un gran potencial comercial. Llegaba el Opel Mokka, que se fabricó hasta 2019 en la planta de Zaragoza y que en su segunda generación, prevista para 2021, volverá a romper moldes con una versión 100% eléctrica.

El año 2017, en que Opel pasó a formar parte del Grupo PSA, vio el lanzamiento de dos nuevos SUV que -por tamaño- completaban por arriba la gama de esta clase de vehículos: el Crossland X, producido también en Zaragoza, y el Grandland X, que actualmente ofrece ya entre su gama de motores tanto opciones de gasolina y diésel como una híbrida enchufable. Esta versión se denomina Hybrid4 por su sistema de tracción a las cuatro ruedas y rinde 300 caballos con unas emisiones de CO2 de 32 g/km.

El siguiente paso en el proceso de electrificación de la marca, cuyo logo es curiosamente un rayo (Blitz en alemán), vendrá señalado por la llegada el año próximo del nuevo Mokka, que pierde la X a partir de ahora y dispondrá de una variante 100% eléctrica. De su aspecto solo se sabe lo que muestran los teasers facilitados por Opel y las fotos del vehículo probándose en carretera debidamente camuflado, así como el hecho -confirmado por la compañía- de que se parecerá menos al actual Mokka X que al ultramoderno GT X Experimental Concept presentado en 2018.

El Mokka 2021, tras los pasos de sus 'primos' Peugeot 2008 y DS 3 Crossback

Con toda seguridad, el Mokka 2021 dispondrá de la misma oferta mecánica que el Peugeot 2008 o el DS 3 Crossback, compuesta por motores de gasolina PureTech y diésel BlueHDi junto a una versión eléctrica semejante a la de los e-208, e-2008 y Opel Corsa-e. Este hipotético Mokka-e (el nombre oficial se desconoce) tendría por tanto 136 CV de potencia y una batería de 50 kWh que otorga alrededor de 300 kilómetros de autonomía.

Construido sobre la plataforma CMP de PSA, el nuevo modelo pesa unos 120 kilos menos que el actual. El boceto del interior que se ha facilitado muestra un nuevo concepto de habitáculo, llamado Opel Pure Panel, en el que abundan las pantallas grandes, los controles físicos se reducen a su mínima expresión y la información digital se presenta “clara y desintoxicada”, y donde la navegación, intuitiva y directa, prescinde de engorrosos submenús.

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