Quién es quién en el Mundial de Rusia 2018

Gianni Infantino: la encrucijada de la FIFA

El actual presidente del máximo organismo internacional. Semana intensa en los despachos para Infantino con la junta anual de federaciones y la elección de la sede de 2026. Quien llegó al cargo como salvador tras la salida de Joseph Blatter, salpicado por una investigación de la CIA, no ha podido cambiar la dinámica del deporte global. Infantino tiene que solucionar estos días medidas polémicas como aumentar de 32 a 48 los participantes para el próximo Mundial de Catar 2022 (se hipotecó con esa promesa para ser elegido sin tener el visto bueno del anfitrión que puede vetarlo). Más difícil será salir airoso del proyecto del Mundial de Clubes: un grupo empresarial ha ofrecido más de 20.000 millones de euros por los derechos de un torneo de capa caída. La fórmula sería dar el control total a los inversores y cambiar por completo el formato. Sin duda, el nombre propio de los despachos.

Vladimir Putin y el control de los hooligans

El Mundial es un elemento propagandístico sin igual. En los últimos años hemos visto a países como Sudáfrica o Brasil hacer esfuerzos titánicos e ilógicos para organizar el torneo con la única intención de promocionarse. El mejor ejemplo se vio esta semana con el gobernador de Chechenia, Ramzan Kadyrov, pagando a Egipto para que entrene allí y poder tener una foto con Mo Salah, el jugador árabe del momento.

Rusia aspira a que este Mundial dé una imagen de modernidad y potencie su sector turístico. La FIFA nunca ha tenido problemas en que sus torneos se celebren en países que no cumplan los mínimos estándares democráticos. Con todo ya preparado, la única preocupación son los ultras rusos que ya hicieron estragos en el verano de 2016 en la pasada Eurocopa en Francia. Desde entonces, el gobierno ruso ha llevado a cabo un control exhaustivo prohibiendo la entrada a los estadios a 400 aficionados considerados peligrosos. Putin sabe que su gasto de 10.000 millones de euros para organizar este Mundial puede volver en su contra si los ultras rusos campan a sus anchas.

Leo Messi: obligado a ganar

El Mundial es la única opción de acabar con el debate Messi – Maradona. La afición argentina demanda un milagro a su mejor jugador quien ejerce de esperanza en los días previos al torneo y de cabeza de turco si el equipo no consigue ganar. Las expectativas irreales están consumiendo a una generación albiceleste que ya fue subcampeona en 2014 contra todo pronóstico. Preparados para una posible oleada de insultos asumiendo que Messi no se esfuerza con su selección como con su club y con insinuaciones sobre lo patriota que es o deja de ser. Suyos fueron los tres goles argentinos que les clasificaron al Mundial el pasado octubre.

Andrés Iniesta dice adiós

El manchego se marchará al fútbol japonés en cuanto acabe la participación española en el Mundial. Ha reconocido que no cierra la puerta a la selección aunque intuye que esto es un adiós. El héroe en la final de 2010 y único elemento que ponía de acuerdo a todos los aficionados en España. Una buena oportunidad para que el mundo del fútbol le rinda un homenaje con honores.

Neymar: la revancha

En 2014 una lesión le privó de las semifinales donde Brasil fue humillada por Alemania con aquel 1-7. Esa herida hizo más y más grande la leyenda de Neymar con Brasil, quien ahora regresa al Mundial con un equipo más creíble para asumir el rol de favorito. Con 26 años acaba de igualar a Romário como tercer máximo goleador histórico de la selección y, si todo sigue su curso, superará a Pelé en el primer puesto. El Mundial sería su consagración en el Olimpo, ascendiéndole al mismo nivel que los dos gigantes actuales: Messi y Cristiano Ronaldo.

VAR

La tecnología ha llegado al fútbol. El videoarbitraje (Video Assistant Referee) debuta en un Mundial, algo extraño teniendo en cuenta que aún no está implantado ni en la Champions ni en La Liga o la Premier. Una herramienta que promete facilitar la vida a los árbitros y evitar polémicas vacías. El problema será solucionar el caos que se genera desde que se para el juego hasta que se explica la decisión.

La comunidad LGTB: los olvidados del Mundial

Los actos de apoyo a la libertad sexual en el mundo del fútbol son de cara a la galería. Mientras se promueve este deporte como un elemento integrador, las elecciones de Rusia y Catar como sedes muestran otra realidad. Una en la que no se garantiza la seguridad de los aficionados homosexuales que quieran asistir al torneo. El Comité de Asuntos Exteriores de Reino Unido realizó un informe para valorar la integridad de los aficionados y cuando se explicaba el caso LGTB se aludía a un “riesgo significativo” y “falta de protección adecuada por los agentes del estado”. Aunque la FIFA reconoce que sus eventos deben ser “entornos libres de discriminación”, prefieren el silencio en lugar de usar un torneo multicultural como la excusa perfecta para romper barreras. De nada sirven acciones integradoras puntuales si en la gran fiesta se excluye a la comunidad LGTB.

Mientras tanto, en Rusia 2018...

Nike deja a Irán sin botas con Trump como excusa:

La delegación iraní se ha encontrado con un nuevo revés en su preparación para el Mundial, precisamente en el grupo de España. Tras la suspensión del amistoso contra Grecia por motivos políticos, la llegada de Irán a Rusia venía acompañada de otra sorpresa: no tienen botas ni para entrenarse. Nike es la empresa administradora de calzado de la federación iraní pero alude a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos al país asiático como el motivo de este bloqueo de suministros. Lo sorprendente del descuido es que en el pasado Mundial de 2014, con las mismas sanciones políticas, Nike no vio problema en proporcionar botas a los jugadores iraníes. Según ESPN, Nike no quiere evitar un problema con Trump y esto ha provocado que los internacionales de la selección tengan que pedir prestadas botas a jugadores de otras selecciones. Otra demostración de que el fútbol es mucho más que un simple deporte.