Los jóvenes diseñadores murcianos Pedro Lobo y Las Culpass: dos galaxias en expansión
Las invitaciones se agotaron en media hora. Después de las 11:30 de la mañana ya no hubo manera de encontrar hueco para la presentación de las colecciones de otoño/invierno de los jóvenes diseñadores de moda Pedro Lobo y Las Culpass el pasado viernes por la noche en el Centro Párraga.
El minimalismo del Espacio Cero del Párraga fue una perfecta caja negra para las líneas orientales, como las prendas con forma de kimono y con mangas japonesas, limpias y geométricas de Las Culpass, que se centraron en prendas laborales, sobre todo en blanco, negro y gris. El barroco y lo desconcertante vino de manos de las coronas y mallas que cubrían el rostro de los modelos.
Defensivo también fue el desfile de Pedro Lobo con navajas colgando de todos los modelos como un amuleto metafórico -Pedro siempre lleva una navaja consigo-. Al geometrizar la silueta muchas piezas parecían armaduras con las sobremangas y diferentes capas. Con un claro referente de los años setenta partes de las prendas estaban desubicadas con acertadas asimetrías. La paleta de colores creaba un hábitat de belleza inspirada en los tonos de los minerales en versión psicodélica. Los tejidos técnicos y las lanas frías ayudaban a esta explosión de rosas, azules, granates, tejas.
“Las Culpass me han estimulado y Pedro Lobo me ha conmovido”, resume la arquitecta Patricia Reus el desfile. “Pedro hace arte en lugar de diseño. Expresa su propio mundo interior”, apunta Marina Gómez, a su vez diseñadora. “Claramente se ve a un Pedro maduro”, añade una clienta entusiasta.
Tanto Pedro García como una de las “mamás” de Las Culpass, Alexandra Cánovas del Rey, abandonaron su trabajo de diseñadores en otras compañías para crear su propia firma. “Nosotras hacemos lo que queremos y, además, vendemos ropa”, apunta Alexandra al subrayar la libertad creativa por la que han apostado casi desde el principio. Con tan sólo 27 y 28 años, Alexandra y Martae Martínez Martínez mostraron su sexta colección, “Evolución o Barbarie”, en este desfile. “De alguna manera tenemos afinidades con nuestra generación y al final nuestras colecciones encajan”, subraya Martae.
El feminismo y el punk son el crisol con el que Las Culpass entienden la moda en todos sus aspectos. “La moda es muchas veces dañina para las mujeres”, dice Martae. De este modo, no utilizan modelos de agencia. “Hay gente de 1,20 metros y de 1,80. Hay gente de 50 kilos y gente de 80. Y gente de 55 años y de 19”, señala Alexandra.
Como ya subraya el nombre de la colección: “O evolucionamos en la manera de relacionarnos entre seres humanos o géneros o va a seguir la barbarie del machismo, del estado patriarcal, que sigan matando a mujeres”, apunta Martae. La mayor parte de sus prendas son unisex. Alexandra y Martae querían hacer un grupo de punk que se llamase Las Culpass cuando se sentaban juntas en clase en el Instituto Floridablanca, pero no tocaban ningún instrumento. En cambio, sí que estudiaron diseño de moda y joyería y ahí quedó el nombre marcado con doble 's'.
Entre Pedro y el Lobo y Pedro Lobo se ha caído algo más que la y. “Con la beca Generación pude comenzar con este proyecto trabajando de lo mío y combinándolo con trabajos de camarero, dependiente o teleoperador”. Pedro volvió a apostar por su propia firma en 2014 tras seis años después de sus colecciones de fin de carrera. “He querido hacer esto con una visión más madura que he adquirido en este tiempo”, explica el diseñador de 32 años.
“Las colecciones son autobiográficas. En ésta narro cómo llegar a un punto de estabilidad y sobrevivir. Todo expresado de una forma muy onírica, como si boyscouts galácticos estuvieran en un paisaje lunar. Para sobrevivir buscas el refugio en el sentimiento gregario de la manada. Buscas tus amuletos de la suerte. Es como si hubiese creado una tribu”, explica Pedro.
Es un proceso artesanal. “Cuando compras una camisa por la web, yo mismo la corto, lo llevo a la modista y te lo envío. Sin la beca Generación que me concedió la Región de Murcia hace un par de años, no hubiera arrancado. Las ayudas públicas son muy importantes para que los jóvenes diseñadores puedan intentarlo porque es mucho dinero”, añade el joven diseñador.
Tanto Pedro Lobo como Las Culpass consideran que ha sido esencial llevar a cabo sus proyectos en Murcia. “No lo podía haber hecho mejor que aquí. Además, la gente colabora y en la ciudad todo va para arriba”, señala el diseñador murciano. “Las Culpass no lo hubieran podido hacer en otro sitio, o nos hubiera costado diez años en vez de cinco. En Murcia puedes trabajar en casa o en tu estudio, los alquileres son baratos y, además, se puede sobrevivir con otros trabajos a media jornada”, añade Martae. Larga vida a estas extrañas galaxias en expansión del universo murciano y otros confines.